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EXPERIENCIAS Y PRÁCTICAS
La oferta de formación para el trabajo de la Escuela Integral Isauro Arancibia, en base a los principios de la ESSyP, para los sujetos pedagógicos en situación de calle
Número 246 / Año 2025 / Por Pérez Solla, Emilio
Este artículo se propone analizar el recorrido de les estudiantes expulsades del sistema educativo formal actual quienes, en algunos casos, pasaron por situaciones de encierro, o están en situación de calle, y, sin embargo, deciden retomar la escuela para sostener un proceso de ense- ñanza-aprendizaje. En contextos en los que sus derechos son vulnerados sistemáticamente, les estudiantes buscan en la escuela establecer relaciones igualitarias, mediante la práctica cotidiana de la economía social y solidaria, pensándola como un modo de vida posible. El artículo desarrolla el trabajo realizado en la Escuela Integral Isauro Arancibia, partiendo del conocimiento que tienen les estudiantes en situación de calle sobre el mundo del trabajo, y relatando la experiencia que se viene realizando en los talleres dedicados a la formación en oficios, que se fue transformando en un espacio educativo y de trabajadores, de manera colectiva. Estar en una escuela que resiste y que se siente orgullosa, es dar ese embate colectivamente, a favor de la igualdad.
The Vocational Training Offer of the Isauro Arancibia Comprehensive School, Based on the Principles of the Social, Solidarity, and Popular Economy, for Pedagogical Subjects Experiencing Homelessness This article aims to examine the educational journey of students who have been excluded from the formal school system—many of whom have experienced incarceration or are currently living on the streets—and who, despite these conditions, choose to return to school to engage in a meaningful teaching and learning process. In contexts where their rights are systematically violated, these students seek in the school space the possibility of building egalitarian relationships through the daily practice of the Social, Solidarity, and Popular Economy (SSPE), understanding it as a viable and dignified way of life. The article describes the work carried out at the Isauro Arancibia Comprehensive School, starting from the knowledge that students experiencing homelessness already have about the world of work. It recounts the ongoing experience of the school’s vocational workshops, which have gradually transformed into a space for both education and collective labour. To be part of a school that resists—and that takes pride in its resistance—is, for these students and educators, a collective stance in favour of equality
A oferta de formação para o trabalho da Escola Integral Isauro Arancibia, com base nos princípios da ESPS, para sujeitos pedagógicos em situação de rua Este artigo propõe analisar o percurso de estudantes excluídos do sistema educacional formal atual, que, em alguns casos, passaram por situações de reclusão ou vivem em situação de rua e, ainda assim, decidem retomar os estudos para sustentar um processo de ensino-aprendizagem. Em contextos nos quais seus direitos são sistematicamente violados, esses estudantes buscam na escola a construção de relações igualitárias por meio da prática cotidiana da economia social e solidária, concebendo-a como um modo de vida possível. O artigo apresenta o trabalho desenvolvido na Escola Integral Isauro Arancibia, partindo dos saberes que os estudantes em situação de rua já possuem sobre o mundo do trabalho e relatando a experiência dos ateliês de formação em ofícios, que vêm se transformando em um espaço coletivo de educação e de trabalho. Estar em uma escola que resiste e se orgulha disso é, coletivamente, enfrentar o desafio da luta pela igualdade.

Revista Idelcoop nº 246 - Julio 2025 - ISSN Electrónico 2451-5418 /  Experiencias y Prácticas

Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa

 

Artículo arbitrado

Fecha de recepción: 21/01/2025

Fecha de aprobación: 06/05/2025

 

La oferta de formación para el trabajo de la Escuela Integral Isauro Arancibia, en base a los principios de la ESSyP, para los sujetos pedagógicos en situación de calle

 

Emilio Pérez Solla[1]

Introducción

La escuela de formación para el trabajo como jornada extendida[2] de la Escuela Integral Isauro Arancibia incluye el aprendizaje específico de oficios, pero también habilidades blandas (Aguinaga Vásquez & Sánchez Tarrillo, 2020) relacionadas con el desarrollo de una cultura del trabajo, y nociones de economía social y solidaria. Se trata de una iniciativa que se afirma en la educación popular y pública, y pretende ofrecer educación contextualizada que permita a quienes forman parte vivir defendiendo sus derechos ciudadanos y respetando las diferencias, la libertad y la justicia.

Las primeras estudiantes de este Centro Educativo (trabajadoras de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina -AMMAR-) fueron quienes convocaron a jóvenes en situación de calle que vivían en las estaciones terminales de tren. Estas personas se acercan a la escuela en familias o ranchadas[3] con sus trayectorias educativas sin iniciar o habiendo sido interrumpidas, con todos sus derechos vulnerados. Metodológicamente se instituye con elles la pareja pedagógica, dispositivo que hasta el día de hoy es pilar indispensable de la construcción colectiva docente. Esta planificación es una tarea de les docentes que al trabajar necesita ser acordada. Las experiencias son diversas: algunas parejas se reparten los temas a desarrollar, otras intentan planificar actividades en conjunto, o acordar sobre maneras de abordar los temas. Acompañando este movimiento, se incorporan trabajadoras sociales y psicólogas al equipo para abordar las diferentes problemáticas y trabajar en red (en los ámbitos de salud, vivienda, alimentación, educación y trabajo) pasa a ser desde ese momento un eje constitutivo que tiene que ver con el desarrollo de políticas sociales con miras a reconstruir el sentido de colaboración y ofrecer a los sectores más vulnerados el andamiaje necesario, no sólo para que permanezcan en la escuela, sino para que logren un verdadero proceso de re-vinculación social.

Esta escuela fue encontrando los mecanismos, formatos y tiempos adecuados para adaptar la cursada y la acreditación de saberes a la situación de les estudiantes, manteniendo siempre el principio irrenunciable del derecho a aprender, que complejizó la propuesta pedagógica sumando actividades escolares y líneas de trabajo en torno a problemáticas y deseos comunes de les estudiantes. Podríamos decir que la propuesta pedagógica se conformó en una unidad productiva basada en una integralidad de derechos, siendo el derecho a la educación el eje articulador. En el marco de la amplia gama de acciones para abordar la dimensión del trabajo y la generación de ingresos económicos de les estudiantes, se han desarrollado unidades productivas que permiten focalizar en distintos departamentos productivos.

