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REFLEXIONES Y DEBATES
Concepciones de "desarrollo" en la Economía Social. Un estudio socio territorial a partir de las prácticas discursivas de las y los trabajadores.
Número 243 / Año 2024 / Por Hidalgo, Ana Laura
El artículo presenta los resultados de un trabajo realizado con actores de la Economía Social en la provincia de San Luis, Argentina. Se utilizó una metodología de tipo cualitativa para reconstruir los sentidos que las y los trabajadores del sector atribuyen al “desarrollo”. La muestra del estudio consideró a un grupo de personas que se involucran en la implementación de una política pública. Esta medida procura fortalecer las actividades socio productivas de estos colectivos por medio del otorgamiento de microcréditos. Los resultados son presentados en función de las dimensiones reconocidas en las y los actores, las cuales han sido puestas a su consideración antes de elaborar esta publicación.
Understanding "development" in the Social Economy. A socio-territorial study based on the discursive practices of workers The article presents the results of a work carried out with actors of the Social Economy in the province of San Luis, Argentina. A qualitative methodology was used to reconstruct the meanings that workers in the sector attribute to “development.” The study sample considered a group of people who are involved in the implementation of a public policy. This measure seeks to strengthen the socio- -productive activities of these groups through the granting of microcredits. The results are presented based on the dimensions recognized in the actors, which have been put for your consideration before preparing this publication. Keywords: San Luis, public policy, territorial meanings, social participation organizations, Grounded Theory.
Concepções de “desenvolvimento” na Economia Social. Um estudo sócio territorial a partir das práticas discursivas dos e das trabalhadoras O artigo apresenta os resultados de uma pesquisa realizada com atores da Economia Social na província de San Luis, República Argentina. Foi utilizada uma metodologia qualitativa para reconstruir os significados que os e as trabalhadoras do setor dão ao “desenvolvimento”. A amostra do estudo considerou um grupo de pessoas envolvidas na implementação de uma política pública. Essa medida procurou fortalecer as atividades socioprodutivas desses grupos através da outorga de microcréditos. Os resultados apresentados são com base nas dimensões reconhecidas pelos atores, prévia consideração deles antes da publicação. Palavras-chave: San Luis, políticas públicas, significados territoriais, organizações de participação social, Teoria Fundamentada.

Revista Idelcoop nº 243 - Julio 2024 - ISSN Electrónico 2451-5418 /  Sección Reflexiones y Debates

Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa

 

Concepciones de “desarrollo” en la Economía Social.

Un estudio socio territorial a partir de las prácticas discursivas de las y los trabajadores

Dra. Ana Laura Hidalgo (UNSL CONICET)[1]

 

Introducción

El trabajo se propone presentar las concepciones del “desarrollo” que reconocen las y los trabajadores de la Economía Social (ES) de la provincia de San Luis, Argentina. Estos actores se articulan con organizaciones de participación social a partir de las cuales despliegan sus actividades socio productivas en el marco de una Ley Nacional que es implementada en los territorios por medio de organizaciones sociales sin fines de lucro, de manera descentralizada.

Por tratarse de un estudio situado, los resultados obtenidos no tienen la pretensión de generalización. Por el contrario, el trabajo conserva la riqueza de ser un estudio anclado a las experiencias de las y los sujetos en relación con el mundo socio productivo del sector de la E.S en la provincia. La construcción teórico-conceptual que presentamos, ha sido puesta a consideración de las y los trabajadores de las organizaciones implicadas.

La preocupación por los sentidos del desarrollo en relación con este caso, responde a que dicha Ley enuncia de modo explícito que el objeto de la misma es “estimular el desarrollo integral de las personas” (Ley 26.117, Artículo 1). En este marco, nos preguntamos: ¿qué es el desarrollo integral? ¿Puede el desarrollo ser un significante unívoco para el conjunto de las y los actores involucrados/as? ¿Cómo es comprendido por las y los trabajadores/as de la ES en San Luis?[2]

El artículo se organiza en seis momentos. En primer orden, se exponen los fundamentos conceptuales de esta propuesta. Luego, se presenta la dinámica de la política pública seleccionada y una caracterización de la misma en San Luis. Seguidamente, se describen las decisiones metodológicas del estudio. A continuación, se incluyen los resultados y discusiones del caso. Finalmente, esbozamos las conclusiones a efectos de contribuir al campo del conocimiento.

Fundamentos conceptuales

Los fuertes cambios en los procesos político-institucionales, económico-sociales y cultural-simbólicos en la mayoría de los países de América Latina, permiten habilitar nuevas preocupaciones, y reactualizan la tensión entre la búsqueda de desarrollos alternativos o de alternativas al desarrollo (Gambina, 2013). Estas inquietudes necesariamente reclaman la intromisión en los territorios donde se viven las políticas públicas, a fin de repensar (y profundizar) sus opciones de transformación social, cultural, ambiental, económica e institucional en la región (Elorza, 2015).

Las relaciones entre las nociones de política y territorio se conciben como un pensar situado que no puede ser escindido; y en cuya dinámica se posibilitan las tensiones de inclusión-exclusión en una vocación contemporánea. Desde este posicionamiento teórico epistemológico, se entiende la noción del desarrollo como esencialmente política en la medida en que encarna determinados posicionamientos ideológicos. Allí, se conciben y despliegan las prácticas discursivas como expresiones de horizontes sociales en disputa por el poder, materializadas en los sentidos de orden social que condicionan los niveles de apropiación de los procesos (Hidalgo, 2019).

La palabra “desarrollo” se ha ligado a disímiles significados de acuerdo a los contextos históricos y políticos en los cuales se han propuesto definirla. En un trabajo anterior, nos detuvimos en los encuentros entre las concepciones de comunicación y desarrollo desde una perspectiva latinoamericana (Hidalgo, 2017). Y es que ambas categorías encuentran en la tradición de estudios de investigación múltiples cruces. En este sentido, y a modo de ejemplo, podemos mencionar el rol del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL). Desde esta entidad, mediante talleres de comunicación comunitaria, intentaban promover la participación y la organización de los miembros para alcanzar el desarrollo integral comunitario; la comunicación era la trama de ese proceso. Estas propuestas destacaban la participación de la comunidad en la elaboración del diagnóstico y planificación comunitaria; actualmente, esta perspectiva es central en la formación de investigadores e investigadoras del campo. En un trabajo posterior, nos detendremos puntualmente en estos aspectos.

Es central identificar los desplazamientos realizados por el concepto de desarrollo. Se podría realizar una clasificación en tres grandes grupos: a) Desarrollo impuesto: Un modelo que considera a los sectores populares como pasivos en el proceso del desarrollo, pensado y concebido por grupos dominantes; b) Desarrollo democratizado: Se promueve que los sectores populares participen en el armado y ejecución de los distintos programas y acciones. Existe una participación limitada acerca del cómo, pero no del qué; c) Desarrollo propio: Esta estrategia implica un proceso de autodesarrollo, en el cual las clases populares son sujetos protagónicos y artífices de su propio proyecto de futuro.

Este artículo piensa las dimensiones del desarrollo que los y las protagonistas despliegan en un espacio social determinado. Así, toda política pública es manifestación de procesos políticos particulares y de desarrollos sociales diversos; por tanto, expresa correlaciones de fuerza históricamente situadas. Sin embargo, adquiere su carácter de pública en la medida en que no sólo impulsa una acción de carácter distributivo, redistributivo, regulatorio o constitucional, sino que también se vincula con el modo en cómo se construye y cómo intervienen en su formulación las agendas de las organizaciones sociales. En definitiva, en el marco de la política seleccionada, son estas organizaciones las que le dan vida en los territorios.

Al mismo tiempo, toda política pública establece sus criterios de inclusión y exclusión por medio de los cuales constituye un tipo de sociedad particular. Se establece un “nosotrosa diferencia de un “otro” más o menos identificable. Y esta dinámica adquiere en los territorios particulares de implementación de la política pública diversas características que permiten diferenciar los procesos. Por tanto, la definición del “nosotros” y el “otro” no puede ser homogénea ni mucho menos generalizable, al tiempo que simultáneamente, los actores intervinientes en el mismo espacio social manifiestan sus expresiones de vida de modos diversos.

En este sentido, consideramos al espacio social como una construcción y, como dice Massey (2007), fruto de acciones, relaciones y prácticas. En tanto producto de la sociedad, nada en él puede ser natural, sino que es atravesado por construcciones políticas y tensionadas por diversos modos de “poder social”. Por tanto, no hay un orden del sentido predeterminado, “sino que este debe ser configurado y reconfigurado constantemente en forma activa y común” (Auat, 2011: 101). De este modo, el espacio social como producto se encuentra abierto a la política, habitado por “poder social”, que se expresa en múltiples formas (económica, política, cultural; dominación, igualdad, potencia) y se realiza “en relación”, entre una cosa (persona, Nación, región, lugar) y otra.

El espacio nos ofrece el desafío (y el placer y la responsabilidad) de la existencia de “otros”” (Massey, 2007: 8). Con frecuencia, se transforma el espacio en tiempo, con –al menos- dos efectos: la supresión de la multiplicidad contemporánea del espacio, y la reducción al singular de la temporalidad. Por su parte, Madoery (2013) explica que se suele sostener que el tiempo es la dimensión del cambio, mientras que el espacio es la dimensión de multiplicidad. Este proceso por el cual se diferencian estas dos dimensiones, las escinde de los procesos en los cuales se imbrican necesariamente. Esto conlleva un único modelo de desarrollo (y de comunicación), que predice los proyectos de los territorios; sin embargo, esas prácticas discursivas no son sólo foráneas, sino que se encuentran producidas y reproducidas en el interior de los mismos. Por otra parte, la transformación del espacio en tiempo permite invisibilizar las desigualdades que se producen y reproducen en la actualidad y que son estructurales, ocultando las redes de poder. De este modo, Massey indica que se niega la condición de coetáneos, como propiedad esencial del espacio.

Por tanto, el espacio no es la suma de territorios, sino una complejidad de relaciones (flujos y fronteras; territorios y vínculos); por esto, nunca es simple y coherente. Los sentidos de orden social que allí circulan son el resultado de la mezcla de todas las relaciones, prácticas, intercambios que se fusionan ahí como producto de procesos de negociación, conflicto, contienda entre distintos grupos, con intereses materiales y posiciones sociales y políticas distintivas. Así, las prácticas cotidianas conllevan un carácter de lo implícito que permiten ocultar los acuerdos sobre los que se basan y de una geometría de poder específica (Massey, 2007), puesto que:

[…] el propio concepto de sociedad implica, de cualquier modo, su espacialización o, en un sentido más limitado, su territorialización. Sociedad y espacio social son dimensiones gemelas. No se puede definir al individuo, al grupo, ni a la comunidad o a la sociedad, sin insertarlos a la vez en un determinado contexto geográfico, “territorial”. (Haesbaert, 2011: 19)

La territorialidad de las prácticas discursivas

Este trabajo se sitúa en el segundo nivel de interdisciplinariedad en el campo propuesto por Haidar (1992), que asume la imbricación de la lengua con lo cultural, lo social, lo psicológico, lo filosófico. Desde este lugar, se busca profundizar la dimensión pragmática (sistema en uso) y visibilizar el funcionamiento sistémico. Se destacan dos sentidos centrales, que aparecen vinculados subsidiariamente en las prácticas discursivas: a) el lenguaje como acción, en el sentido de los actos de habla, decir es hacer; y b) el lenguaje en acción, como prácticas lingüístico-discursivas.

