Revista Idelcoop, N° 218, marzo de 2016. E- ISSN 2451-5418. Sección: Experiencias y prácticas.
Instituto de la Cooperación. Fundación de Educación, Investigación y Asistencia Técnica- IDELCOOP
“Habría que generar más espacios para que todas las mujeres trabajadoras podamos debatir sobre las cosas que nos pasan”. Entrevista a Flavia Rodríguez – La Nueva Unión
Valeria Mutuberría Lazarini[1]
Flavia Rodríguez es la actual secretaria del Consejo de Administración de la Cooperativa de Trabajo “La Nueva Unión”[2] y tesorera de la Red Gráfica Cooperativa[3]. Fue parte desde el comienzo del proceso de recuperación de la empresa en la que trabajó más de diez años en relación de dependencia. Es la única trabajadora mujer de la cooperativa y reflexiona en esta entrevista sobre las dificultades que las mujeres cooperativistas afrontan desde el trabajo cotidiano.
¿Cómo se dio el proceso de recuperación de la fábrica?
Yo trabajaba en la gráfica hacía diez años hasta que empezaron a vaciarla; empezaron a pagar menos sueldos y luego, un domingo, se llevaron las máquinas, parte de la línea de producción y lo de la administración, y ahí decidimos tomar la fábrica. Fue un proceso bastante complicado porque en realidad nosotros tomamos la fábrica con el dueño ahí adentro, él siguió trabajando y viniendo. Nosotros, por nuestra parte, empezamos a negociar con los clientes para que no se fueran, y de a poco a tomar todas las responsabilidades, prácticamente la producción la manejaban los trabajadores, lo único que él hacía estando ahí adentro era manejar el tema de los cobros, de los trabajos y de repartirnos la plata. Cuando vimos que en eso también estaba haciendo su avivada, mis compañeros me pidieron que definiera si quería estar con ellos en la cooperativa, así que finalmente me decidí y me sumé a la administración. Así estuvimos hasta que la justicia decretó la quiebra, nos pusieron la faja de clausura, y ahí volvimos a juntarnos para decidir qué hacíamos, si resistíamos la clausura dentro de la fábrica o si salíamos. Decidimos quedarnos afuera y armamos una carpa en la puerta para preservar lo que quedaba, las máquinas que él no se había podido llevar, y así estuvimos, nueve meses en la calle.
Y tu rol como trabajadora cuando la fábrica era una empresa privada y luego como cooperativa, ¿cuál fue y cuál es?
Estuve 10 años ahí como empleada, arranqué siendo recepcionista, y luego terminé manejando la parte del personal y siempre tuvo un tinte extraño la cosa porque no me permitían tener muy buena relación con mis compañeros. Era como si me hubieran puesto para ser la mala de la película, la que se tenía que encargar del ausentismo, de las licencias por enfermedad, etc. Estaba en eso cuando quebró. Y ahora, siendo cooperativa, me encargo de los proveedores, bancos, cobranza, facturación, todo, estoy sola en la administración.
Y la relación con tus compañeros luego del conflicto, la toma y el acampe, ¿cómo se transformó?
Durante el acampe fuimos relacionándonos, esos nueves meses fueron como una forma de conocernos, porque antes no compartíamos nada. Durante el acampe, los hombres se habían organizado en turnos de ocho horas para cuidar la fábrica. Yo pasaba siempre, una vez al día, tomábamos unos mates, hablábamos, conversábamos, y me encargaba de hacer otro tipo de cosas y ahí que empezamos a conversar más y la relación cambió con todos.
¿Sos la única mujer o hay otras compañeras?
Cuando era empresa privada había mujeres en producción, pero en la cooperativa no quedó ninguna. Y en administración éramos tres compañeras y quedé yo sola.
¿Pudiste saber por qué se terminaron yendo?
De las compañeras de administración, una era la hija del dueño y la otra la sobrina del contador; por temas obvios no se iban a quedar. Y de producción no se quedaron porque en realidad eran mujeres grandes ya y la línea de encuadernación que se había llevado el dueño cuando vació la fábrica era justamente la que ellas sabían manejar. Él se llevó todo lo que era encuadernación fina, cosido a hilo, libros estampados, y el trabajo de ellas era ese. Y en la línea que quedó básicamente no tenían muchas tareas que pudieran cumplir y se fueron.
Si pudieras comparar tu trabajo como empleada en relación de dependencia y como cooperativista, ¿cuál es tu percepción sobre el trabajo que vos hacías y el que haces hoy?
Es completamente distinto. Tiene sus pros y sus contras. Cuando trabajás bajo relación de dependencia, tenés que cumplir ciertas pautas o hacerle caso a alguien que es el dueño, que te paga y es el jefe. Trabajando en la cooperativa tenés más libertades pero también más responsabilidades, porque tenés que saber usar esa libertad sin dejar de cumplir tu tarea. Tiene cosas buenas y malas, pero es muy diferente. Tuve que aprender a organizarme de otra manera para hacer todo lo que es la administración de la cooperativa, es un laburo extenso.