Les talleristas han participado en el diseño, transformación y sostenimiento de la propuesta de la escuela de formación para el trabajo, en un complejo dialéctico de teoría y práctica. Para que los talleres puedan hacer su aporte han necesitado de docentes disponibles a la escucha y a la repregunta. A la puesta en valor de la palabra de les estudiantes, siempre traccionando hacia el acto pedagógico. Los talleres traen a la escuela otros universos. La articulación entre talleres abre nuevas posibilidades pedagógicas, priorizando la articulación como algo que potencia las capacidades de les estudiantes. A veces se rompe con lo que se viene trabajando y a veces se enriquece desde otra perspectiva. Todo se transforma en función del grupo. Se adaptan les estudiantes y les talleristas, siguiendo el eje pedagógico. Hace varios años que se planteó esa estrategia pedagógica: un eje anual como articulador de proyectos, que atravesara todas las propuestas que funcionan en el Isauro. Esto no significa que todas las actividades se vinculan a la misma idea, sino que se establece un lugar desde donde partir para pensar la tarea o un posible punto de llegada. A la vez, estos ejes brindan un marco que incluye a todes les implicades dentro de un colectivo que cada vez es más grande. Para la elección del eje del año se toman en cuenta emergentes del año anterior: deseos, sueños, de todes les integrantes de la escuela. Esta práctica permitió al equipo visualizarse como un colectivo a lo largo del tiempo. Pensar en las necesidades, los conflictos y proyectos.

En esa adaptación, cada participante se aleja y vuelve transformado, teniendo los principios claros y sin perder de vista que en el mismo conflicto aparece la creatividad superadora.

Les sujetos pedagógicos se encuentran en el centro de la experiencia pedagógica. Nuestra clarificación de sujetos pedagógicos se acerca mucho la siguiente definición de Adriana Puiggrós (1990):

El concepto “sujeto pedagógico” apunta a significar una relación específica, la pedagógica; entendiéndose por sujeto tanto al educador como al educando. Constituye, pues, el resultado de una interacción entre sujetos sociales complejos, comprometidos en una situación educativa, y mediada por un curriculum, manifiesto u oculto. Por ello, cuando se habla de sujeto pedagógico, se está hablando también de currículum. Se entiende por este tanto a la síntesis de los elementos culturales (conocimiento, valores, costumbres, régimen disciplinario, creencias) como a la táctica escolar. Finalmente, las diferentes condiciones de producción, distribución y uso del capital cultural, sobredeterminan las desigualdades de los sujetos pedagógicos.

Al hablar de les sujetos pedagógicos nos referimos a las mediaciones que se dan entre los sujetos sociales, les talleristas y entre los diferentes actores dentro y fuera de la escuela.

La modalidad de trabajo tiene como base el ser cooperativa, por la solidaridad en la distribución de saberes y por el abordaje en conjunto de las tareas. Esto, teniendo en cuenta varias dimensiones: la del taller, la familia o ranchada y la comunidad, en tanto promotores y sostenedores de las estrategias orientadas al sostenimiento de las trayectorias educativas. Se trabaja en espacios colectivos o asambleas: las reuniones semanales de equipos, las reuniones generales y la definición anual de un eje pedagógico. Este eje se conforma en una estrategia pedagógica articuladora que atraviesa las propuestas que funcionan en la Escuela Integral Isauro Arancibia, y ofrece un punto de partida para pensar las tareas. A la vez, brinda un marco que incluye a todos los espacios dentro de un colectivo en crecimiento y transformación. Para la elección del eje anual se toman en cuenta emergentes del período anterior, deseos, sueños de todes les integrantes de la escuela. Esta práctica favoreció a lo largo del tiempo que cada tallerista y estudiante en particular pueda visualizarse dentro de un colectivo solidario e integral.

Si algo caracteriza a la escuela de formación para el trabajo es la construcción del vínculo pedagógico. Desde ese primer momento de reconocimiento a les estudiantes como sujetos históricos y de derecho, con una identidad particular, hasta la experiencia compartida en las diferentes propuestas, el vínculo pedagógico es condición para los procesos de enseñanza-aprendizaje. La construcción del vínculo entre talleristas y estudiantes, el desarrollo de la confianza mutua y el respeto por los acuerdos de trabajo son condiciones indispensables para cualquier acción educativa. Les sujetos pedagógicos promueven una pedagogía del amor, del reconocimiento, del cuidado y de la participación en pos de generar las condiciones para un creciente cooperativismo entre les estudiantes. Aquí el lugar de los/las talleristas se vuelve central en tanto habilitadores y responsables de la construcción de un vínculo que posibilite la transmisión de los principios cooperativos, lo que se torna condición necesaria para el aprendizaje y el fortalecimiento del lazo social.

Estos principios se van construyendo en las diferentes propuestas pedagógicas basadas en una educación anclada en la historia individual, donde se les convoca a les estudiantes a recuperar y/o crear deseos y sueños particulares, y en la participación colectiva al ser protagonistas de sus contextos de vida, lo que permite crear pensamiento crítico y transformar los espacios sociales donde se involucran.

Desde la Isauro se piensa el trabajo como un derecho y un elemento central en la constitución de la subjetividad. En el contexto de los talleres, el trabajo tiene una acción transformadora, ya que cada participante puede reconocerse con un nuevo potencial. Esto genera cambios a nivel individual, en la manera de constituirse y poder concebirse, pero posibilitando también, la conformación de vínculos solidarios, de nuevas miradas y modos de canalizar deseos y necesidades.