En este sentido, las prácticas discursivas producen, reproducen, negocian y cambian sentidos de orden social (valores, normas, poderes, saberes, etc.); como tales son constitutivas de la vida social y cobran especial centralidad en la configuración de identidades, de valores, de formas de ordenar “el mundo” y se manifiestan en una situacionalidad particular. En esta línea, y recuperando las ideas expuestas, territorializar las prácticas discursivas supone comprender que: a) el espacio es producto de relaciones sociales; b) el espacio es la dimensión de multiplicidad de sentidos; c) el espacio siempre está siendo construido.

En términos comunicacionales, el riesgo de eliminar la dimensión del espacio conlleva a la circulación de un único discurso que tiende a invisibilizar las miradas alternas a las hegemónicas; esto permite repensar las dinámicas de inclusión/exclusión sobre las que nos referimos en un trabajo anterior (Hidalgo, 2019). En un trabajo posterior, nos detendremos en estas implicancias.

La Ley 26.117: Promoción de la Economía Social

La Ley 26.117 de “Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social” fue sancionada y promulgada en 2006. Establece la promoción y regulación del microcrédito, “a fin de estimular el desarrollo integral de las personas, los grupos de escasos recursos y el fortalecimiento institucional de organizaciones no lucrativas de la sociedad civil que colaboren en el cumplimiento de las Políticas Sociales” (Art. Nro. 1, Ley 26.117). Las bases indican la necesidad de situar correctamente al microcrédito como un instrumento y no como un fin en sí mismo. De este modo, se convierte en una interesante herramienta siempre y cuando se combine adecuadamente con otros instrumentos igualmente importantes, como los son la capacitación, la asistencia técnica pero también las cuestiones organizativas y gremiales que afectan a las y los trabajadores y trabajadoras. En efecto, el microcrédito aplicado en soledad puede llegar a ser estéril y muchas veces llevar más problemas que soluciones.

Al momento de la recolección de información para este artículo, en San Luis su implementación se encontraba descentralizada en organizaciones sociales sin fines de lucro; algunas ejercían como Organizaciones Administrativas (OA) o Ejecutoras (OE), con un sistema de acompañamiento en términos de capacitación por parte del Centro de Referencia (CdR). Asimismo, también se involucraban sujetos en el rol de promotores y promotoras territoriales, quienes asesoran a los Grupos Solidarios. Estos grupos estaban constituidos por cinco trabajadores y trabajadoras socialmente responsables, puesto que no se requieren garantías patrimoniales para acceder al crédito. Las actividades productivas buscaban ser formalizadas por parte del CdR por medio del Monotributo Social Costo Cero (MSCC). Antes de la sanción de la Ley del 2006, existían en la provincia experiencias de microcrédito vinculadas al “Banquito Popular de la Buena Fe” las cuales, luego de la Ley 26117, se incluyeron en esta normativa. Es necesario de señalar esto, puesto que muchos de las y los trabajadores/as de la ES mencionan en sus dichos que son parte del “Banquito”. Otro detalle a indicar es que, al momento de recolección de la muestra, San Luis era el único distrito del país que no adhería a la Ley y no integraba la mesa nacional que la normativa supone (entre otras cosas).

Abordaje metodológico

El abordaje metodológico de este trabajo se corresponde con un estudio que procura revalorizar el pensamiento y la praxis situada en contextos socio-espaciales determinados. Por ello, este trabajo otorga un lugar central al análisis territorial, a los sujetos que le dan vida, a las relaciones sociales de poder que se sitúan en el mismo, a los condicionamientos de contextos espacio-temporales, las territorialidades y a las representaciones de los espacios sociales. Este trabajo se inspira en el estilo analítico de la Teoría Fundamentada (TF) de los datos (Glasser y Strauss, 1967) y se han seguido los criterios del diseño sistemático, de acuerdo con Vasilachis de Gialdino (2006).[3]

Esta estrategia supone dos procesos simultáneos: el Método Comparativo Constante (MCC) y el Muestreo Teórico. Este último permite identificar categorías y sus propiedades, para sugerir las interrelaciones dentro de una teoría (Soneira, 2006). Por su parte, el procedimiento analítico de MCC se preocupa por generar categorías conceptuales, sus propiedades (aspectos significativos de las categorías) y establecer interrelaciones entre ellas. Las propiedades de las categorías teóricas no son únicamente causas, sino que pueden ser también condiciones, consecuencias, dimensiones, tipos, procesos, etc. En este marco, este trabajo presenta las dimensiones fundamentales que se han reconocido en la categoría “desarrollo”.

Por tanto, este estilo no pretende ser un intento por verificar la construcción de las dimensiones, sino que requiere la saturación de la información ya que su objetivo es la generación de teoría (Valles, 2000) que permitan la construcción de categorías. “Esta integración final es la que lleva los hallazgos de la investigación de la descripción a la teoría” (Corbin, 2010: 17).

En este marco, no se puede establecer un número de personas a entrevistar que sea “representativo”, sino que se pretende lograr la saturación de un concepto a partir de los datos. Es decir, cuando en el análisis y codificación de los mismos, ya no se encuentren datos nuevos. Corbin llama al acto de analizar como codificación, aquel “proceso analítico por medio del cual los datos son fracturados, conceptualizados e integrados en forma de teoría” (Corbin, 2010: 212).

En este estudio, la muestra está constituida por: 32 trabajadores y trabajadoras de la ES (destinatarios y destinatarias de los fondos); seis promotores y promotoras territoriales; cinco referentes de las OA y OE; cuatro agentes del CdR. Las técnicas de recolección de datos utilizadas son de tipo conversacionales (entrevistas en profundidad), observacionales y documentales. El trabajo de recolección de datos se realizó entre 2017 y 2019; la puesta en común y consideración de las categorías durante el año 2022 y 2023.

Resultados y discusiones: el desarrollo en las prácticas discursivas de la Economía Social

Aquí se presentan las principales dimensiones reconocibles en la noción de “desarrollo” en las prácticas discursivas de las y los trabajadores de la ES, siguiendo el estilo sistemático de la TF. Sin embargo, se incluyen también fragmentos de los otros actores de la política puesto que resultan complementarios y ampliatorios, en algunos casos. Asimismo, cabe señalar que muchos de las y los actuales “promotores” antes fueron destinatarios y destinatarias de los fondos. Los datos se han organizado en cinco dimensiones. El orden de presentación de las mismas no responde a una cuestión de prioridad o cronológica; son expuestas siguiendo un posible orden lógico desde los aspectos micro hacia los macro.

  1. Dimensión económica

Esta primera dimensión, está relacionada con los objetivos propios de la Ley 26.117. De acuerdo con las prácticas discursivas analizadas, identificamos diversos tipos de subcategorías relativas a lo económico. Se han clasificado de acuerdo a tres nociones relevantes que permiten conocer el grado de formalidad o informalidad que presentan las experiencias de la ES y las condiciones de su sostenibilidad en el tiempo. En ellas, se consideran los emprendimientos y las y los emprendedores/as-trabajadores/as de la ES, la formalidad del trabajo, y los lugares en los cuales se desarrollan los puntos de ventas de lo producido.

1.1 Emprendimientos y trabajadores/trabajadoras de la ES

A pesar de haber tenido una experiencia favorable en la operatoria en la que participaron del Programa, algunos/as trabajadores/as manifestaron no seguir percibiendo créditos en las OA a las cuales pertenecían. “No le di continuidad al préstamo porque en realidad yo con lo que había sacado ya me había afianzado y no lo necesitaba. Entonces, le dejé lugar a que se lo pasaran a otro” (Entrevista a trabajador ES, realizada el 13/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo).

Hay un sentido de solidaridad y reciprocidad que resulta disruptivo con las nociones fundamentales de una economía de mercado capitalista. Pensar en las necesidades de los y las otros/as no es común en las lógicas motivadas por la ganancia. “De mi grupo, ninguna continúa con créditos. No, con créditos no, no. No, pedimos sólo dos créditos. Ha sido entonces como un período de transición para insertarse... Exactamente; fue como un afianzamiento” (Entevista a trabajadora ES, realizada el 31/08/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo).

El pasaje por el Programa, es como un puente hacia otra cosa; resulta recurrente la palabra afianzamiento, que se manifestó como parte de las expectativas de las y los trabajadores. No es un fin en sí mismo, sino que permite en algún punto recuperar estabilidad para insertarse en un mercado competitivo y expulsor.

Advertimos que este apartado relaciona la actividad con el sujeto que la desempeña; en sus prácticas discursivas esto fue muy evidente. Una trabajadora se definió de este modo:

Uh, para mí… Yo te puedo decir, luchar día a día. Porque vos empezaste algo con un fin. Yo en realidad no tenía un fin con esto. Yo empecé de casualidad y sigo porque le gusta a la gente y porque a mí me gusta hacerlo. Y porque la gente en realidad te dice… Y es lucharla día a día ser emprendedor. Porque vos llegas a tu casa, y yo por lo menos lo que hago es levantarme temprano para ordenar mi casa y después ponerme a hacer lo mío, y siempre te cortan viste si estás en tu casa, pero bueno. Es así. Este, es tratar de decir yo para mañana quiero hacer esto y lo voy a tratar de hacer; o te encargan algo para hacer. Y eso te incentiva a seguir, ¿entendés? De que es lucharla y de decir bueno, hoy vendí esto, bueno con esto compro un poco de material, lo otro lo reparto y así. Es el día a día de cada uno, creo. Creo que es como el día a día de cada uno en este país. Es como una forma de vida, sí, sí. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 03/06/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Ser trabajadora de la ES supone luchar, pelear, una actividad de todos los días, que se desarrolla en sus propias casas, condicionando la cotidianeidad de la vida del hogar. Ser ella, como emprendedora aparece asociado a lo que hace para serlo; su trabajo artesanal. Una persona que vive día a día con lo que obtiene de su trabajo, y que reinvierte en materiales para alimentar su proceso productivo. Eso es ser emprendedor/a de la ES, una forma de vivir.

1.2 Formalidad del trabajo

Esta subcategoría resulta relevante para analizar las características de sostenibilidad de los proyectos. Si bien es posible reconocer diversas causas y consecuencias en la estabilidad de esa formalidad, consideramos en este apartado algunas nociones que lo han condicionado.

Entonces la asociatividad que se visualiza en ferias, que se visualiza en el trabajo conjunto para lograr un objetivo, que se visualiza a través de la marca colectiva, que es lo que me permite a mi salir al mercado con lo que produzco, con una marca que lo instala, que se visibiliza. Que ya no sos el emprendedor que está a la orilla de la estación de trenes, sino que tenés un producto y una marca absolutamente identificada. A nosotros nos ha costado muy mucho. Nosotros tenemos una cultura muy individualista… (Entrevista a la persona responsable de una OA vinculada con la implementación de la política, realizada el 12/05/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Otro de los indicadores que permiten pensar la condición de formalidad e informalidad de los emprendimientos considerando su sostenibilidad, es la participación de las y los actores en el Monotributo Social Costo Cero (MSCC). En este aspecto, se pudo advertir en un estudio anterior (Hidalgo, Galende e Isidro, 2024) que el 76,8% de las y los trabajadores/as no está inscripto allí.

Sí, yo estuve en el MSCC, nos asesoraron. Yo cuando empecé y estuve en el Banquito todavía no estaba jubilada, y bueno, de golpe dejaba de tener todos los beneficios, todo. Entonces me asesoraron, y hay una chica amorosa que se llama MM, que por intermedio de las chicas del Banquito y MM nos hicieron a todos el MSCC; y hasta que me jubilé yo tuve el MSCC; mi esposo y yo. […] Así que los dos tuvimos. No, eso fue maravilloso. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 07/02/2019. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Si bien no son muchas las personas que han podido acceder al MSCC, quienes participaron del mismo lo han considerado muy positivo, admitiendo que resultó de mucha ayuda. La trabajadora lo califica como “maravilloso”, haciendo referencia a los bajos costos que implicaba la sostenibilidad en el MSCC en comparación con los beneficios percibidos estando allí.