Tenés una amiga que también está dentro del cooperativismo, con la cual hablás y aprendés mucho. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo te has vinculado con otras mujeres? ¿Hablan de problemáticas comunes desde su rol de mujeres dentro de las fábricas? ¿Cuáles son los temas recurrentes y que sienten como un desafío, que todavía son un problema?
En el caso de mi amiga, también es la única mujer en administración y es difícil, le costó mucho conseguir su lugar. Porque está la idea de que si sos mujer hay cosas que no vas a hacer … Ella no viene de una recuperada en sí, sino que se metió después, y entonces sentía como que no le daban el lugar que le correspondía nada más que porque era mujer y había entrado después. Una cosa así como “hacé lo que tengas que hacer y nada más”. Las cooperativas en sí tienen muchos problemas y diferencias con las empresas privadas y acá, al ser todos compañeros y no existir mucho las reglas escritas, algunos se toman algunas licencias que por ahí no le hacen bien al grupo o en general. El tema de la discriminación de la mujer es un problema, incluso si por ahí sos buena onda, se confunde con otra cosa, entonces tenés que tratar de separar y hacerles entender que sos mujer, que estás laburando y que te traten como un compañero más. Es difícil.
¿Y cómo planteás esas problemáticas hacia los compañeros?
Es muy difícil, y más cuando sos una sola; capaz si en el grupo hay otras mujeres, podés armar como alianzas y explicarles a estos señores cuál es nuestra finalidad para trabajar, pero cuando estás sola, sola, sola, se complica. Igual a mí no me pasa tanto, porque yo vengo en la Cooperativa desde que arrancó, a mí me tienen respeto, saben cómo trabajo y saben cómo soy; pero por ahí para una mujer sola, ingresar a una cooperativa que ya está armada, una recuperada, un grupo de gente que trabaja sin patrón, se mezclan un poco las cosas.
¿Pensaron algunas acciones o estrategias como trabajadoras autogestionadas para poder plantear esos temas, darlos a conocer, discutirlos, debatirlos, no solamente dentro en la fábrica sino fuera?
Yo creo que se va a dar la discusión. Van surgiendo lugares en los que te invitan a participar y a debatir, y ahí una tiene que ir y hacerse escuchar y decir qué es lo que por ahí nos gustaría cambiar; depende de cada una también, debe haber muchas más mujeres en el cooperativismo o en el movimiento de recuperadas a las que no les pasa lo que nos pasa a nosotras, pero está bueno que te inviten a lugares donde puedas hacerte escuchar, decir lo que te pasa, creo que por ahí está el camino y hablar un montón con tus compañeros, y hacerles saber cómo una quiere trabajar. Pasa que es muy difícil trabajar sola, ser la única mujer en un grupo de 22, 21 y ella sola, ¿qué es?, ¿la mascota? No, no soy la mascota, yo laburo a la par de ellos, no hago un esfuerzo físico como lo hacen ellos, pero hago otro esfuerzo. A veces sentís como que “es mujer, nosotros hacemos el laburo porque estamos en el taller y ella está ahí en la oficina, no sé qué hace, mira Facebook todo el día”.
¿Y en qué otras organizaciones, aparte de la Cooperativa “La Nueva Unión”, participás?
Estamos asociados a la Federación Red Gráfica Cooperativa desde nuestros comienzos; desde la época de la carpa la Red estuvo acompañándonos y ayudándonos, asistiéndonos, y el año pasado surgió la posibilidad de que nos nombraran (éramos vocales) en la tesorería y nos vinieron a ofrecer si nos interesaba ocuparla. Como específicamente de la administración de la Cooperativa me encargo yo, era fijo que si “La Nueva Unión” era tesorera de la Red Gráfica, la función la iba a tener que ocupar yo. Entonces hablamos con el presidente de la Cooperativa, con los compañeros, les dijimos que había surgido esto, que era una experiencia que para nosotros era nueva, y una oportunidad para meternos un poquito más adentro del tema del cooperativismo y de las recuperadas, que nos interesaba. Entonces, desde febrero del 2015, cumplo funciones de tesorería en la Red también. Le dedico mucho tiempo a la Cooperativa y a la Red, unas diez horas por día, entre una cosa y la otra. Tratamos de estar donde haya una cooperativa que nos necesite, ahora estamos asistiendo a un par de gráficas que están por recuperarse, es mucho tiempo físico que le tengo que sacar a mi cooperativa para irme a hacer una tarea de la Red, pero yo siempre les dije a mis compañeros que se quedaran tranquilos, que el tiempo que le quito a la Cooperativa, de otra manera lo voy a compensar, o sea, que a veces me llevo la compu a casa, y si tengo que trabajar un domingo trabajo, y si tengo que trabajar entre vacaciones también lo hago.