La vulnerabilidad social en la que se encuentran les estudiantes de los talleres tiene causas materiales y simbólicas. Vivir en la calle implica una dificultad para proyectar acciones: la vida es un presente constante en el que hay que resolver la supervivencia. La inclusión pedagógica de los principios de la economía social y solidaria habilita la construcción de otra dimensión para resolver sus problemáticas, al basarse en los valores de sostenibilidad, equidad, cooperación y justicia. Todo lo cual permite planificar, proyectar y generar las condiciones de producción para acceder a sus necesidades básicas (alimentación, vivienda, salud y educación) y ejercer sus derechos como iguales entre ciudadanes. Se trata de un problema político frente al cual es necesario un posicionamiento ético y comprometido (Reyes, 2017).

 

Estudio de Caso: las dimensiones subjetivas y emocionales.

 

La escuela de formación para el trabajo que funciona en la Isauro Arancibia realiza talleres de oficios y emprendimientos de la economía, solidaria, popular y circular. En este momento existen 17 cursos: peluquería, panadería, cocina, pastelería, catering, joyería, artes visuales, fotografía, caricatura, artesanías en metales, reciclado de prendas, costura y moldería y serigrafía, bicicletería, fileteado porteño, electricidad, carpintería y herrería. De les 945 estudiantes de la Isauro, 600 participan de los mismos, y de los 17 cursos de formación para el trabajo. Ocho de los talleres tienen además formato de emprendimiento.

El presente trabajo constituye un estudio de caso acerca de estudiantes en situación de calle y su vínculo con la escuela de formación para el trabajo de la Escuela Integral Isauro Arancibia. Se trata de un estudio de carácter cualitativo (entrevistas a estudiantes, talleristas y a su coordinador) y cuantitativo (relevamiento de estudiantes de cada taller de la escuela de formación para el trabajo), ya que se implementa un método de investigación centrado en la comprensión profunda y detallada de un caso particular, dentro de su contexto natural. El mismo está enfocado en la educación y las prácticas sociales cotidianas, ya que busca capturar la complejidad de la experiencia humana, así como los factores contextuales que influyen en el caso de estudio.

Las fuentes de información primaria que aplican al trabajo de investigación, son las conversaciones con el coordinador de la Escuela de formación para el trabajo de la Escuela Integral Isauro Arancibia, y su equipo de talleristas y estudiantes. Las fuentes secundarias son, entre otras, La Escuela Isauro Arancibia libro coordinado por Susana Reyes y De la Calle a la Escuela de Mariana Paula Dosso. Fueron planificados de “arriba hacia abajo”, como una apropiación y con fuerte compromiso de la propuesta por parte de les docentes y estudiantes. Asimismo, se hizo uso del Informe “Talleres de Trabajo en ACIA” de Raisha Islam donde se relevó la relación entre las áreas de formación para el trabajo de la Escuela Integral Isauro Arancibia.

Pablo Garacotch, quien coordina la escuela de formación para el trabajo, en cuanto a los emprendimientos, nos comparte:

Nuestro rol es principalmente ser docentes que soñamos desde hace mucho tiempo esta manera de construir la dinámica. Aprovechamos todo el conocimiento que les estudiantes tienen sobre el mundo del trabajo, toda la experiencia que se viene compartiendo en los talleres dedicados a la formación para el trabajo en la escuela, y la transformamos en un espacio educativo y de trabajadores de manera colectiva. (Entrevista a Pablo Garacotch. Entrevistador: Emilio Pérez Solla. Fecha: 2024)

Estos emprendimientos se organizan en cuatro departamentos productivos: Soberanía Alimentaria, Artes Visuales, Diseño Textil y Movilidad Sustentable.

 Aquí se hace foco en el aprendizaje específico de oficio, pero también en la adquisición de habilidades relacionadas con el desarrollo de la cultura del trabajo, nociones de ciudadanía y economía social y solidaria. Veamos a continuación los casos específicos.

Soberanía Alimentaria

Un sistema alimentario sostenible es aquel que provee de alimentación nutritiva y accesible para todes, y en el que la gestión de los recursos naturales preserve los ecosistemas de forma tal de respaldar la satisfacción de las necesidades humanas actuales y futuras.

Tras la crisis asociada a la pandemia del COVID entre les estudiantes surgió una necesidad muy grande de capacitarse en algún tipo de oficio, incluso de aprender otras cosas por fuera de la educación formal, como es el caso de panadería, y profundizar en el uso de nuevas tecnologías vinculadas con la soberanía alimentaria.

Un grupo de talleristas muy experimentado se ofreció en forma voluntaria a armar estos talleres en el Isauro Arancibia. Les estudiantes encontraron otro espacio de expresión; fue el punto de partida para la memoria escrita de la escuela.

El nombre del departamento fue elegido entre todes. Si bien este parecía más un conglomerado de notas que guardaban poca relación entre sí, comenzaba a definirse en ella un estilo dado por el vocabulario de les estudiantes, sus intereses, su propia estética.

Les estudiantes que están involucrados en talleres de trabajo relacionado con la alimentación (panadería, catering y pastelería) forman a casi la mitad de les estudiantes que hay en escuela de formación para el trabajo, siendo la más popular.

Además, de acuerdo al relevamiento de estudiantes de cada taller, dentro de este departamento se identifica que el grupo de 25 a 29 años (los más jóvenes) están más involucrados en los talleres de catering para eventos. (Entrevista a estudiante de los talleres. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024)

Foto: gentileza Isauro Arancibia

Esto ha llevado a priorizar la inversión necesaria para adquirir los materiales para la preparación de este tipo de comidas en base a la capacidad productiva del proyecto. Asimismo, la escuela de formación para el trabajo desarrolla algunos contenidos curriculares -cooperativismo, relaciones laborales y las luchas por los derechos-, junto a la formación del oficio en particular.

Lo colectivo está asociado particularmente a la cuestión de identidad. Les estudiantes trazan sus propias biografías y sus líneas de tiempo en un marco más amplio de construcción y reflexión acerca de sus identidades.

