El encuentro se desarrolló en una situación de inusitada complejidad para la organización de la vida, el trabajo/teletrabajo, los cuidados y la participación política. Sin embargo,  la decisión de llevarlo adelante aun en estas circunstancias, se basó en la necesidad de   compartir las experiencias y estrategias sostenidas para seguir construyendo y fortaleciendo organizaciones cooperativas más igualitarias, equitativas y libres de violencias.

Asimismo, cabe destacar que en esta oportunidad el encuentro se da en una circunstancia política diferente a 2019 que posibilita  un diálogo más fluido con distintas instancias estatales específicas (como el ministerio de las mujeres, géneros y diversidad)  y que nos invita a organizar desde nuestras propias voces las demandas, expectativas, objetivos y propuestas en lo que respecta al cooperativismo y los géneros, haciendo uso de los canales de comunicación potenciales y reales que se abren.

En este marco, nos reunimos alrededor de 110 compañeras de todo el país integrantes de cooperativas, trabajadoras de la economía social y solidaria, autogestionada, popular, docentes y militantes. Como novedad, la modalidad fue virtual y a distancia, aspecto que contribuyó a que se pudieran sumar cooperativistas de distintas provincias, dando un carácter más federal a este espacio.

El encuentro tuvo tres momentos. En primer lugar una reunión plenaria donde nos dimos la bienvenida, compartimos lo transitado en los tres encuentros anteriores (2017-2019), y presentamos la propuesta de trabajo para la jornada. Luego, nos distribuimos para el trabajo en comisiones. Reunidas en grupos más pequeños reflexionamos sobre nuestros logros y dificultades en relación a problemáticas/abordajes de géneros como movimiento de mujeres e identidades femeninas y no binaries, accionando dentro de los espacios cooperativos de los que somos parte; así como también las estrategias que estamos llevando adelante en la situación actual como los horizontes viables y posibles para seguir transformando y revirtiendo injusticias y desigualdades. En un tercer momento, volvimos a la reunión plenaria, convertida en un espacio de amorosa escucha y de celebración conjunta, con la finalidad de compartir lo trabajado en las comisiones  y  seguir tejiendo las redes necesarias para aportar a los feminismos desde el cooperativismo y al cooperativismo desde los feminismos.

En suma, el encuentro nos dejó una gran satisfacción porque una vez más hemos demostrado la necesidad de espacios que potencien el diálogo y las estrategias de integración, para seguir construyendo una agenda cooperativista en clave feminista.