Permite acceder a cierto grado de formalidad en la actividad, para poder tener otros beneficios. Sí, además yo tenía facturación, que por si alguien necesitaba tenía una factura B y bueno eso te da una cierta tranquilidad de poder vender. Porque hay gente que vos le querés vender y te dicen “ay no, si no tenés factura…” Sí tengo factura. (Entrevista a trabajador ES, realizada el 14/11/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Esta formalidad impositiva no resulta menor para los y las trabajadores/as, a pesar de que se reconoció que no es una preocupación instalada en el grupo. Este recurso le permitió a al trabajador entrevistado acceder a una clientela que de otra manera no hubiera podido, al tiempo que pudo gozar de ciertos beneficios previsionales.

Algunos fueron más allá para garantizar la sustentabilidad y formalidad del emprendimiento:

Claro, yo ahora por ejemplo en este momento hice registrar mi firma, el nombre de la empresa. Porque bueno, cuando arranqué mi empresa se llamaba “AA1”[4], y cuando quise hacerla registrar, ya estaba “AA1”. Entonces ahora mi nombre es “AA2”; y bueno viste, ese es mi nombre ahora en la empresa. Y ya al estar registrado es otra cosa también; es otro pasito más. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 03/06/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Esta acción es considerada como un paso más en la estabilidad del proyecto. La posibilidad de poder registrar su marca, además, permite pensar en cierta sostenibilidad de lo producido y su regularidad.

Como se advirtió en el estudio anterior mencionado, el acceso al MSCC no ha sido masivo; sólo el 7.1% manifestó haberse inscripto. Esto, indefectiblemente, ha condicionado el acceso a otros derechos por parte de las y los trabajadores/as y sus familias.  Entonces, se puede repensar el ejercicio de derechos que posibilita la formalidad del proceso del trabajo. Vale señalar también, que de ese 7.1%, muchos y muchas no han hecho uso de la obra social a pesar de realizar los aportes mediante el MSCC. En estos casos, mencionaron que seguían acudiendo a la salud pública ante urgencias o controles.

En términos de formalidad para garantizar el acceso a derechos, se puede indicar que el emprendimiento ha tenido un lugar secundario para las familias. Asimismo, es un indicador de que a pesar de poder haber desarrollado su emprendimiento con el apoyo de un crédito flexible y con el acompañamiento de otros actores de la política en el territorio, continúan en su gran mayoría desarrollando sus tareas en el mercado informal, sin garantizarse sus derechos de modo consecuente, y con la inestabilidad que estas situaciones implican.

1.3 Puntos de venta

Otra cuestión vinculada a la dimensión económica en las prácticas discursivas de los y las actores, es el tema de los puntos de venta de los productos. No sólo las y los trabajadores deben enfrentar los procesos de producción, sino que la búsqueda del puesto de venta se constituye también como un conflicto:

Y acá porque íbamos al colegio; primero al Colegio Bazán de Niñas. Estuvimos en el Colegio, - ¿cómo se llama el que está de este lado? -, el Nacional. Estábamos en la plaza. Después estuvimos como Desarrollo Social itinerantes, anduvimos por todos lados, por todas partes, íbamos para acá, íbamos para allá, armábamos los puestos, era bastante complicado. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 13/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Por otra parte, otras personas explicaron la búsqueda del lugar o punto de venta de la siguiente manera:

Y… cómo conseguir el lugar para vender en el Potrero… Usted tiene que tener un contacto. Hay muchos emprendedores; somos como cuarenta. Muy pocos son de Potrero. [Estamos] en el Circuito, en la calle A9. Viste son todos puestitos, como los que ahora están acá en la plaza. Viste, de tronco. Yo fui porque vi que había y me dijeron que tenía que ir a la Municipalidad, en el 2010. […] Fui y llevé las cosas, las presenté, las fiscalizaron, les gustaron y arranqué. (Entrevista a trabajador ES, 13/11/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

El hallazgo de dónde vender lo producido emerge asociado a un deseo trabajoso. El Programa no resuelve estas cuestiones ni las plantea en sus consideraciones, a pesar de que otros actores también lo han reconocido como una situación compleja de resolver.

En este marco resulta relevante señalar que, en ocasiones las y los trabajadores y trabajadoras fueron desalojadas de un paseo céntrico en el cual ofrecían sus productos dos veces por semana, por considerar que obstaculizaban la circulación en la vía pública. Esta feria era organizada por el Centro de Referencia (CdR) de San Luis durante los días viernes y sábados en la mañana. Desde ese momento, se quedaron sin lugar fijo para exhibir sus productos. Actualmente, hay un pequeño stand de trabajadores/as de la ES en la plaza principal de la ciudad capital. Sin embargo, ese sitio no alcanza para la totalidad de las y los feriantes; por tanto, muchos/as deben procurarse su propio espacio para exhibir sus productos. Esta es una dificultad que al momento no ha sido resuelta.

Pero eso pasa esa es la idea de esta feria, que estamos en la plaza, de que todos somos emprendedores y artesanos. Entonces todos tenemos que hacer nuestros productos y venderlos, no hay reventa, no se permite reventa. Hay otro sector que dicen que es paseo de artesano, pero ahí hay cinco o seis artesanos nada más. Todos son reventa. Entonces es una manera de confundir al público por ahí, al turista, que te dicen dónde vamos a comprar; y al paseo de artesanos. Y el paseo de artesanos será allá. Ahora nos ven porque van a la Catedral y ven que hay un paseo acá. Pero antes no nos veían, estábamos por ahí en una mesa, en un toldito, entonces por ahí pasaba desapercibido, pero ahora que están todos los puestos así, te ven. Entonces ahí puedan que ahora lleguen a diferenciar los artesanos de los revendedores. Pero yo sé que todos tienen que vender pero que no digan que hay un paseo de artesanos cuando hay mayoría de revendedores que artesanos. ¿Me entendés? Pero bueno, son cosas que hay que cambiar. Pero pasa en todos lados. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 13/11/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Con estas palabras, la trabajadora describe la situación de los puntos de venta con los que cuentan en San Luis. Su condición no es la más cómoda, pero es valorada positivamente considerando la transición que han sufrido desde el año 2010 en el cual comenzó a vincularse con el Programa.

  1. Dimensión individual o personal

Esta dimensión permite identificar las particularidades asociadas a aspectos individuales o personales de las y los sujetos involucradas/os. Esta categoría indaga en lo profundo de los haceres materiales y simbólicos más internos de los actores. Para la construcción de esta categoría, fueron de gran importancia los registros del cuaderno de campo en el cual se pudieron capturar anotaciones referidas a actitudes o comportamientos observados que no tuvieran una materialidad registrada en las entrevistas.

2.1 Saberes

Pudimos identificar una serie de saberes adquiridos a partir del Programa que fueron reconocidos como cambios a nivel individual. Vale destacar que este aspecto, en ocasiones, fue planteado como una categoría colectiva. Sin embargo, cuando se repreguntó a fin de profundizar en ella, se reconocieron aspectos del orden personal principalmente. “Y en esos siete pasos, fuimos capacitándonos de a poco, de a poco, de a poco… hasta que bueno, tuvimos completo el Programa ese que teníamos que hacer. Y llegó el momento en el que recibí el crédito” (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 10/05/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo).

La experiencia en el Programa permitió que estos actores pudieran adquirir conocimientos referidos a las acciones llevadas adelante en relación al emprendimiento. Las capacitaciones les permitieron abrir nuevos interrogantes y posibilidades e implementar herramientas que no habían sido consideradas al inicio del proceso. Se destaca que la actora termina su relato diciendo que, finalmente, logró acceder al beneficio. Ese remate se narra en modo individual, y no convoca en sus palabras a las y los otros/as actores que con ella también lo obtuvieron. Si bien la capacitación se muestra como un proceso colectivo, el premio (acceder al beneficio) es planteado en términos individuales.

“Para mí fue, no sé… un desarrollo importantísimo, una capacitación que eso te tiene que abrir la cabeza, para decir bueno, estoy bien parada o no” (Entrevista a trabajador ES, realizada el 13/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo). La adquisición de saberes posibilitó considerar nuevas perspectivas sobre los emprendimientos y contemplar nuevas razones para incursionar en el mismo. La capacitación “te tiene que abrir la cabeza” implica que las expectativas puestas en ella no son modestas; por el contrario, esperan una formación que no resulta accesoria sino necesaria.

“La oportunidad que se les dio, después cada uno tiene las causas propias de por qué no anduvo, bueno. Pero en general, todos te reconocen eso” (Entrevista a la persona responsable de una OA vinculada con la implementación de la política, realizada el 12/05/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo). También desde las y los actores de la OA se refuerza el carácter individual del desempeño del emprendimiento. Reconocemos que la actora no habla en términos de acceso a un derecho, sino que lo conceptualiza como “oportunidad”. Esta se constituye como una chance en la cual las y los actores individualmente transitan las vicisitudes del emprendimiento y se juegan su propia suerte. Así, las causas de fracaso o de éxito también son particulares y propias puesto que el tránsito es recorrido de modo individual.

Otra de las trabajadoras fue consultada acerca de a quiénes recurría ante una duda o consulta sobre un tema particular referido al Programa o al microcrédito. Ella narró su experiencia, y sostuvo: “O sea, ese asesoramiento puntual que quería lo busque por fuera. Ese sí, la verdad que sí para ser sincera” (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 14/11/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo). El “por fuera”, lo ubicó en un sitio exógeno a la OA y la OE de la cual forma parte. Posteriormente, ella admitió que había recurrido a personal de la Municipalidad, ya que sus referentes más cercanos/as no planteaban el tema; ella tampoco les expuso su inquietud.

Por otra parte, se reconoce nuevamente que la búsqueda ha sido una actividad individual. Cuando se la consultó acerca de sus compañeras de Grupo Solidario sobre el tema motivo de consulta, ella respondió:

Mirá, la verdad es que no, las chicas que yo conozco no. No se interesaron en hacer eso; lo que pasa es que lleva un costo un poquito alto, no es muy barato que digamos. No es económico, viste. Pero te da cierta seguridad jurídica…. Sí, a mi sí. Yo lo preferí, pero eso ya es muy personal. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 03/06/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

La actora manifestó en reuniones posteriores que, luego de realizar su consulta con personas del municipio, y sabiendo que conllevaba un costo elevado la actividad, evitó compartir el tema con sus compañeras de grupo. Las mismas, desconocían que ella finalmente había llevado adelante la averiguación y los motivos por los cuales no había socializado la información. En estos casos, vemos que los Grupos Solidarios que se plantean desde lo metodológico, no son más que instrumentos que permiten dar una formalidad a la implementación del Programa. Pero en algunos casos, no funcionan más que para compartir las garantías solidarias, acceder al crédito y responder por el o la compañero/a en caso de que no devuelva la cuota pactada. En ellos/ellas también operan lógicas individuales de otros órdenes, a pesar de que desde lo discursivo se manifieste otra cosa.

Por otra parte, se observa que si bien cada emprendimiento requiere saberes particulares y puntuales que admiten nuevas indagaciones y requerimientos, en este caso la inquietud podría haber sido compartida. Esta trabajadora admite haber buscado asesoramiento por fuera de la OA y del CdR; tampoco ha compartido ese saber con sus compañeros del Grupo Solidario, puesto que presupone que no sería una necesidad compartida.