Les talleristas, en su búsqueda por enriquecer la propuesta pedagógica continua, incorporan nuevas actividades: entre estas, convocan a les estudiantes una vez por semana para consolidar un espacio de expresión, difusión e innovación.

En el proceso de acompañamiento –conversaciones informales, entrevistas y charlas- quedaba en evidencia que, frente al padecimiento, les estudiantes poseían estrategias propias para resolver situaciones cotidianas. Así se decidió implementar un dispositivo grupal en el intento de habilitar un espacio de encuentro donde reconocer y potenciar esas estrategias, compartirlas entre pares y transformarlas en habilidades. Fue pensado como un espacio de conversación, en el que les chiques pudieran hacer lazo a través de la palabra, pensarse con otres, destacando lo común en un marco particular. Funcionaba también como una posibilidad de intercambio de los recursos entre compañeres, en sintonía con la apuesta de la escuela en cuento a construir respuestas colectivas.

Surgieron problemáticas referentes al trabajo, la familia, sus reacciones frente a situaciones de conflicto.

En el Isauro sucede que es interés de todes mantener y desarrollar una construcción colectiva; para eso también es muy importante participar, opinar, preguntar, “pensar en voz alta”, decidir junto a otres, discutir buscando ideas que sirvan de apoyo a las decisiones que se toman. Revisar lo que se establece.

La construcción de un equipo de trabajo sin la designación de autoridades implicaba un reacomodamiento para todes. Entre talleristas y estudiantes, el desarrollo de la confianza mutua y el respeto por los acuerdos de trabajo, fueron condiciones indispensables para cualquier acción educativa. Aprender a leer, pero también aprender a escuchar. A escucharse. A decir, a pedir. De estos aprendizajes no solo fueron sujetos nuestres estudiantes, sino nosotres como docentes. Aprendimos junto a les estudiantes a diseñar actividades que tuvieran en cuenta sus intereses, sus dinámicas relacionales, sus complejas problemáticas y, a la vez, ligándolas al contexto social y diverso de sus condiciones de existencia.

Les talleristas tienen en cuenta que en su recorrido deben abrir nuevas modalidades de construcción, distribución y apropiación de los recursos; reformular las identidades de les participantes “en situación de vulnerabilidad”, “de la calle”, “pobres”, “en riesgo” y promover la apropiación de diferentes saberes que transformen a los talleres educativos y culturales en espacios para recuperar la identidad.  

En este sentido, la construcción de los talleres se inspira en Vásquez (2003), que compara la pedagogía con la crianza andina:

La crianza puede ser un aporte a una pedagogía diferente si ésta -el acto educativo- deviene en acompañamiento cariñoso y cuidadoso; una manera de vincularse con el mundo en que el acento no esté colocado en los seres en sí        -humanos y naturaleza- sino en la relación que existe entre ambos en la acción de criar y ser criado.

Los talleres transformaron a quienes forman parte de ellos; se trabaja en equipo, las parejas pedagógicas fueron constituyéndose y cada quien fue encontrando su lugar en el colectivo Isaurino.

Se trata de una construcción colectiva, transformadora de la realidad, es un camino que no será abandonado nunca, en movimiento constante: una escuela que late.

Muy a menudo el Isauro recibe estudiantes sin habla, pero no por un defecto físico sino porque fueron silenciades. Tanta violencia; tanto sufrimiento acumulado. Les talleristas se interesan en les estudiantes que, sin darse cuenta, comienzan a relatar su vida. A contar, a contarse, a mirarse, escucharse; así van desenterrando sus palabras.

La metodología de trabajo y su inserción se fue armando y consolidando a partir de reuniones periódicas entre talleristas. De este modo, la planificación de las actividades, la circulación de la información referida a los grupos y las propuestas de abordaje pedagógico fueron compartidas y desarrolladas en forma conjunta y consensuada, en varios períodos del año.

El primer desafío lo constituyó la construcción del vínculo entre talleristas y estudiantes, el desarrollo de la confianza mutua y el respeto por los acuerdos de trabajo, todo ello como condiciones indispensables para cualquier acción educativa. Aprender a leer, pero también aprender a escuchar, a escucharse, a decir y a pedir. De estos aprendizajes no sólo fueron sujetos nuestres estudiantes, sino el conjunto del equipo de talleristas.

Les talleristas aprenden junto a les estudiantes a diseñar actividades que tengan en cuenta sus intereses, sus dinámicas relacionales, sus complejas problemáticas y. a la vez, ligándolas al contexto social y diverso de sus condiciones de existencia.

De la misma manera se construyó “La panadería del Isauro”, a partir del taller respectivo. Se armó un equipo de trabajo con talleristas para fortalecer el proyecto.

Noemí, una estudiante nos dice:

Yo estoy en el emprendimiento de panadería y catering. Hace varios años empezamos con unos hornitos chiquititos. En base a que es una escuela donde yo soy estudiante, y junto a mis compañeres empezamos con este oficio desde que somos chicos de la calle, hemos sido muy discriminados, entonces decidimos mostrarle a la sociedad que un chico de la calle se levanta a las 8 de la mañana para venir a estudiar y también a trabajar. En este momento hacemos panadería y catering ya que crecimos un poco, somos un grupo de 12 chiques que realmente salimos adelante. No sé qué es lo que quiere la sociedad de nosotros, pero nosotros sí queremos algo de ellos: que vengan a visitarnos… (Entrevista a Noemí, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Foto: Gentileza Isauro Arancibia

Artes visuales

Les estudiantes que están involucrades en este departamento, están relacionades a los siguientes talleres: producción y reflexión artística, galería de arte, gestión, curaduría, montaje, circulación y venta de obras, experimentación gráfica, técnicas de grabado, artesanías en metal y joyería.

La galería de arte “León Ferrari” de la escuela Isauro Arancibia fue creada en 2017 como territorio de aproximación entre los campos del arte, el trabajo y la educación.

Desde el taller de artes visuales, -ámbito de producción y reflexión artística- se impulsa la galería como oficio: ¡el arte es un trabajo!

