Esta crónica no pretende hacer un reconto de lo sucedido en el Pre Encuentro de Mujeres e Identidades Femeninas Cooperativistas, porque básicamente no podría hacerlo. Es difícil establecer el comienzo o la génesis que derivó en este espacio, uno más de los cientos que van surgiendo multiplicados y decididos a darle pelea hasta vencer a ese machismo que nos oprime cada día y nos mata brutalmente. Quizás podría sintetizarse en la necesidad de un grupo de mujeres (que todos los días transita espacios comunes de trabajo y militancia) de traspasar el saludo del ascensor de los edificios en los que trabajan y encontrarse, de verdad encontrarse. Y de ahí, de esas juntadas es que se fueron gestando distintas acciones; que a veces tenían que ver con pensar formación, con ver una peli, con comentar un libro, con la idea de ir a una charla, a una marcha o de hacer videos y flyers en fechas significativas.
Trabajar en instituciones cooperativas o vinculadas llevó a debates más profundos traídos de distintos espacios que cada una transita; y plantearse el aporte a la lucha feminista desde y para el cooperativismo se volvió una de las premisas, porque ahí también hace falta.
El Pre Encuentro de Mujeres e Identidades Femeninas Cooperativistas hacia Chaco 2017 se realizó el 30 de septiembre en el Centro Cultural de la Cooperación, en la ciudad de Buenos Aires. Fue motorizado por el Espacio de Géneros y el Departamento de Economía Social, Cooperativismo y Autogestión de este lugar, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) y su Secretaría de Género y por Idelcoop (la fundación de educación cooperativa de IMFC).
Durante todo ese sábado gris, más de 80 cooperativistas nos juntamos desde las 10 de la mañana hasta las 16 y debatimos, nos conocimos, nos abrazamos, compartimos, discutimos, problematizamos, almorzamos, pusimos en común y bailamos. Las asistentes están vinculadas de alguna forma al cooperativismo, como asociadas de cooperativas de trabajo, servicios y crédito, empleadas de cooperativas o instituciones como federaciones o confederaciones, investigadoras y docentes de colegios y universidades. Hubo compañeras que llegaron desde Córdoba, Rosario, Formosa y Mar del Plata.
UN PRE ENCUENTRO
“Es para nosotras un gran desafío porque es el primer encuentro que organizamos, y estamos muy expectantes. Creemos que entre todas vamos a aprender y tener elementos de peso para poder trabajar en Chaco”, destacaron al dar la bienvenida.
“La idea de este encuentro surge a partir de que cada una viene en sus instituciones dando algunos debates, sabemos que otras compañeras también lo están haciendo y pensamos necesaria una instancia para poner en común lo que estamos trabajando. Además está todo lo que nos atraviesa por el contexto: el ajuste, la reducción de derechos, y en ese sentido todo lo que tiene que ver con las políticas que podrían desarrollarse para revertir la desigualdad de género pero que también están muy lejos de ser efectivas”, agregaron cuando explicaron el porqué de esta convocatoria.
El hecho de hacer un Pre Encuentro se vincula directamente con el horizonte de participar en el Encuentro Nacional de Mujeres de Chaco 2017 en nuestro rol de mujeres cooperativistas. Hay muchas iniciativas, discusiones, organización y “vemos que esto que está pasando no es algo que sale de la nada sino que también viene de una historia: pensamos en las anarquistas de principio de siglo XX, en la huelga de inquilinas, en el voto femenino, en las militantes de todas las épocas especialmente perseguidas por ser mujeres, pensamos por supuesto en los Encuentros Nacionales, también en las movidas del Ni Una Menos, en los 90’ y la movilización de la comunidad trans en las calles, y por supuesto en el gran paro mundial del 8 de Marzo pasado”. Por eso, la idea es ir a Chaco con discusiones previas que enriquezcan los que se hacen allí sobre género y economía social.
DESDE EL COOPERATIVISMO TRANSFORMADOR
Las asistentes dieron cuenta de la inmensidad y diversidad de experiencias que integran la economía social y esa era también la idea de la convocatoria. “Para nosotras el cooperativismo no es sólo una forma de organizar la economía, sino una forma de vida. El consumo, la producción, el cuidado, todo eso es el cooperativismo que entendemos como transformador desde el cual discutimos varios aspectos y uno de ellos es la opresión patriarcal hacia las mujeres que termina siendo nefasto para la sociedad en su conjunto. Pero también sabemos que estamos insertos e insertas en un sistema capitalista que todo el tiempo nos tensiona en cuanto a lo subjetivo y a las prácticas que llevamos adelante. Entonces entendemos que el cooperativismo da muchas herramientas para emanciparnos pero también tenemos que emancipar al cooperativismo. Porque hay prácticas que se continúan reproduciendo en nuestras organizaciones y queremos que eso se revierta ya”, explicaron antes de dar paso al trabajo en comisiones.