Finalmente, como puede observarse, esta subcategoría se ha identificado con mayor claridad en las prácticas discursivas de las y los trabajadores/as, puesto que son quienes han reconocido como parte de su trayectoria en el Programa el acceso al conocimiento de ciertas consideraciones. Esto no quiere decir que los demás actores no hayan experimentado un proceso de aprendizaje relativo a su participación, pero también su omisión es considerada como una huella de su no reconocimiento.

  1. Motivaciones

En este aspecto, se consignan las causas del movimiento o participación que las y los sujetos identificaron para sumarse al Programa o permanecer en él. Si bien son muy variadas y diversas, considerar las motivaciones iniciales para participar, resulta interesante para acceder al grado de expectativas que las y los sujetos depositan en esta experiencia. Por la variabilidad de esta subcategoría, hemos optado por discriminar las respuestas de acuerdo a agrupamientos de las categorías emergentes y no por roles desempeñados.

Algunos/as de las y los actores intervinientes en la dinámica del Programa han señalado a partir de su tránsito por la experiencia, una motivación referida a la “necesidad de un cambio de vida”; pudiendo reconocerse en ocasiones como una variable exógena y otras veces como endógena a las propias dinámicas familiares.

En cualquiera de ambos casos, se han identificado las experiencias de involucramiento como respuesta o consecuencia a situaciones endógenas, tales como motivaciones referidas a problemas de salud:

Yo era empleada de comercio y por un problema de salud decidí renunciar y me largué a hacer un proyecto personal; yo hago todo lo que tiene que ver con aromas; hago perfumes, hago sahumerios, hago… […] Era empleada de comercio. Trabajé ahí 15 años. Entonces bueno, pude decidir qué hacer, que es lo que me dijo el médico en ese momento: tiene la oportunidad de decidir. Lo mío no fue una crisis económica sino una crisis personal. Al contrario. Porque vos imagínate que de un sueldo fijo que no estaba mal, pasé a hacer algo, que íbamos a ver qué pasaba. No era muy fácil la decisión. Pero era una cuestión de salud. A parte, me faltaban 5 años para jubilarme, o sea podría haber esperado pero mi salud no me lo permitía. Entonces, bueno, me decidí, me largué con mi proyecto, empecé y conocí a las chicas del Banquito en una feria que me invitaron… (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 31/08/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Se advierte en sus palabras que su motivación recae en una noción individual justificada por una situación de salud. Destaca que, en su caso, no se trataba de una crisis económica o de estabilidad laboral. Por el contrario, su motivación radicó en cuestiones personalísimas sobre las cuales se basó su decisión.

“Por algo hay que arrancar, por algo hay que arrancar… Y viste, ellos me ayudaron” (Entrevista a trabajador ES, realizada el 13/04/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo). A fin de superar las adversidades, este emprendedor asume la posibilidad de cambio, pero acompañada de un actor fundamental, el “ellos”. La situación que atravesaba con su familia lo impulsó a tomar la decisión del cambio; había que empezar de nuevo y el motor para llevar adelante esa motivación lo consiguió en los actores del Programa. Admite que ellos lo posibilitaron, lo acompañaron a emprender su cambio.[5]

Otros/as trabajadores/as señalaron como motivación la crisis económica del 2001 que habría desencadenado un proceso de cambio que se constituyó en posibilidad:

Yo vengo de Buenos Aires, yo llego acá a San Luis en el 2002 con la hecatombe. Después de haber perdido trabajo, todo. Me endeudé en los 90, y no lo pudimos sostener más… O sea, por la crisis económica del 2001. […] Y bueno, nosotros, mi lugar, yo vivo ahí en El Trapiche, que está a 40 km de capital, de San Luis capital. Y este terreno lo teníamos hacía como 20 años. O sea, eso nos quedó esto, bueno, se pudrió todo en Buenos Aires y volvimos… nos vinimos a San Luis. Y acá es como empezar todo de nuevo. Yo tengo cuatro hijas mujeres. Ellas eran chiquitas. Ella tenía cuatro… (Entrevista a trabajadora ES, realizada el07/02/2019. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Los ojos se le llenaron de lágrimas, señalando a su hija que estaba cocinando milanesas de soja. La situación económica del país la expulsó de Buenos Aires con su familia, en busca de un nuevo comienzo. Se rescata esta apreciación de la trabajadora, ya que reconoce en esa adversidad una posibilidad de cambio; consideramos que su motivación fue la crisis en este sentido.

Por otra parte, otras argumentaciones permiten identificar causas referidas a la inclusión en el Programa relacionadas con una necesidad de superación de una adversidad personal o familiar irreversible. Una promotora nos dijo:

En estos años no he trabajado en otro lado, en estos años no. No quise. No, porque siempre me gustó lo social, y personalmente es algo que me llena a mí como persona. Y a partir del año 2010, que tuve la pérdida de mi hijo, de mi hijo mayor en un accidente, lo que a mí me sacó fue el Banquito. Porque ese amor que yo había dado antes a la gente, la gente me lo retribuyó. Entonces como que me ayudó a sanar ese dolor. Empecé a salir, volver a estar con ellos, volver a charlar, volver a compartir “Vida de centro”, que le llamamos nosotros. Donde capacitamos y nos juntamos a compartir algo siempre y las ferias y todo eso, y entonces… Hay una relación especial. […] Fue una terapia para mí. Pude potenciar ese dolor y devolverlo en algo bueno. Sí, devolverlo en amor. Que eso es lo que creo que me curó mucho más que a otra persona. O sea, en mi caso. (Entrevista a promotora OE, realizada el 11/10/2018. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

Esta mujer señala haber encontrado en la dinámica del Programa la posibilidad de constituir un espacio de fortalecimiento ante a una irreparable pérdida. La adversidad la encontró trabajando en “lo social”, y ese trabajo para otras/os, le permitió sanar su propio dolor.

Con otro grado de involucramiento y desde otro rol, otra actora del Programa también compartió su difícil reinvención ante una muerte cercana. El ayudar al otro, le permitió aproximarse a la superación de su pérdida.

Volviendo a esto, de cómo uno vincula su vida con lo que uno es, con la profesión y demás, que yo lo veo y la verdad es que puedo entender muchas de las cosas y soy otra. De la que atendía antes a una persona y de la que percibía y todo lo demás, y bueno. Hoy puedo mirar desde otro lugar y entender mucho los procesos que viven las personas con las que nosotros trabajamos. (Entrevista a referente CdR, realizada el 20/04/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

El cambio que describe es la pérdida de su hijo; una situación que modificó las circunstancias más íntimas de su vida, hasta incluso cómo vincularse con su trabajo, su profesión y las personas que acuden a su oficina.

2.3 Autoestima

Se incluyen en este apartado los argumentos que sostuvieron las y los actores como enriquecimientos personales más allá de lo económico, asociados al ámbito más intra-personal.

Pero todo eso, en mi caso era trabajar con centavos, es muy difícil. Yo nunca calculé mi hora de trabajo. Yo nunca presté atención a cuánto tiempo yo tardo en hacer tantas cosas, en darle valor a mi tiempo. Y cargar ese valor en el costo del producto. Un montón de cosas. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 31/08/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

Esta persona admite el crecimiento personal que ha aportado en términos de autoestima y auto conocimiento de su proceso de trabajo. El acceso al Programa permitió modificar también la mirada hacia su propia actividad laboral.

Con otras palabras, otra mujer señala la posibilidad de conseguir un fortalecimiento, en la medida en que le permite ratificar ciertas decisiones tomadas anteriormente y correr el riesgo de sumarse al Programa.

Mirá, para mi vida sirvió primero para fortalecerme, para darme cuenta que lo que yo quería hacer era bueno, era interesante y servía, que era fortaleza que yo tenía que no la había desplegado y la verdad es que me sirvió muchísimo. La verdad es que ellos me hicieron dar cuenta de que lo que hacía estaba bueno; que tenía que seguir, que estaba bueno, que era un buen camino, que no me había equivocado. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 13/04/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

El acceso al Programa brinda a esta mujer una situación de seguridad directamente ligada a sus prácticas vinculadas al emprendimiento. Así, estas acciones se relacionan directamente con el auto concepto que esta persona admite tener; el sentir que no se ha equivocado le permite afianzarse nuevamente en esa decisión que, como significa tanto, puede no haber sido sencilla de tomar y requirió un fuerte involucramiento en la misma. Ante la pregunta acerca de si se imaginaba haciendo otra cosa, respondió:

No, no. Lo que hago me gusta, me completa. Me siento feliz con lo que hago, sino, no lo haría. Vos sabes que hoy por hoy, decido. Sino, no lo haría. Es más, hago un taller -porque hay talleres para tercera edad acá en la universidad, son re lindos-. Hay diez mil talleres, hay folclore, idiomas, computación, de todo. Yo hago inteligencia emocional con mi marido, los dos. Es un taller que me encanta, es divino. Y hago uno que podría hacer los que quiera, pero no los hago porque ya más me complica los tiempos en horarios. Yo lo que hago, me tiene que dar placer, tengo que estar bien. Sino, no lo hago. ¿Entendés? hoy por hoy elijo eso. Claro, eso es inteligencia emocional también; es elegir lo que te hace bien. Es elegir dónde estar, qué hacer… Cuándo decir que no… Que también en otro momento también te cuesta. […] todo es aprendizaje. Todo. Y a veces le digo a la profe: “uh, si hubiera sabido esto antes cuando era más joven”. Y ella me dice, bueno, no era el momento, ahora es el momento. Porque a veces vos decís, tantas cosas que vas entendiendo hoy como no las sabía antes. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 21/06/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

Ella admite la posibilidad de poder elegir como una característica propia de la adultez, en contraposición con la juventud. Este es un rasgo que aparece asociado a la autoestima y la capacidad de la persona para poder admitir lo que le gusta, lo que no, y aceptar las consecuencias de sus decisiones. La posibilidad de poder elegir redunda en un auto concepto positivo de sí misma.

“O sea, más que nada a brindarte confianza para largarte con el emprendimiento. Exactamente” (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 31/08/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo). Ese es el desarrollo personal que experimenta esta emprendedora; el poder constituir un marco de confianza en su proceso de trabajo y en sus productos, pero fundamentalmente, en ella misma. La posibilidad de largarse y empezar es favorecida por ese acompañamiento que se expresa de muchos modos.

Entonces, el acceso y participación en la ES se constituye como una posibilidad de visibilidad de nuevos actores que permanecían ocultos en el espacio público.

O sea, tenés una heterogeneidad de casos. Que esa mujer dijera a mí “el Banco Popular me salvó la vida, me dio alegría, reconstruí mi vida, logre amigos, me sentí reconocida, me sentí visibilizada, […] me sentí como vista”. Viste que era todo un sector de gente que estaba en la oscuridad total; un segmento que nadie había llegado ahí. Entonces a mí me parece que ese es el impacto, digamos que al que le ha ido muy bien, al que le ha ido bien, y al que no le ha ido tan bien, todo el mundo reconoce eso. (Entrevista a responsable OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

Esa posibilidad de ser reconocida/o se asocia en el territorio con la posibilidad de ser visto/a; pero desprende también el propio reconocimiento en el juego de relaciones de poder. El carácter dinámico de los modos de expresión que adquieren los actores mediante la ES, les permite reconocer (se) como colectivo en medio de una crisis estructural por la que atraviesa el país. Una misma historia que las y los sacude de modo particular con diversas expresiones.