El montaje, las ventas y la atención son parte de la conquista del derecho a un trabajo con proyección, acompañamiento, capacitación y remuneración.

La apropiación y generación de lenguajes del arte y el acceso al diálogo cultural también son parte de este horizonte. 

La galería León Ferrari exhibe obras de artistas estudiantes e invita a artistas argentinos y de todo el mundo a exponer y formar parte de esta construcción.

Cuando la consultamos acerca de sus partes favoritas del taller, Anahí, estudiante, comenta:

En el taller bailamos, cantamos, nos movemos… (Entrevista con Anahí, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Muches de les estudiantes de Isauro describieron que la oportunidad de hacer arte en la escuela ha sido transformadora. Elles no conocían que tienen interés en arte, o no pensaban que tienen la habilidad de hacer arte, y las actividades en los talleres les cambiaron su autopercepción. El estudiante David describió cómo los talleres han cambiado y ampliado su percepción del mundo, además de su percepción de sí mismo. Sobre su experiencia en los talleres que implican poner el cuerpo (Deleuze, 1991), varias estudiantes también comentaban que no saben cómo, pero todavía les gustaban estas actividades y son algunas de sus partes favoritas de los talleres.

No sabía que lo tenía en mi cuerpo. Fue un buen paso y realmente como que me cambió la forma de pensar en el mundo que era mundo totalmente negro y gris, es el mundo que yo conocía que estar en la calle, dormir en la calle, morirme de hambre y de frío. El arte me dio como otra perspectiva, que no era así como yo lo veía, sino que era distinto. (Entrevista a estudiante de Artes visuales. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha 2024).

La tallerista Inés, explica:

En una clase, con un instrumento o herramienta que propone algo, para que los demás se muevan, allí ya cambió algo, armó como otro esquema con los demás. En vez de ir atrás fue y propuso algo nuevo porque lo que realizó tiene efecto en los demás (Entrevista a Inés, tallerista. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Un sentimiento común de les estudiantes es que el arte y los talleres asociados en Isauro les ofrecen la oportunidad de expresar sus emociones de una manera nueva. Algunes mencionan que a través de su arte pueden comunicar pensamientos sobre el gobierno y la sociedad. Un sentimiento común es que usualmente, en situaciones de calle, no tienen la oportunidad de ser escuchades, pero el arte puede ser una herramienta para contar sus historias y crear cambio social. El arte da la oportunidad de escapar y tener un momento de calma afuera de una vida agitada.

Foto: Gentileza Isauro Arancibia. 

Alan, estudiante, comenta:

De aprender a pintar, de ser artista, te ayuda a expresar. Siempre se puede expresar algo, si no es con el arte, es hablando, si no es hablando, es escuchando, porque después puede dar su reflexión y punto de vista. También se puede decir muchas cosas que no se dicen, diariamente, se puede explicar en dibujos.

Queriendo hablar de la sociedad, de lo que pasamos día a día, de la gente que sufre como yo, que pasa hambre, que pasa frío, es mucho más social, mi arte.

Con les talleristas de acá, hemos tenido la oportunidad de presentar el arte que se hace en Isauro, que hace los compañeros en muchos lugares, en muchas marchas, en muchas charlas, estuvo muy bueno poder plasmar de Isauro Arancibia hacia el exterior, lo que existe afuera el arte isaurino y entender que es una forma de expresión genuina (Entrevista a Alan, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024.

Por su parte, Daniel, estudiante, menciona:

Explicándoles las situaciones de calle que nosotros acá, que no tenemos ayuda del gobierno. El arte me da la tranquilidad, es como un tiempo que me da a mi cerebro dos segundos de calma (Entrevista con Daniel, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

En este sentido, David, estudiante, agrega:

En realidad, el arte es como el poder de contar un montón de cosas: decir, reclamar, contar una historia a través de un lienzo. (Entrevista con David, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Inés, tallerista, aporta la siguiente reflexión:

La escuela es un lugar de formación, es un espacio para explorar, experimentar, para conocer, para preguntar. Los lenguajes artísticos tienen que estar allí porque son maneras de interpretar, de decir, de leer realidades. (Entrevista con Inés, tallerista. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Les estudiantes mencionaron que no hay muchos lugares como el Isauro que ofrecen estas oportunidades de hacer arte para personas en situaciones de calle. Que las habilidades que desarrollan en los talleres les abren las puertas a oportunidades de trabajar en las artes. Hay muchos recursos que son necesarios para explorar las artes, y la escuela es un lugar único porque brinda oportunidades de experimentar con una variedad de modos de expresión.

Nuevamente, Alan, estudiante, comenta:

También hay muchas personas que tienen la capacidad en la calle para ser artistas profesionales, para estar en una galería, para tener un futuro digno, pero las oportunidades son escasas, hay muy pocas oportunidades.

El arte es un escape muy genuino para poder expresar y poder crear un futuro, poder realizar lo que uno siente y lo que sienten los demás. (Entrevista a Alan, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).  

Al respecto, David, estudiante, comparte su experiencia:

Yo estando en situación de calle, no tenía chance de estudiar en ningún lado, por diferentes razones de una sociedad que no da oportunidad a personas en situaciones de calle. No tienen la chance de estudiar porque no hay escuelas como ésta que le abren las puertas sin discriminarlos a que lo uno necesita realmente para empezar a desarrollarse y empezar a tener una vida mejor. (Entrevista a David, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

También en relación con la escuela, Anahí, estudiante, comenta:

En otras escuelas no nos enseñaban tanto. Yo iba a la escuela normal y no aprendía. (Entrevista a Anahí, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Inés, tallerista, también reflexiona acerca del Isauro:

El arte en la escuela permite la búsqueda de recorridos posibles con menos prejuicio. En esta forma de escuela, el arte tiene que estar presente para los espacios de formación. (Entrevista a Inés, tallerista. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Es claro que los talleres de arte han tenido un impacto profundo en las vidas de les estudiantes del Isauro. Les estudiantes describieron una variedad de efectos en sus vidas, como una experiencia transformativa que han cambiado su perspectiva de la vida y de sí mismes. De esta forma, se confirma la importancia de la educación artística, especialmente para personas en situación de calle.