El pre encuentro tuvo como uno de sus objetivos analizar estos temas intentando aportar ideas, estrategias y formas de implementar esos cambios urgentes que encuentran en el cooperativismo un espacio muy propicio para realizarlos y transformar la sociedad. “Estamos en un tiempo histórico muy intenso e inimaginable, con algunas compañeras pensábamos que hace cinco años este nivel de movilización era impensado. Esto no estaba presente en agenda como lo está hoy, así que tenemos el compromiso de aprovecharlo”, insistieron en las palabras de apertura.
LOS DETALLES, LO PERSONAL, LO POLÍTICO
Cada una de las actividades y propuestas estuvieron mediadas por debates previos para planificarlos, cada uno de los detalles intentaron representar vivencias, una idea, una apuesta, una forma de construcción. Por eso se comenzó con una dinámica lúdica llamada “El Tesoro Humano”, una “búsqueda” que permitió un primer acercamiento e intercambio entre las participantes. Por eso las salas, los ascensores y los espacios comunes estaban intervenidos con carteles reclamando la aparición con vida de Santiago Maldonado y la libertad de Milagro Sala. Por eso se buscaron los servicios de cooperativas para el almuerzo o la impresión de la gráfica. Por eso se armó una mesa de materiales en donde se compartieron producciones; por eso cada mesa tenía un pañuelo de la campaña por el aborto legal a modo de bandera; por eso cantamos y nos abrazamos luego del almuerzo. Por eso bailamos al ritmo de una cuerda de tambores de candombe tocado por mujeres cuando terminó la puesta en común de los trabajos en grupo.
LOS TEMAS
La propuesta consistió en trabajo en comisiones de dos horas, todas con las mismas consignas: tratar de consensuar dificultades y estrategias como mujeres y personas con identidades femeninas en la tareas cotidianas en general y en los vínculos con los pares en el trabajo. También se discutió sobre qué herramientas nos aporta el cooperativismo como ideario y también como plan de acción para afrontar los desafíos y qué hay que trabajar hacia el interior del movimiento y transformar allí. Luego de eso, se realizó un plenario compartiendo lo que cada grupo trabajó en donde se pudo realizar una síntesis en donde las coincidencias tomaron mucha relevancia.
Si bien la larga lista de dificultades contrastaba con las ideas de estrategias, quedó un camino común planteado para seguir trabajando al interior de cada cooperativa, federación y confederación con ideas que no parten solamente de voluntades individuales, sino fortalecidas por un colectivo de mujeres muy diverso que encontró rápidamente puntos de acuerdo en el diagnóstico y en la posibilidad de acción.
Por otra parte, las dificultades que surgieron no son patrimonio del sector cooperativo, sino que atraviesan a diversos espacios, la diferencia es que la propuesta del cooperativismo transformador, la elección de esta forma de vida (por su concepción ideológica y democrática), nos brinda un paraguas para revertir las condiciones de desigualdad. Esto es porque desde la economía social se promueve la construcción colectiva, los espacios de participación, la toma de decisiones de manera democrática, la pertenencia, el compromiso con otra economía y una serie de valores.
Así y todo, el sector no está exento de prácticas opresoras y patriarcales como la desigualdad en la división de tareas, la reproducción de la división sexual del trabajo, las tareas de cuidado que recaen en las mujeres, la minoría o ausencia de compañeras trans en las cooperativas que no son conformadas específicamente por asociadxs de la comunidad. También se advirtió sobre las dificultades de las socias cuando son madres y necesitan licencias o dividir los tiempos para el trabajo en la cooperativa y el del cuidado de lxs niñxs. También suceden las subestimaciones, los modos, los apelativos por parte de los compañeros varones a las mujeres compañeras (las denominaciones como “chiquita”, “bonita”, “mami”), el dar por hecho de que la compañera toma actas (“porque las mujeres son más prolijas”, etc) atienden el teléfono, sirven café o “cambian el agua de los jarrones” y la existencia de acoso y violencias (en todas sus formas) en los espacios de trabajo, con la necesidad urgente de establecer protocolos de acción. Y por supuesto, hay una clara concentración de varones en los espacios de poder y la evidente falta de mujeres en lugares de decisión, además de la estigmatización de las que sí son dirigentes.
Ahora bien, no perder de vista que estamos construyendo desde una propuesta emancipadora como es el feminismo y como es el cooperativismo fue lo que llevó a que las principales premisas de este espacio sean perder el miedo, animarse a tomar la palabra, apropiarse de los espacios de participación y dar desde ahí la pelea, visibilizar e instalar los debates sobre estos temas para efectivamente revertirlos.
Este primer pre encuentro sirvió para generar este espacio común, quizás haya terminado con más desafíos, cuestiones a mejorar y trabajo por delante. Fue pensado y desarrollado colectivamente y se irá enriqueciendo con los aportes que vayan surgiendo en el camino. La tarea, como siempre se centra en superar, convocar, y seguir encontrándonos desde estas identidades femeninas que nos constituyen.
•