Y a partir de que asumiste como tesorera de la Red, esto de acompañar a otros grupos, ¿cómo fue adoptar ese rol, con qué dificultad te encontrás, qué le trasmitís a los compañeros y a las compañeras en esos momentos?
En general, vos les contás tu historia y para ellos es súper valiosa. Estuvimos con una empresa gráfica que se está por armar ahora como cooperativa, en Lanús, fuimos con Plácido que es el presidente de la Red y les contamos nuestras experiencias. Vos los ves que hoy están perdidos, que te dicen “no sabemos qué hacer”, o “no nos quedamos con nada”, o que quedan trabajadores pero ninguno con experiencia en administración, entonces el problema es doble porque no saben facturar y ese tipo de cosas, y esa parte de transmitir experiencia me gusta. Tratamos de acompañar y ayudar en lo que podamos, guiarlos en cómo pueden arrancar, en asistirlos desde la Red hasta que ellos puedan arrancar a trabajar y a facturar, armamos como un circuito donde podamos ayudar hasta que ellos puedan arrancar solitos.
¿Vos creés que hay una diferencia entre que se pare un hombre y cuente la experiencia, a que lo haga una mujer?
En general, vos ves que son todos hombres los que cuentan las experiencias, vas a una reunión y en general son hombres los que vienen y te cuentan sus experiencias de recuperación, hay pocas mujeres. Creo que las mujeres nos tenemos que animar un poquito más y salir a contar. No sé si el que está del otro lado le va a prestar más o menos atención porque es mujer o varón. Está la necesidad de contar, de hacerse respetar, valer. También está el tema de que, por ejemplo, en el rubro gráfico, en una imprenta, no hay mujeres que manejen una rotativa, una plana, pero sí están las compañeras de Administración que tienen que hacerse valer tanto como ellos que manejan las máquinas.
¿Qué análisis podés hacer en el contexto político en cuanto a la mujer trabajadora autogestionada?
En el anterior gobierno había un montón de elementos y herramientas que resguardaban o ayudaban a las mujeres, incluso que hasta las alentaban a que hicieran cosas; ahora en este gobierno no sé qué va a pasar, no sé cómo va a seguir el tema porque hay un montón de cosas que probablemente cambien, ojalá que no.
Mencionaste que era muy importante que la mujer cooperativista, trabajadora autogestionada, tome impulso y pueda visibilizar su tarea. ¿Qué aportes podrían hacerse a esto?
Yo a veces pienso que no sé ni cómo llegué hasta acá. Básicamente, era una persona que iba, trabajaba, y de repente me vi envuelta en todo esto. En aquel entonces, cuando surgió el tener que definir si me quedaba con el patrón o con los compañeros, tuve que hacer el curso de cooperativismo, y yo no hice una carrera universitaria. Mi hermana más chica es Licenciada en Administración de Empresas, y me decía “vos te tenés que ir a buscar un laburo en relación de dependencia” y mi mamá que me decía “vos tenés que hacer lo que vos tengas ganas, si vos sentís que podés, y te gusta y querés…”. Y de tener un esquema de “yo quiero trabajar de lunes a viernes, cobrar un sueldo e irme a mi casa”, pasé a meterme en todo esto. Por eso siempre digo que está en cada una hasta dónde quiere ir y hasta dónde quiere avanzar, y hacerse escuchar. Yo creo que habría que generar más espacios para que todas las mujeres que estamos en esto podamos conversar, debatir, discutir cosas que nos pasan. El otro día estábamos en una reunión con otros compañeros cooperativistas y uno saltó y dijo algo sobre los “días femeninos”, y ellos decían “bueno, nosotros tendríamos que tener los días masculinos”. Ahí es cuando sentís que están haciendo como una diferencia, o en el caso de una compañera que queda embarazada y tiene que dedicarle tiempo a su hijo y por ahí, los hombres eso no lo entienden. No digo de armar una secta de mujeres, pero estaría bueno juntarnos para ver qué problemas tienen las compañeras. Hay muchas cooperativas que recién comienzan, y otras en las que solo hay una mujer como en mi caso, sería poder ver qué se necesita, alguna guía. Yo creo que ahí es donde habría que juntarnos un poco más y pensar entre todas esos problemas y ocupar lugares estratégicos, creo que es la única manera de que nos escuchen más seriamente, y no hablen de nuestros días femeninos. No es tan fácil que te elijan como parte de un Consejo de Administración, porque en general son todos hombres. Creo que deberíamos ocupar esos lugares.
[1] Coordinadora del Dto. de Cooperativismo del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini". Miembro del Comité Editorial de Revista Idelcoop. Correo electrónico: valemutu@gmail.com.
[2] La Cooperativa de Trabajo La Nueva Unión es una fábrica recuperada que se dedica a la edición de libros, periódicos y otros servicios editoriales y está ubicada en Parque Patricios en la Ciudad de Buenos Aires.
[3] La Federación Red Grafica Cooperativa Ltda. es un emprendimiento económico productivo de carácter sectorial que agrupa a las empresas gráficas cooperativas de la República Argentina.