Es importante mantener esta oportunidad de expresar sus historias de una manera nueva y desarrollar habilidades creativas nuevas. El arte es un medio de compartir sus historias, que usualmente no se escuchan, fuera de la escuela. Les estudiantes comparten historias de sus vidas, de la lucha, de la escuela y abogan por un cambio social a través del arte. Junto con clases principales de literatura, ciencia, y matemáticas, los talleres de arte ayudan al desarrollo de la confianza y las habilidades de les estudiantes.

La escuela es un lugar especial porque es una presencia constante para personas que no tienen la misma continuidad en otras partes de tu vida. En esta escuela les estudiantes que asisten con sus hijes, tienen garantizada su escolaridad, el almuerzo con continuidad, así que pueden estudiar y explorar campos nuevos como el arte.

Según Inés, tallerista:

Para ampliar los talleres, la escuela necesita más tiempo de los docentes, y más tiempo con los estudiantes para hacer los talleres. Cada estudiante merece la oportunidad de utilizar la creatividad y expresar su historia por el arte, para apoyar esta ampliación. (Entrevista con Inés, tallerista. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

El taller de artes visuales puede ser un disparador, donde además sea algo que se pueda mejorar en cuanto a los vínculos y capacidades a desarrollar asociadas a la creatividad.

Este taller que ofrece la escuela desde hace más de 10 años es un proyecto que empezó pensado para 25-30 estudiantes, pero después se fue creando, en base a las capacidades de les estudiantes, un equipo de trabajo especializado que actualmente está compuesto por 6 estudiantes, para comercializar el arte creado por elles para la venta. (Pérez Solla, 2024. Estudio de relevamiento cuantitativo de los talleres de artes visuales).

Es un taller muy exitoso si tenemos en cuenta que el arte de les estudiantes fue presentado en galerías e incluso se crearon montajes con las escenografías que diseñaron. Es un taller especial para la escuela porque da una oportunidad de mostrar el arte que hacen les estudiantes desde sus perspectivas con las personas de la comunidad de manera oficial, mientras fomenta la creatividad de les estudiantes. Incluso, este taller demuestra el vínculo que hay entre el mundo del trabajo y los talleres creativos que hay en el Isauro.

Entre otras actividades, se han realizado varios murales en la fachada de la escuela. Para eso se invitó a artistas que trabajaron en las aulas sobre la identidad colectiva de la escuela integral del Isauro. Allí se ponen las creencias y el sentir de la institución en imágenes y símbolos representativos de las ideas.

Por otro lado, estos talleres permitieron que se fueran incorporando herramientas propias de los diferentes lenguajes artísticos en el centro de sus actividades. Al mismo tiempo, esta construcción posibilitó la superación de las inhibiciones, resistencias y temores propios de les estudiantes. Ejemplo de ello fueron las ocasiones en que pudieron mostrar cuestiones significativas en el campo del arte que completa la elaboración artística con la mirada y la escucha del otre. Desde esta formulación de talleres se plantearon como fuertes motivadores de espacios diferenciados de lo escolar con énfasis en lo lúdico, la experimentación y el disfrute.

Nora, tallerista nos comenta:

Era la hora de entrar a clase y como era habitual, el ingreso y la puesta en común para empezar no era fácil. Una tarde, un estudiante muestra al grupo algo que había rescatado de la basura: un libro de poemas de amor de Beckett.

Hubo muchos momentos singulares en ese transcurrir de las clases. Algunos difíciles, llenos de tensión, pero otros como esta pequeña escena de comunidad, que también eran posibles. Porque creo que ahí nos poníamos en situación de igualdad, de paridad, de comunidad. Y por eso, en ocasiones, no digo siempre, pero en algunas maravillosas ocasiones, se producía el “lazo”. Con la lectura, con la palabra, en comunidad de intereses. Creando un espacio que, tomando palabras de Silvia Paglieta, se convierta en un lugar donde se lee porque se aprende a nombrar, no a desaparecer. (Entrevista a Nora, tallerista. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024)

 

Diseño textil

Les estudiantes que están involucrades en este departamento, están relacionades con los siguientes talleres: tejidos sustentables, confección de indumentaria -moldería y costura, diseños -sublimación y serigrafía-.

Una cuestión que se observó es que se replica en los talleres la relación entre ramas de actividad laboral asignadas socialmente a mujeres y varones y la participación de estudiantes según género, reproduciendo de esta manera la feminización y masculinización de actividades laborales.  Para intentar minimizar este sesgo, se llevará a cabo un relevamiento de estudiantes de cada emprendimiento productivo en base al informe cuantitativo.

Al principio, se pensaba que en los talleres de trabajo ofrecidos por el Isauro habría más hombres participantes que mujeres, pero esta hipótesis se mostró falsa después del resultado de los informes.

Estos demuestran que, en la mayoría de los talleres de trabajo, hay más mujeres participantes que hombres. Esto está muy destacado especialmente en los talleres relacionados a la alimentación, o al diseño textil, como el taller de moldería y costura donde hay menos hombres. (Pérez Solla, 2024. Estudio de relevamiento cuantitativo de los talleres).

Se abordan entonces cuestiones relacionadas con la diferencias y discriminaciones que sufren las mujeres en el trabajo, la falta de oportunidades, como así también derechos especiales en el caso de maternidad y embarazo. Las diferentes problemáticas en cuanto a las diferencias de salario y acceso a puestos de trabajo.

El segundo departamento más popular está relacionado con el diseño textil (color y corte, y moldería y costura) con un casi 30% de los estudiantes. (Pérez Solla, 2024. Estudio de relevamiento cuantitativo de los talleres).

En este sentido, se prioriza la inversión en los emprendimientos asociados a los recursos como la preparación y diseño textil, lo que incluye los materiales necesarios (por ejemplo, prendas para reciclar).