En este sentido, uno de los logros de la política fue poder reconocer esos “nosotros/as” que habitaban “una oscuridad total”; convocarlas/os y hacerlos/as parte de un proyecto que les permitió incluirse en un colectivo mayor de relaciones sociales. Esa posibilidad de constitución de grupo, con desarrollos diversos de acuerdo a las OA y las OE, adquiere un espesor diferenciado de acuerdo a los ejes de tiempo y espacio reconocidos. Sobre esto, volveremos hacia final del presente texto.

  1. Dimensión social

Esta subcategoría hace referencia al carácter relacional que se establece entre las y los actores de la política pública, vinculando a ciertos aspectos que permiten establecer lazos, que pueden ser organizacionales o no. En esta dimensión se advierte cierta presencia del otro como par trabajador y del ellos (Hidalgo, 2022) como actores necesarios, pero que conformaría otro colectivo. A fin de abordar esta dimensión, nos pareció interesante la noción que expresó una de las referentes del CdR, respecto de las dificultades que atraviesan los y las sujetos que se acercan a la institución.

Te decía que no es fácil trabajar en lo social con vulnerables desde el punto de vista socio-económico. Porque la vulnerabilidad, es… Bueno, cuando vos tenés tu cabeza puesta en problemas económicos, en problemas familiares… Porque a ver, el que está bien, y está pleno, y tiene cosas y lo demás, no vienen acá y te puedo asegurar que tienen más herramientas para pelearle a la vida de otra manera. El que viene acá tiene un doble problema y sino, te puedo decir que vive duelos. Los duelos pueden ser la pérdida de una pareja, la pedida de un trabajo, la pérdida de una expectativa de vida. Y una de las cuestiones que yo aprendí con todo esto, es aprender con otros. (Entrevista a referente CdR, realizada el 20/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

La actora permite abrir con esta afirmación una nueva dimensión de la problemática que supera lo dicho anteriormente. Desde su perspectiva existe un entramado complejo de situaciones que deben ser trabajadas con particular seriedad. Las situaciones de vulnerabilidad que describe permiten señalar que se ha dañado todo el tejido social de modo sostenido. Por tanto, las acciones concretas que se impulsan hacia estos colectivos deberían poder ofrecer un abordaje amplio. En esta misma línea, la referente menciona el atravesamiento de situaciones de “duelo” entendida en términos amplios. Una situación de cambio no escogida, que condiciona la proyección de vida de las personas.

Desde este punto de partida, la noción de “desarrollo” que implica pensar una intervención del Estado concreta hacia estos sectores, se concibe como una confluencia de esferas que se interrelacionan. Se supera lo meramente económico e individual, para abordar otros aspectos lesionados en el ejercicio de la ciudadanía, que difícilmente pueden ser objeto de una medición preestablecida.

Con diversos grados de profundidad, esta dimensión también fue identificada en las prácticas discursivas de las y los otros/as actores que intervienen.

Entonces, en el momento fue una confianza mutua. Con mucha gente que confiamos nos fue excelente, y con otra, los menos, no. Pero es el riesgo que vos corrés en cualquier negocio. Así que esa fue la… Y ya después a medida que fueron pasando las operatorias, bueno vos ya empezás a conocer el escenario, ya te ponés en contacto y empezás a conocer a la gente. El que es muy bueno, que saca un crédito que vos lo ves con el emprendimiento en pie, viene y te recomienda otro amigo que tiene, entonces se empieza a armar la cadena. A pesar que seguimos recibiendo gente sin recomendación, seguimos adelante. Seguimos tanteando. (Entrevista a responsable OA, realizada el 12/05/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

En el proceso se pone en juego una confianza mutua que implica correr riesgos; los resultados no siempre han sido buenos. La responsable de la OA lo asimila a hacer un negocio, en el cual existe la posibilidad de obtener beneficios particulares. Desde ese lugar, llama “bueno” a aquel/aquella que tiene la capacidad de responder a las devoluciones y permanece con el emprendimiento. Ese que se sostiene en la lógica del Programa da cuenta de un capital social que le permite permanecer y organizar el ingreso de otro/a que reúna condiciones de recomendación. Se advierte en las prácticas discursivas de esta OA una mayor preocupación referida a la estabilidad de la organización, que a alimentar el fin social de colaborar incluso con aquellas/os que en principio no podrían devolver el crédito.

En este caso, se reconoce la necesidad de la presencia de ciertos actores que permiten acompañar el proceso de trabajo de la ES. Se destaca que la presencia de este factor aparece asociada a la posibilidad de acompañar el comienzo y la permanencia de las y los actores en la experiencia del microcrédito. De hecho, cuando una trabajadora fue consultada acerca de cuál creía que es el propósito del Programa, respondió:

Yo calculo que sí, yo calculo que es afianzarte. Viste, hay muchos sub rubros, es infinita la cantidad de rubros. Conoces mucha gente de muchos lados de la provincia y los rubros son infinitos. Y yo creo que es cuestión de afianzarse; quizá hay gente que necesite seguir adelante, seguir adelante… Y otros como nosotras, que con esos dos créditos fue suficiente. Fue suficiente. Quizá a veces, pedir más, cuando no lo necesitas, creo que le estas quitando el lugar a otro que puede estar necesitándolo. Entonces, bueno. Que, si alguna vez lo necesitamos, obviamente volvemos. Ya saben las chicas, ya sabe I.A., ya saben todos. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 03/06/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

En este fragmento, no sólo aparece la experiencia de acompañamiento asociada al ingreso y permanencia en el Programa; también se hace alusión al encuentro con otros/as, que pudiera recrear la dimensión vincular y motivacional reconocida en la noción de comunicación (Hidalgo, 2022). Emerge también una consideración hacia los y las compañeras/os que permite recrear y dar sentido a la propia permanencia en el Programa. Esta dimensión permite pensar la infinidad de las posibilidades que las y los actores reconocen cuando sus horizontes de sentido se encuentran con aquellos/as que se constituyen como pares del proceso territorial.

Viste que hay distintos tipos de emprendimientos: individuales, familiares y asociativos. El mío fue individual en un comienzo; terminó siendo familiar. Es familiar porque bueno, está mi marido prendido y bueno, una de mis hijas, la más chica que estudia letras y además ya como que empezó ella. […]Y la más grande es diseñadora gráfica y también hace… Todos estamos vinculados más o menos a las artesanías. Entonces es como un conjunto, es familiar. También le da otro sentido al trabajo. Trabajo para vivir, no vivo para trabajar. Claro, eso que lo pienso por ahí ahora más grande. Ya pasé todos esos años de trabajar, trabajar, trabajar… porque los niños chicos, porque tenés un montón de obligaciones y tenés que seguir adelante. Sí o sí. Pero ahora ya no. Trato de disfrutar lo que hago. (Entrevista a trabajadora ES, realizada 21/06/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)[CM1] 

Dentro de la consideración del compartir con el otro, aparece también la familia como ese núcleo que permite ser redescubierto. Las y los emprendedores/as de la ES, en general, manifestaron que su trabajo era familiar, puesto que en muchos casos es en las propias viviendas en donde se realiza la producción. Esto implica también a otros/as miembros de la familia que pueden no haber estado vinculados/as a la actividad en un inicio.

Otro sentido al trabajo en la ES aparece asociado a una priorización acerca de las actividades cotidianas que la trabajadora destaca en su vida; de este modo, “trabajar para vivir” permite considerar que hay una jerarquización que es necesaria para no “vivir para el trabajo”. Pero al mismo tiempo, se asocia esa conceptualización a otro momento de la vida, en la cual habría otras necesidades asociadas al hogar.

Yo creo que primero tiene que haber una convicción de que lo colectivo indudablemente tiene muchas ventajas que ir por un camino individual. Sobre todo, con el segmento que estamos hablando. Estamos hablando de gente, no estamos hablando de pobres, estamos hablando de gente con diferentes características al caso nuestro. (Entrevista a responsable OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

La responsable de la OA traza una distancia entre las necesidades del grupo de trabajadores/as de la ES y las propias. No admite que puedan corresponderse en un vínculo directo entre el grupo del “nosotros/as” y del “ellos/as”. De este modo, reconoce que el trabajo colectivo para este segmento tiene más beneficios que transitar caminos individuales. La referente traza un límite en los horizontes de ambos grupos, identificando una brecha en los haceres materiales y simbólicos que otorga al proceso colectivo.

Pero no solamente el tema de plata, sino todo esto del seguimiento, del acompañamiento, de juntarse, de generar el vínculo afectivo, también tan importante. Vos pensá 2005, 2006 nosotros estábamos saliendo de una etapa del país tremenda, tremenda, donde todavía estábamos en… estábamos ahí en bambalines. (Entrevista a responsable OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

El acompañamiento por parte de la OA en términos de seguimiento y de generación de vínculo afectivo, puede nutrir la relación con los y las trabajadores/as. Ese aspecto, es parte de una dimensión social asociada a las trayectorias en el Programa que no pueden ser ponderadas desde lo métrico.[6] Esta dimensión también encontró barreras en el territorio. Con las siguientes palabras, esta promotora menciona las dificultades a superar:

No, generalmente iban muchos y quedaban pocos, porque los requisitos eran que tenían que entrar en grupo: no era individual. Y se explicaba porque tenía que ser en grupo. Porque tenían que tener el valor de la palabra y ser el garante solidario del compañero. Entonces, ahí la mayoría nadie se quería hacer el garante del compañero. Entonces costaba formar los grupos, acá en la ciudad. En el interior no tuvimos ese inconveniente, en el interior no. (Entrevista a promotora OE, realizada el 19/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

El desgranamiento que advierte la promotora entre las capacitaciones y los que finalmente accedieron al Programa, resulta indicador de los obstáculos territoriales. La dinámica propuesta por la política implicaba facilitar el salto de lo individual para proponerles otra lógica de trabajo. Ser garante en los términos en los cuales lo plantea el Programa no implica lo mismo que en una economía de mercado capitalista tradicional. Sin embargo, es una condición que genera temor y distancia; la principal causa del desgranamiento.

Finalmente, es posible reconocer otros elementos vinculados a la dimensión social del desarrollo en la ES. Una promotora, expresó:

Porque el Banquito no sólo te da el monto de dinero, sino que va acompañado de una capacitación que le da el promotor de los valores, en hacer trabajar los valores, entonces ellos crecen espiritualmente y se hacen más fuertes. Uno les enseña a cómo llevar su emprendimiento, cómo aprende a manejarlo, sus ingresos y egresos, como controlar el dinero en sí del emprendimiento. Y entonces, de ahí ellos van creciendo porque también hacen labores solidarias, entonces también ayudan al a compañero; a lo que ellos eligen. Por ejemplo, en la zona donde ellos viven pueden elegir una familia, o pueden elegir por ejemplo tenemos experiencias de que han pintado una escuela o que fueron a darles la copa de leche a los estudiantes secundarios que no les daban. Bueno, millones de actividades solidarias que hacen ellos. Entonces eso es un crecimiento personal de ellos, a parte de ellos, los hace mejores personas. Entonces, también se convierten a personas más responsables porque se acostumbran con el Banquito a devolver en tiempo, a cumplir los horarios, se respetan las capacitaciones cuando el Banquito lo solicita, o se solicita una feria y saben que tienen ese compromiso. Por eso digo que aprenden como seres humanos a tener otra conducta de vida y también con el emprendimiento, que le sirve a parte del crecimiento económico. (Entrevista a promotora OE, realizada el 19/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

El fragmento de esta promotora abre perspectivas de actividades sociales que los y las trabajadores/as desempeñan en sus comunidades como contraprestación al acceso al beneficio. Esta actora participa de una OE que depende de una OA en la cual prevén la realización de actividades a beneficio de la comunidad por haber accedido al Programa. La actividad es planteada por ellos/as, y son quienes la impulsan en el territorio. Esta acción permite reproducir el eco de los efectos de la política en el territorio más allá de ellos/as mismos/as; sin embargo, se constituye como condicionalidad.