Otro dato que se extrae de los informes cuantitativos, es que la mayoría de les participantes en general son estudiantes de 30-34 años para los talleres de color y corte.

Teniendo estos puntos en cuenta, se intenta aumentar el interés de los hombres para que participen en los talleres relacionados a la alimentación y sobre todo aquellos de costura.

Foto: Gentileza Isauro Arancibia

Esta área pedagógica de diseño textil se pensó como un proyecto de vida para construir una posibilidad educativa, artística y social, y sostener una interrogación política sobre esas condiciones de vida, de modo tal que quienes forman parte del proyecto puedan, juntes, emprender acciones colectivas para transformar su realidad. Desde la escuela se sostiene que la propuesta pedagógica es política, se encuadra dentro del pensamiento emancipador y es potencialmente liberador, siguiendo a Paulo Freire.

Estos talleres sirven para que todes les egresades del Isauro, cursantes o no del secundario, puedan bucear en sus deseos, imaginar y proyectar un futuro con derechos.

El eje de trabajo se llevó adelante impulsando emprendimientos productivos. Así surgió el proyecto de eco-bolsas, partiendo del taller de costura fusionado con otro proyecto ya iniciado.

Se fomentó, asimismo, el trabajo colectivo y responsable, con la posibilidad de que sirva como medio de vida para nuestres estudiantes. Algo de esto se puede observar en una entrevista en la que la tallerista Alejandra comenta la respuesta de una alumna ante su pregunta acerca de la organización de la muestra de los talleres:

“No te preocupes, ya está, ya tenemos todo listo”. Porque los estudiantes si sabían de la muestra, y como querían participar, organizaron todo, usaron las clases para eso, ya armaron el sablón (marco de metal o madera sobre el que se asienta la imagen a imprimir), y decidieron qué van a mostrar y cómo. (Entrevista con tallerista Alejandra. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha 2024).

Para terminar de ilustrar algo de lo que sucede en el taller textil, quienes forman parte del proceso de trabajo traen este poema que resume las interacciones y relaciones colectivas que les hace posible tanto a les talleristas, como a les estudiantes avanzar en su necesidades y deseos:

Estoy hecha de retazos. Pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía y que voy cosiendo en el alma.

No siempre son bonitos, ni siempre felices, pero me agregan y me hacen ser quien soy.

En cada encuentro, en cada contacto voy quedando mayor.

En cada retazo una vida, una lección, un cariño, una nostalgia... Que me hacen más persona, más humana, más completa.

Y pienso que es así, como la vida se hace: de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también.

Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados... Siempre habrá un retazo para añadir al alma.

Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer mi historia con los retazos dejados en mí.

Y que así de retazo en retazo podamos convertirnos, un día, en un inmenso bordado de nosotros.

Cora Coralina (1965). “O Poema dos Becos de Goiás y Estórias Mais”.

 

Movilidad sustentable

El equipo de talleristas y estudiantes armaron “La Cleta del Isauro” como taller de bicicletas. Traemos aquí un poema escrito de forma colectiva entre talleristas y estudiantes que muestra el corazón espacio:  

La bici es una herramienta para proyectar ideas y trabajar de una manera colectiva.

Nuestros proyectos se enfocan en el ciclismo urbano, repensando los problemas y el trabajo.

En la vida, para no perder el equilibrio hay que seguir pedaleando. Estar en movimiento.

El movimiento es producto de nuestra fuerza. En convivencia con nuestro entorno y la naturaleza.

Queremos una movilidad sustentable, accesible y popular.

Nos movemos por la calle. La conocemos y sabemos que no es un lugar para vivir, ni para morir.

El primer proyecto que se hizo desde este taller fue “Prevenir andando”. Consistía en una donación de bicicletas (500), más un curso que se brindaba dos veces por semana acerca de reparación, fileteado porteño y espacio de intercambio sobre temas relacionados a los derechos.

Este taller continuó hasta el año 2015, luego fue convertido en un emprendimiento productivo del cual viven algunas familias. Este crecimiento implicó pensar en fortalecerlo, con una impronta fuertemente pedagógica.

La relación del trabajo y el impacto en el medio ambiente, -cómo preservarlo y colaborar en reencontrar el equilibrio entre el uso de los recursos y las actividades productivas-, se ve reflejada en el uso de la economía circular para modificar la forma en que producimos y consumimos. Frente a la economía lineal de extracción, producción, consumo y desperdicio, la economía que impulsamos alienta un flujo constante, una solución virtuosa, en la que el reciclado puede ser utilizado como recurso para reingresar al sistema productivo. De esta manera, reducimos nuestros desechos y extraemos menos bienes naturales del sistema.

Todo esto es posible porque la organización del trabajo se basa en el cooperativismo y en la voluntad de compartir. Si una de las partes no tiene voluntad de compartir, la cooperación genuina no se puede desarrollar dentro de un proceso abierto y transparente.

Les estudiantes y talleristas que están involucrades en este departamento, están relacionades a los siguientes talleres: mecánica y armado de bicicletas, vehículos cargo -esto comprende herrería-, servicios y logística de distribución -comprende guardería-.

Frente al resto de los departamentos, la razón por la cual estos talleres no son tan populares tiene algo que ver con el hecho de que son más técnicos e incluso necesitan mayores herramientas de abstracción/sistematización.

La mayoría de les estudiantes que participan tienen 35-39 años para los talleres de bicicletería.

Además, a diferencia de otros talleres, el de bicicletería, tiene una proporción de cinco hombres, por cada mujer. (Pérez Solla, 2024. Estudio de relevamiento cuantitativo de los talleres).

Teniendo en cuenta estos datos, debemos garantizar que las pocas mujeres participantes en los talleres de bicicletería no terminen por dejarlos, a causa de que los vean como “un taller sólo para hombres”, de acuerdo a las conversaciones con les estudiantes.

En relación con la experiencia en el taller, Horacio, tallerista, nos compartió:

Mi nena tenía 6 años y no sabía los colores, los números… Nunca había ido a una escuela. Y me preocupaba la educación de mi hija, así llegué al Isauro. Y ahora ella tiene 13 años y sigue siendo estudiante del Isauro. Yo también hice la primaria acá y la terminé. Ahora trabajo en el taller de armado de bicicletas y hago fileteado porteño. Yo tomé el primer curso que dieron, y ahí me di cuenta de que era muy bueno pintando. Y soy profesor, doy clases en el taller de bici, y me gusta mucho pintar. (Entrevista con Horacio, tallerista. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

Asimismo, Vicente, estudiante, dice:

Hace un año que estudio en la escuela Isauro Arancibia, estoy en tercer ciclo, estudio a la tarde. A la mañana hago bicicletería. Aprendí el oficio el año pasado. Estamos haciendo un micro emprendimiento.

Otros compañeros y yo somos los encargados del taller, y los jueves, aparte, le damos una mano al tallerista que da clases de bicicletería para que el día de mañana otros pibes laburen con nosotros. Tengo mi pareja que también trabaja acá, estudia en la secundaria, y mis hijos venían al jardín acá. Y bueno, básicamente estoy todo el día acá. (Entrevista a Vicente, estudiante. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024).

 

Foto: Gentileza Isauro Arancibia. 

Conclusiones

Del trabajo en conjunto entre talleristas y estudiantes surge la necesidad latente por desarrollar procesos de educación alternativos, donde el objetivo principal no sea formar a les estudiantes y prepararles para el mundo del trabajo; sino apostar por un paradigma que prepare ciudadanes creatives y su desarrollo colectivo. De esta forma, la cooperación debe ser asumida como parte de los modelos pedagógicos para configurar lo propiamente humano con otres, a través de la cultura. Se trata de caminar este proceso a través de un cambio de actitud, hacia una actitud cooperativa.

Esto implica una responsabilidad compartida con la comunidad; deben generarse oportunidades colectivas de aprendizaje, un poder compartido, y, de esa forma, un dar y recibir simultáneo identificados con un interés general, que permite la integración social, entre les sujetos pedagógiques relacionades en función de un proyecto de participación ciudadana y compromiso comunitario.

Al realizar este estudio, pudimos observar a través de las entrevistas que no todos les estudiantes miran al trabajo como sólo un fin para ganar dinero, sino que han aprendido a través de la participación en los talleres a considerar el impacto que esto puede tener en la formación completa de una persona, su socialización y creación de hábitos saludables, para dejar aquellos nocivos. Retomando las palabras de Pablo Garacotch, coordinador de la escuela de formación para el trabajo, se podría considerar la vinculación del trabajo y las artes tomando como inspiración aquello que acontece en los diferentes talleres:

El primer cambio de los talleres de trabajo que se hizo fue siguiendo lo que era necesario y lo que deseaban nuestres estudiantes preguntándoles qué tipo de talleres le gustaría que tengamos, y estos fueron más o menos los talleres que se pueden ver ahora que se están ofreciendo en la escuela. (Entrevista a Pablo Garacotch, coordinador de la escuela de formación para el trabajo. Entrevistador: Pérez Solla. Fecha: 2024)

De esta forma, les estudiantes eligen esta escuela como un lugar de contención. Les talleristas se dedican a escuchar y abordar sus heridas, facilitando el desarrollo del rol del estudiante dentro de un contexto colectivo. Reconocen y utilizan estas voces para reconfigurar metodologías didácticas y pedagógicas, frecuentemente opuestas al discurso dominante.

Para avanzar en los derechos de les estudiantes en situación de calle, es necesario equilibrar los objetivos pedagógicos asociados: construir ciudadanía no solo en el nivel legal, en cuanto titularidad de derechos, sino en el plano concreto vinculado con la provisión efectiva de los mismos. Desde la propia identidad, -quién soy, qué quiero-, cada año a partir del eje pedagógico y de la idea de “héroe colectivo”[4] se trabaja concretamente en la elaboración de herramientas poderosas para impulsar la innovación y el crecimiento. Así, la importancia de los talleres aumentará a medida que se acompañe la cooperación, con la mejora de la colaboración en su conjunto.

 

El pedagogo y pensador Paulo Freire (2022) aboga por un proceso educativo donde les estudiantes no solo reciben conocimientos, sino que también son protagonistas en la construcción de su aprendizaje, tomando en cuenta sus contextos y desafíos individuales. Estos espacios les permiten practicar el uso efectivo de la palabra. Las asambleas no solo son cruciales para la participación activa de les estudiantes, sino que amplifican una voz que socialmente suele ser marginada.

Los criterios para la elección de contenidos cooperativos, están alineados con la Pedagogía de la esperanza de Paulo Freire (2002), como lo expresa:

Sin un mínimo de esperanza no podemos comenzar el embate, pero sin el embate la esperanza, como necesidad ontológica, se desordena, se tuerce y se convierte en desesperanza que a veces se alarga en trágica desesperación. De ahí que sea necesario educar la esperanza.

Estamos en una escuela que se enfrenta a desafíos y se enorgullece de su resistencia colectiva contra la desesperación y a favor de la igualdad.

Bibliografía

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[1] Contador Público (UBA). Especializado en Desarrollo Local, Territorial y Economía Social (FLACSO). Egresado del Ciclo de Formación Pedagógica (Normal Superior N°6). Tallerista en Gestión de Cooperativas en la Escuela de Formación para el Trabajo de la Escuela Integral Isauro Arancibia.  Correo electrónico: eperezsolla@economicas.uba.ar

[2] Se instituye el proyecto de “jornada extendida” diseñado por el equipo docente, que consideró las necesidades e inquietudes de les estudiantes. Se extiende la cantidad de horas de clases curriculares, se suman talleres curriculares y de contra turno (no curriculares).

[3] Término que utilizan les estudiantes para referirse al grupo de pares con el que comparten la situación de calle y un espacio geográfico en la ciudad.

[4] Pensado como el único héroe válido: el héroe es en grupo, nunca individual.