  1. Dimensión política

En este apartado se presentan las subcategorías relacionadas con la dimensión política de la noción de “desarrollo”. Las mismas han sido organizadas en tres subcategorías de análisis relacionadas entre sí; la frecuencia y agenda de las reuniones; los grados de participación en la toma de decisiones; y la “ciudad(anía) anhelada”. En esta dimensión se plantean de modo significativo las tensiones de poder que nos propusimos visualizar en la dinámica de la política pública. Sus alcances y contradicciones serán profundizados en un trabajo posterior.

4.1 Frecuencia y agenda de las reuniones

Los y las actores de la política identificaron diversidad de respuestas cuando fueron consultados/as sobre la frecuencia y la agenda temática de las reuniones. Sin embargo, se pudo reconocer cierta uniformidad en las respuestas por tipo de roles desempeñados, y no ligados a las OA o las OE intervinientes en la dinámica del Programa.

Los y las trabajadores/as respondieron que en casos muy puntuales habían desarrollado reuniones entre ellos/as. Una mujer sostuvo: “Todos juntos, no. Así, actividades de este tipo no. Sólo que cuando había reuniones que venía gente de Buenos Aires, entonces ahí se juntaban todas las organizaciones y cada una hablaba de cómo trabajaba y como les iba a ellos” (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 28/09/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo).

Con frecuencia se advirtió que ellos/as no programaban el encuentro con las OA o las OE. Por el contrario, se mostraron que estaban siempre a disposición de las convocatorias que recibían por parte de ellas.

Cada tanto la Fundación hacia reuniones, por ejemplo, se hacían […] un día para todos los emprendedores con el tema de la alimentación. Entonces venía una persona para asesorar sobre el tema de manipulación de alimentos, en fin. Y bueno, estaban todas las preguntas que cada uno le quería hacer. Y otra parte era de ventas, cómo vender el producto. Si, se hacían. Esas cosas se hacían. Pero era como muy puntuales y aisladas, sí, sí. (Entrevista a trabajadora ES realizada el 13/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo,)

Si bien las temáticas resultaban de interés, en ningún caso acercaron un tema sugerido que tuviera viabilidad para ser desarrollado al interior de la OA. Pero la cuestión de la frecuencia y de la agenda de las reuniones suma otro aspecto a ser considerado: las distancias a ser recorridas para la asistencia en una Programa que se descentraliza en su implementación en toda la provincia de San Luis.

Nosotros además tenemos la dificultad de la distancia, porque no es lo mismo que estar acá en la ciudad. Y bueno… cuando yo era promotora, yo me encargaba de comunicar a la gente. […] O cuando iba a cobrarle la cuota… Cada promotor de la zona iba a cobrarle a cada emprendedor a su casa. No era que la gente venía acá. A través de… cuando yo iba a la casa a cobrarles les pasaba el parte. O si no, telefónicamente también. (Entrevista a promotora OE, realizada el 06/09/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

Los modos de notificar las reuniones convocadas por la OA fueron variados. Pero, en cualquier caso, se manifestó como una responsabilidad individual a ser asumida por promotores/as o trabajadores/as de la ES puntuales a los/as que se les asignaba la tarea. Sobre este tema se volverá posteriormente, cuando abordemos la dimensión espacio-temporal.

Por otra parte, se advierte que en ningún caso mencionaron solicitar el encuentro o una reunión con los referentes de la OA, OE o los y las promotores/as. Este es un dato que permite inferir cierta circulación del poder al interior de la arquitectura de la política que no remite a una horizontalidad de la misma.

Por su parte, los y las referentes de las OA, manifestaron:

Nosotros teníamos una estrategia de trabajo que una vez por mes nos reuníamos con todas las OE. […] Digamos, por supuesto frente a la presencia de un problema, inmediatamente la reunión para compartir; problemas y también compartir soluciones. (Entrevista a responsable OA, realizada el 12/05/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

La reunión mensual podía desarrollarse sobre la base de temas variados; una consulta general de parte de la OA o bien garantizar la presencia para el pago de las cuotas. El caso de una reunión extra está relacionado a la presencia de un problema. Esa eventualidad justifica el encuentro con los y las referentes organizacionales a fin de construir respuestas situadas a esa temática. La responsable continúo diciendo:

Y después teníamos reuniones mensuales en donde digamos, con diferentes agendas, pero en general qué era, bueno, a quién le habíamos prestado, cómo estaba el nivel de recupero de la plata que habíamos prestado, las dificultades para el recupero en donde están, si están en los emprendimientos que han sido más vulnerables y se han caído; o si están porque por ahí un emprendedor tuvo problema personal que lo puede tener, y destinó el dinero a otra cosa. Todo ese panorama, todo ese diagnóstico a nosotros nos permitía también ensayar alternativas de refinanciación de deuda, digamos; de ir a acercarnos al emprendedor, ese es el tema del microcrédito. No es no pagó y lo mato, es no pagó y me acerco, veo cómo lo ayudo, si tiene dificultades cuáles fueron, si podemos hacer un esfuerzo colectivo para sacarlo adelante, qué hacemos. Esta es la cosa que nosotros mamamos desde el primer momento con el Banco Popular de la Buena Fe, que después se transfiere a un microcrédito con estas líneas. (Entrevista a responsable OA realizada el 12/05/2017. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

Las reuniones mensuales indagaban sobre la situación de solvencia de los emprendimientos, las posibilidades de sostenibilidad, y el tema del recupero del dinero. Todos temas que refieren a la dimensión económica del “desarrollo” mencionada anteriormente. En este sentido, advertimos que la agenda de temas de las reuniones mensuales no es muy amplia hacia otras dimensiones.

Teníamos esta cosa al inicio de la operatoria, una reunión con mucha claridad de cuánta plata maneja cada una, para qué rubros tenía que ser destinada, con qué criterios teníamos que dar los créditos, si vamos a dar prioridad a nuevos emprendedores, o vamos a fortalecer a los que ya tenemos con re-créditos. Pero todas esas decisiones se tomaban al inicio de la operatoria. Cuando una, con una estrategia de comunicación sí, de parte de la OA, diciendo en una hoja impresa la cantidad de dinero que iban a recibir en toda la operatoria, cuánto iban a recibir como primer desembolso, en calidad de qué, cuándo… Absolutamente claro, para que a ellos también les permitiera controlar y monitorear los depósitos que se hacían, las transferencias que se hacían. Sino sería al boleo, si sé que tengo quinientos mil pesos para gastar, pero no sé cuándo me van a transferir al principio. Entonces, eso estaba todo delineado en una primera reunión que era al inicio de la operatoria. (Entrevista a referente OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora Ana Laura Hidalgo)

La claridad en el manejo de los fondos aparece como un tema recurrente y primordial para la referente de esta OA. Ella menciona que sus decisiones en este sentido, son una estrategia de comunicación, puesto que le permite dar a conocer a los y las otros/as actores las decisiones que se han tomado. Sin embargo, nosotros/as lo vinculamos también a la dimensión política de esa acción, ya que en esa instancia ellos/as informan el destino de los fondos como temática del encuentro.

  1. Participación en la toma de decisiones

En cuanto a la participación de los y las actores en la toma de decisiones se advirtió que en ningún caso los y las trabajadores manifestaron que hayan podido participar de las decisiones de las OA involucradas; ya sea para pedir asesoramiento sobre algún tema puntual o bien para vehiculizar demandas de otra índole. Esto fue ejemplificado en citas anteriores.

Por otra parte, los y las promotores son figuras que han podido identificar necesidades por su presencia territorial más clara, pero sin poder acompañar estos procesos territoriales y sostenerlos en el tiempo. En algunos casos, han propiciado instancias de trabajo en red con otras organizaciones, pero sin generar una observancia de la continuidad de esos procesos.

Algunas trayectorias permiten identificar que algunos/as actores han migrado de roles en el Programa (Hidalgo, 2023a). Se han identificado que algunos/as sujetos que antes se desempeñaban como emprendedores de la ES, ahora lo hacen como promotores/as. Pero este desplazamiento en sus funciones y tareas, no ha generado una correspondencia con cargos o funciones en sus cuerpos directivos u órganos de toma de decisión.

Como se mencionó anteriormente, una de las OA modificó su estructura compositiva por decisiones exógenas a la misma. Sobre esta cuestión, la responsable admitió:

Sí. A nosotros nos conviene, porque manejar diez bancos, no sabés lo que es eso. Manejar diez bancos… Además, vos pensá que nosotros estamos manejando diez bancos en realidad la administración y la mirada de todo está en una o dos personas. El resto son los ejecutores en el territorio, pero vos cuando tenés un problema tenés que salir a resolverlo. Y el problema de plata lo manejas vos… Entonces, diez bancos… Es imposible. Y en cinco, digamos es más o menos la misma cantidad de plata un poco más, pero tenés menos ejecutores. O sea que tenés menos, más capacidad de observación porque es más chiquito el escenario. Entonces te permite también estar más en contacto con los locales. (Entrevista a responsable OA, realizada el 12/05/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

La frase es clara para sostener que el nivel de centralización de la toma de decisiones es muy amplia en el territorio de implementación de la política. Si la responsabilidad de la observancia y administración de diez OE recae en una o dos personas, implica que no existe como política de redistribución de la toma de decisiones. El resto de los actores son ejecutores de las decisiones que toman unos pocos sobre la dinámica del Programa. Del mismo modo, la responsabilidad por la rendición de los fondos y su circulación entre los y las actores, también recae en este grupo reducido que se constituye como decisor. Pero, además, esta situación no parece desplegar mayor grado de visibilidad de los conflictos, en la medida en que no emerge en sus prácticas una instancia de manifestación respecto del proceso de toma de decisiones

En este sentido, el achicamiento de la OA le permite a la actora una mirada más exhaustiva de las relaciones sociales que se despliegan en el territorio y del desempeño de los y las actores. Esto se manifiesta en una capacidad de mayor control por parte de los y las referentes de la OA y otro contacto con los y las agentes territoriales. Sobre este aspecto volveremos a profundizar posteriormente.

Otra cuestión a considerar es el grado de normativización de las prácticas cotidianas de los y las actores. Como se explicó anteriormente, las OA analizadas en este trabajo conllevan diversos modos de implementar la política en el territorio. La responsable de una OA, haciendo referencia a ello, expresó:

Después, conozco otras organizaciones que se ajustan más a la Ley del 2006. Ellos nunca lo mencionan al Banquito. Porque bueno, para ellos la política es lo que está escrito en la Ley y aplican lo que está en la Ley. (Entrevista a responsable OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

De lo anterior, se desprende que la actora considera al Programa mucho más allá de lo que contienen las normativas que lo regulan; el valor de la tradición para esta organización resulta tanto o más significativo que los procedimientos por escrito. Esto también fue recuperado en un trabajo anterior (Hidalgo, 2022).

4.3 La ciudad (anía) anhelada

Esta subcategoría se propone visualizar las expectativas en términos políticos que manifestaron los y las actores en sus prácticas discursivas. Tiene que ver con la posibilidad de construir un sujeto nuevo de las acciones llevadas adelante por esta política, pero con alcances en la vida cotidiana de los y las sujetos. Este aspecto, permitió generar observancia de otras manifestaciones de deseo (Hidalgo, 2022). La referente del CdR, expresó:

Yo rescataría como fortaleza el tema del fortalecimiento de vínculos y fundamentalmente esta cuestión de empezar a construir un proyecto tal vez en común con otros, el poder generar espacios para interactuar con otros y poner en común problemáticas de lo que sea que les está sucediendo. Me parece como mayor capital, el capital social desde el punto de vista del haber… De salir de sí mismo, de salir del problema diario y de la cosa chiquita del problema que tengo yo en mi casa, para poder ver en común que los otros tienen los mismos problemas que yo, para socializarlo y para intentar reunirnos; y no sé si buscar porque yo creo que lo que nos está faltando mucho dar a los emprendedores, nos falla también a los organismos, o sea el juntarnos para organizar una estrategia común[a2] . (Entrevista a referente del CdR, realizada el 04/10/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

De este modo, la actora manifiesta que las dificultades de la atomización de la implementación que atraviesan los y las trabajadores/as, también resulta ser una barrera de los y las otros/as actores que intervienen en el proceso. La ausencia de una estrategia común para abordar las diversas situaciones de vulnerabilidad que son identificadas en el territorio, pareciera ponerles un límite a los objetivos de la política pública. Si bien reconoce un fortalecimiento de los vínculos entre los y las actores, los propósitos individuales encuentran una diversificación que en ocasiones no tienen puntos de contacto. Por esto, la expresión de deseo no es menor, cuando reclama la necesidad de elaborar estrategias comunes para problemas que también lo son.

La pregunta por la ciudadanía implica pensar en un/a sujeto de derechos que asume responsabilidades con otro/a. Con estas palabras lo elaboró una promotora:

Y bueno, es el Banquito, te lo está diciendo con las palabras: el Banco Popular de la Buena Fe. Que es de la gente, que tenés que tener fe, valores, que ellos te van a acompañar, que va a ser lo que se va a necesitar para el progreso de él, como persona y como para crecimiento como persona y la parte económica. Eso principalmente, sin decirle o especificarle lo que es el Banquito. Que lo va a hacer crecer como persona y después económicamente. Y es bueno y llega a la gente cuando está trabajado con una buena organización, buen personal, son varios factores. Tiene que haber gente que realmente se sienta comprometida. Porque este trabajo es un trabajo comprometido, o sea. No puede cualquier persona trabajar en el Banquito. Tiene que ser una persona sensible, una persona que vos veas que va a acompañar realmente a la gente.[a3]  Y entonces, sino hubiera todos esos factores no sería un éxito el Programa. (Entrevista a promotora OE, realizada el 19/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

El sujeto que describe como el “emprendedor ideal”, conserva cierta distancia con las características generales que podemos reconocer en la ciudadanía en general. Al emprendedor/a se le pide creer en un conjunto de atributos por parte de personas que no conoce, con una propuesta metodológica no explorada. Los anhelos expresados por la promotora esconden un conjunto de expectativas hacia la implementación de la política que ofician como límite negativo a la incorporación del conjunto de trabajadores/as. De este modo, para ser parte, hay que tener ciertas condiciones previas necesarias que permiten predisponer al proceso de crecimiento ofrecido por el Programa (Hidalgo, 2023b). De este modo, las formas de la ciudadanía que resultan deseables para estos actores no condicen con las posibilidades de ser que son ofrecidas en el contexto sanluiseño como territorio particular de implementación de la política pública.

Asimismo, también las actividades desplegadas por parte de los y las actores de las OA involucradas revelan que existe cierto grado de idealización en las prácticas que conllevan sus tareas:

…por un lado, ha venido a concretar muchos de los sueños que yo he tenido siempre; esta cercanía con la gente, este poder poner en los otros que no se está solo, sino que uno puede cultivar el amor y el afecto de los otros a pesar de todo, todas las controversias que surgen en los grupos porque no todos en los grupos están bien… Hay algunos que se pelean, otros que no se quieren más; se va una, hay que incorporar a otra, todas esas cosas. Pero tiene que ver con que hay una vida social que sólo se puede sostener en el amor fraterno, en creer en el otro, en confiar en el otro. Yo siempre les decía que nosotros teníamos el valor de la palabra, la confianza mutua que la confianza se construye -no es una expresión de deseo, sino que hay que construirla-, el respeto por el otro, eran las cosas que podrían hacer que uno llevara una vida diferente y que podía ser que las cosas y que las comunidades también cambiaran. Eso ha sido siempre mi pensamiento. (Entrevista responsable OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

La idea de una motivación personal es proyectada en un escenario social de vulnerabilidad particular. De este modo, se trata del valor de la palabra y el amor fraterno como expectativa de afianzamiento de relaciones sociales que deberían en principio fomentar el respeto por el/la  otro/a, y construir un espacio de encuentro más allá de las diferencias. Esto esconde, por otro lado, una idea de cambio social que pudiera generarse mediante el Programa, no sólo en los actores, sino también en las comunidades. Los nuevos códigos comunes compartidos por estos colectivos funcionarían como disruptivos de los establecidos por una sociedad moderna capitalista centralizada en la acumulación de la ganancia. [a4] 

Esta dimensión se correlaciona de modo especial con la próxima que invita a pensar el espacio temporal en la cual se despliega el Programa en San Luis.

  1. Dimensión espacio-temporal

Esta subcategoría establece desplazamientos en las relaciones sociales cotidianas a partir de las experiencias en el Programa. Hemos organizado estos resultados de acuerdo a dos coordenadas que permiten establecer esta dimensión: espacio y tiempo. Si bien la distinción no resulta claramente identificable en la cotidianeidad, son presentadas por separado a fines analíticos.

5.1 El eje del tiempo

En las siguientes frases los actores expresan la discontinuidad respecto del pasado una vez que han podido mantenerse cierto tiempo en el Programa. En general, estas valoraciones han sido positivas: “Tengo muchísimos productos que preparo yo; que fui preparando, porque, ¿viste?… Arranqué con re poquitas cosas, ya te digo eran diez pobres productos; demasiado poquitos. Demasiado poquitos…” (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 28/09/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo).

Se reconoce en sus palabras un cambio que se da con el paso del tiempo. El contraste entre el pasado y el presente fue recurrente en las prácticas discursivas de los actores; sólo hemos incluido este enunciado a modo de poder ejemplificar la noción.

“Que no me había equivocado en lo que había empezado. Yo empecé con diez perfumes sobre una mesa, y ahora gracias a Dios tengo un puesto hermoso…” (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 31/08/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo). Asimismo, también conserva una importancia de demostración y comprobación de las decisiones tomadas por parte de los y las actores. Sentir que no se había equivocado no sólo le permitió reafirmar su posición respecto de la experiencia en el Programa sino también demostrar que la misma había resultado acertada hacia otros/as actores que pudieran dudar de la trayectoria escogida.

Por otra parte, considerar el eje del tiempo ha permitido reconocer que las relaciones sociales que se crean en el contexto de la política son esencialmente dinámicas. En este sentido, se reconoce que los lazos no son estables; se presentan en los dichos de los y las trabajadores como instancias fluctuantes en las cuales su permanencia no es resultado de una inercia. Como pudimos advertir, los lazos establecidos no vienen dados y en muchos casos no pre existen a la vida del Programa. En ellos, se visualiza un cierto desgaste al paso del tiempo.

Al hablar de cambios debe reconocerse que en la vida de estos/as sujetos pasaron muchas cosas más que el emprendimiento: cambiar de trabajo, dedicarse a una actividad que en algún momento –quizás- no era más que un hobby, en otros casos incursionar en una nueva esfera de la vida social. Todo esto ha marcado los tiempos (y espacios como veremos posteriormente), de los y las sujetos:

Lo que pasa es que el Programa fue muy importante porque fue el primer escalón. El escalón que me afianzó. Vos imagináte que, ante cualquier proyecto, sino arrancás por el primer escalón firme no podés seguir adelante, todo lo demás va a trastabillar. En cambio, yo con ese primer escalón firme que me dio el Banquito, me dio la gente, a mí me sirvió, a mí me dio el puntapié inicial, viste, para arrancar. Así que para mí fue muy importante. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 07/02/2019. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Ese primer escalón se constituyó en un eslabón inicial de la experiencia. La idea de ser “el primero” como instancia de movilización de las acciones referidas al emprendimiento fue muy recurrente en los y las trabajadores/as. En este sentido, accionó como primer motor impulsor de las expectativas y organizador de la fuerza de trabajo en torno a un proyecto propio.

[…] porque la primera vez que lo dijo mi cabeza hizo como un click, como que vos recibís de la otra parte la evaluación sobre el Programa y nunca te imaginás que se hubiera logrado tanto, en algunos casos. Por ejemplo, mi vida era una antes del Banquito Popular de la Buena Fe y después del Banquito es otra. (Entrevista a responsable OA, realizada el 27/07/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Ese cambio (como antes y después de su involucramiento), este Responsable, no sólo fue reconocido entre los y las trabajadores/as. Los y las mismos/as actores de la OA desconocen el alcance del impacto que ha protagonizado la política, y sus palabras admiten una valoración positiva al respecto. Así, podemos reconocer en sus palabras un grado de incertidumbre asociado a cierta admiración por los alcances de la política en el territorio.

No te digo que es una empresaria, no, pero le cambió la vida, porque ya su emprendimiento es el sostén del ingreso familiar. Que no es en todos los casos. En algunos casos sí, hay otros casos en que ayudan, ayuda a lo que es el ingreso familiar. Hay en otros casos que recién están empezando que están peleándola para poder auto-gestionar su propio emprendimiento y poder vivir de eso. Pero lo ven a largo plazo, y en verdad es a largo plazo. (Entrevista a responsable OA, realizada el 19/03/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

La cuestión de tiempo como transcurso indetenible aparece como necesaria para desarrollar los procesos en el territorio y generar el cambio. Acá volvemos a advertir la identificación que generan los y las actores entre el emprendimiento y el y la emprendedor/a como actor. La posibilidad del sostenimiento de la familia también está condicionada por ese paso del tiempo, aunque no pueda constituirse como una constante entre los y las actores de la política pública. Ahora bien, desde este lugar el tiempo aparece como necesario, pero no suficiente para construir autonomía en la factibilidad de los emprendimientos.

  1. El eje del espacio

La noción de espacio no hace referencia a un lugar físico concreto de despliegue de las acciones relacionadas con el emprendimiento. Entendemos el espacio como aquel condicionante construido socialmente por el cual atraviesan las relaciones de poder entre los actores. Por tanto, el espacio no es aquello dado en donde se encuentran y relacionan los y las sujetos; sino que son esos sitios en los cuales ellos/as se ubican en sus prácticas discursivas respecto de otro/a. Definido de este modo, todos los fragmentos de enunciados pueden ser considerados en esta subcategoría; a los fines de visibilizarla hemos seleccionado algunos que nos permitan describirla.

El asesoramiento respecto del lugar es recurrente para algunos/as trabajadores/as; no cualquier sitio funciona, y la elección del mismo condiciona los modos en que se despliegan sus relaciones sociales. Ubican el lugar del saber por fuera de ellos/as, y   depositan la palabra del/la experto/a en el ellos/ellas, aun cuando habían tenido experiencias de comercialización de sus productos antes del Programa.

Entonces todo lo que ellos me fueron asesorando, explicando, capacitando, imagínate que para mí fue importantísimo. Importantísimo, importantísimo. Yo creo que cualquiera que pueda acceder a eso y sepa capitalizarlo, les va a ir bien, les va a ir a bien. Y si por ahí te equivocas, y decís “yo quiero empezar a hacer esto”. Y no es en realidad, también te sirve porque te va a abrir los ojos y vas a decir, “no, mirá me parece que vas para el otro lado, no está tan bien”. O suponte que, no sé, yo quiera vender, ponerme a vender acá en medio de la plaza. No sé, una cosa que uno no se da cuenta, hasta que alguien que sabe un poquito más, te explica la parte de marketing, la parte de mercado… Viste, porque no es tan sencillo como parece. Largar un producto al mercado no es tan sencillo como a veces parece. No todo es pan caliente. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 03/06/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

También el espacio es un obstáculo en sus palabras cuando admiten que por no tener lugar donde vender se trasladaban a donde les indicaran que organizaran una reunión o feria. Acá también vemos la poca injerencia en la toma de decisiones de los y las trabajadores/as de la ES: “Antes íbamos a todas las ferias que nos invitaban, a todos lados. Ya ahora después de seis años, es como que dijimos bueno…” (Entrevista a trabajador ES, realizada el 16/05/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo).

No todos/as los y las trabajadores entrevistados/as eran de la provincia de San Luis. Por diversas razones –algunas ya explicitadas-, vinieron a vivir desde sus lugares de residencia con un espíritu de iniciar algo nuevo. Se reconocieron entre estos grupos, diversos grados de tiempo de residencia que se manifiestan en diversos alcances de apropiación del territorio (Hidalgo, 2023a). Esta es una característica relativamente común en la zona.

¿Por qué estoy en San Luis? Bueno mira, mi papá era puntano; era daractense. Y nosotros vinimos acá con el tema de la promoción industrial que hubo. Bueno, en esa época, mi esposo estaba sin trabajo, entonces consiguió trabajo acá. Con la promoción industrial. Y nos vinimos a vivir acá. Y acá nació nuestra hija más chica que es puntana, así que bueno. Fue nuestro lugar en el mundo, y aquí estamos y no creo que nos vayamos a ir porque estamos bien. A mí me gusta, le agregaría el mar, si pudiera, pero sino…(risas). Como para hacerlo completo, pero todo no se puede. Es lo único que puedo llegar a extrañar un poquito, es el mar. Aparte cuando venimos vivían mi mamá, mi papá… (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 14/08/2018. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)[a5] 

La actora diferencia en sus palabras el “estoy” del “soy”. Relata la trayectoria de su familia en la provincia de San Luis recuperando diversas políticas provinciales para impulsar la radicación de personas provenientes de otras partes del país. Asimismo, la mencionada política de promoción industrial permitió que llegaran capitales e inversiones particulares en el sector secundario y terciario de la economía. De este modo, las trayectorias de las y los actores demuestran que han participado de varios programas sociales una vez que la dinámica productiva interviene como expulsora del sistema social, por parte de esas empresas que vieron disminuida su tasa de ganancia (Gambina, 2013). En este marco, el Estado interviene en esta dinámica con diversos intentos por contener esa masa de desocupados/as mediante políticas sociales concretas.

La idea de cambio también emerge en la subcategoría de espacio. El espacio cotidiano cambia cuando los y las actores reconocen que el “desarrollo” se da en la implicación de varias dimensiones. Esta actora nos invita a pensarlo de la siguiente manera:

O sea, las dos cosas son importantes [el desarrollo material y personal], porque en realidad yo lo tomé como una forma de vida, o sea. Era una forma de vida, entonces para mí… Que no tenía nada, nada, me cambió mi espacio conocido. (Entrevista a trabajadora ES, realizada el 13/04/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo)

Ese espacio hacia el que se arroja la posibilidad de cambio implica el pasaje de una situación de vulnerabilidad estructural profunda, -tal como admitir que no tenía nada-, hacia otro horizonte de reconocimiento de sus propias prácticas discursivas. Ese nuevo espacio es tomado como una nueva forma de vida y de vinculación con un medio que le era hostil, pero que deviene en otro pliegue de las relaciones. La apropiación de ese nuevo sitio que permite el despliegue de otro horizonte posible que supera su propia vinculación con el emprendimiento. Le permite, en otro orden de cosas, modificar el contenido de su propia visión de sí por medio de sus prácticas discursivas.

“[Las reuniones] algunas veces se hacían allá; algunas veces se hacían acá. Y cuando se hacían allá, algunos iban y otros no. La verdad es que a la gente le cuesta el tema de la participación y de la comunicación” (Entrevista a responsable OA, realizada el 12/05/2017. Entrevistadora: Ana Laura Hidalgo). El sitio físico de reunión programado también ha condicionado los modos de concebir las relaciones de “desarrollo” en el marco del Programa. No asistir al allá ha sido en este caso, vinculado con la posibilidad de una participación condicionada por una decisión que no es asumida como propia por los y las trabajadores/as. En este sentido, las relaciones de poder para definir la “Frecuencia y la agenda de las reuniones” de los diversos/as actores del Programa.

Síntesis de lo trabajado y consideraciones finales

Los alcances que nos han permitido diseñar las cinco dimensiones identificadas en las prácticas discursivas de las y los actores de la política pública, se constituyen en un punto de partida para pensar las relaciones entre política y territorio desde un lugar situado. Así, los entrecruzamientos entre estas categorías trazan nutridos intercambios y permiten establecer ecos entre sí con trabajos anteriores. Esto no resulta casual, ya que el corpus de estudio que nos permitió establecerlas es común y ninguna de las categorías o subcategorías presentadas se asume como suficiente o superadora de otras. Por el contrario, cada una de ellas deberán leerse en clave compleja a fin de poder aportar a los alcances de otras contribuciones, consecuentemente.

El artículo empieza describiendo la dimensión económica como aquella casi ineludible cuando se presentó la pregunta por el “desarrollo”. Ella se desagrega en tres sub-dimensiones que exploran los emprendimientos y la fuerza de trabajo (trabajadores/as), la formalidad del trabajo en términos de los demás instrumentos de política pública que acompañan la implementación del Programa; y los puntos de venta, en los cuales se materializa la instancia de comercialización de lo producido.

Posteriormente, la dimensión individual o personal expuso los estímulos más intrínsecos a los actores de la política pública, como aquellos incentivos que les impulsan a seguir sosteniendo su participación en el Programa. Aquí se destacan los saberes, las motivaciones y la autoestima.

A continuación, se expone la dimensión social del “desarrollo”. Se describe la particular relación de lazos establecidos por los y las actores de la política a partir de ella. Como fue mencionado anteriormente, esta dimensión no resulta restrictiva de las mencionadas, sino que permite poner de relieve otra esfera a ser considerada.

Por su parte, la dimensión política aborda fundamentalmente la cuestión colectiva de la significación de las acciones derivadas del Programa. La frecuencia y la agenda de las reuniones; la participación en la toma de decisiones; y las identidades de la ciudadanía construida, son las subcategorías que permiten explorarla. Vale mencionar que estas no son excluyentes a la generación de otras nuevas; se han considerado por su recurrencia y por constituir una complejidad interesante para pensar la realidad social.

Finalmente, la dimensión espacio-temporal plantea la posibilidad de dos ejes de análisis que abordan particularmente el tiempo y el espacio para pensar los cambios a partir de la ES. Como se aclaró oportunamente, estos ejes no son excluyentes y las experiencias encuentran a ambos como condiciones de posibilidad concretas de despliegue de las relaciones sociales en el territorio. De este modo, cada una de sus prácticas discursivas opera en determinadas coordenadas espacio-temporales determinadas.

Las dimensiones permiten constituirse como entradas analíticas complementarias una con otra, que develan diversos grados de análisis sobre las relaciones de poder desiguales y divergentes. La noción de “desarrollo”, desde esta construcción teórica, permite analizar una intervención (u omisión) del Estado que pretende generar modificaciones en la realidad. Estas modalidades de intervención develan diversas cargas ideológicas de acuerdo con los paradigmas más o menos explícitos, no sólo de los y las planificadores, sino también fundamentalmente, de los y las actores territoriales. Esa diversidad de concepciones sobre la noción revela, por otro lado, intereses en tensión que se expresan en las coordenadas espacio temporales de quienes forman parte de la experiencia en la configuración del orden social situadamente.

Sin intención de generalizar, este trabajo se propuso visualizar y sistematizar una serie de dimensiones que explican parte de los aspectos del “desarrollo” en el territorio de la política que procura tender al “desarrollo integral de las personas”. Los mencionados son aquellos que han sido construidos sobre la base de los análisis situados en este espacio tiempo.

Un análisis posterior de la cuestión nos permitiría desandar otros caminos de interpretación y construcción posibles para los mismos datos. Y, consecuentemente, otras muestras de datos obtenidos en otro espacio tiempo, arrojarán otras consideraciones que no han sido recogidas en esta oportunidad. A pesar de esto, se considera que los señalados revisten de profundidad analítica y teórica evidentes. Es de esperar que estudios posteriores, tanto de índole teórica como de carácter empírico, amplíen el panorama de este tema.

Finalmente, para concluir con los aspectos aclaratorios, se incluye a continuación una figura de resumen. Al igual que en un trabajo anterior, con las imágenes diseñadas no pretendemos indicar un orden de primacía de un elemento por sobre el otro; cada una de ellas se constituye en una entrada posible de análisis y complementaria con la siguiente. Es un diagrama que pretende ilustrar las dimensiones reconocidas y su interrelación. El recurso de trabajar con ilustraciones diseñadas sobre la base de los datos obtenidos, será recuperado en trabajos posteriores para continuar pensando el tema y seguir complejizando la teoría desde la TF.

Por su parte, los datos contenidos no pretenden indicar la caducidad de la prueba y del proceso interpretativo del trabajo realizado. Responden a un momento de corte del proceso de interpretación que nos ha permitido generar algunas conclusiones considerablemente sistematizadas incluidas en este escrito.

 

 

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[1] Doctora por la Universidad de Buenos Aires en Ciencias Sociales (2019), Magíster en Política y Planificación Social por la Universidad Nacional de Cuyo (2017), Especialista en Comunicación Digital por la Universidad Nacional de La Plata (2023), Especialista en Gestión Social por la Universidad Nacional de Cuyo (2015) y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de San Luis (2012). Es miembro de la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico (CIC - CONICET). Se desempeña como profesora adjunta efectiva en el Departamento de Comunicación de la Universidad Nacional de San Luis. Es miembro titular del Comité Académico de Procesos Cooperativos y Actividades Asociativas (PROCOAS) de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM). Se especializa en el estudio de las desigualdades sociales desde una perspectiva comunicacional en la economía social. Es directora del Proyecto de Investigación Promocionado N° 04-1923: “Configuraciones Comunicacionales en la Economía Social. Un abordaje a las políticas públicas y a las experiencias de las/os trabajadoras/es del sector en San Luis". Es Directora del Proyecto de Extensión “Economía Social y Patrimonio”, financiado por la SPU. Ha publicado diversos artículos en Argentina y en otros países. Correo electrónico:  alhidalgo@email.unsl.edu.ar ORCID: http://orcid.org/0000-0002-6900-5120

[2] Este estudio complementa un artículo anterior recientemente publicado, en el cual reconstruimos los sentidos de la comunicación para estos actores de la E.S (Hidalgo, 2022).

[3] Para un detalle más exhaustivo de los criterios metodológicos de este estudio, consideramos consultar el trabajo anteriormente mencionado que complementa a este (Hidalgo, 2022).

[4] Anonimizado para resguardar la identidad de la trabajadora.

[5] En un trabajo anterior nos detuvimos en las consideraciones de la construcción identitaria del ser trabajador y trabajadora de la ES, como parte de la dimensión comunicacional. El ellos es una categoría in vivo (Hidalgo, 2022).

[6] En un trabajo reciente recuperamos los itinerarios y las trayectorias socio ocupacionales de las y los trabajadores de la ES en los cuales se reconocen aspectos vinculados a lo expresado (Hidalgo, 2023a).