Revista Idelcoop nº 239 - Marzo 2023 - ISSN Electrónico 2451-5418 /  Sección Experiencias y Prácticas

Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa

Volver a reconocernos

Crónica del V Encuentro de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales e Identidades No Binarias cooperativistas 2022

Comisión organizadora del V Encuentro^[1]

Resumen: El presente artículo es una crónica y reflexión colectiva  sobre lo que dejó el  V Encuentro de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales e Identidades No Binarias cooperativistas, organizado por el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Idelcoop – Fundación de Educación Cooperativa y el Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito.

Se realizó el sábado 26 de noviembre del 2022 en la Ciudad de Buenos Aires y convocó a cooperativistes que pudieron debatir, analizar y compartir sobre la  necesidad de seguir profundizando las redes cooperativas y de la autogestión en un contexto internacional y nacional de avanzada de las clásicas derechas, de profundos discursos de odio y de un reverdecer de prácticas fascistas.

Palabras Clave: cooperativistas, géneros, mujeres, lesbianas, trans, travestis, intersexuales, bisexuales e identidades no binarias.

Introducción. De dónde venimos

El sábado 26 de noviembre del 2022 se realizó de manera presencial en la Ciudad de Buenos Aires el V Encuentro de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales e Identidades No Binarias cooperativistas, organizado por el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Idelcoop – Fundación de Educación Cooperativa y el Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito.

El encuentro anterior se realizó en el año 2020 con modalidad virtual y en el 2022, a partir del entusiasmo que trajo la realización del Encuentro Plurinacional en San Luis, se retomó el impulso bajo la consigna: “Volver a encontrarnos para fortalecer la agenda feminista del cooperativismo”. En la convocatoria inicial, afirmamos: “Nos volvemos a encontrar en el CCC, en forma presencial, con las ganas que nos brotan de mirarnos, reconocernos, interpelarnos, desafiarnos”.

Cabe mencionar que el entusiasmo y las ganas de compartir datan del año 2017, cuando sentimos y vivenciamos el I Encuentro, insertes en un contexto nacional condicionado por un gobierno neoliberal que empobreció y  quitó derechos al pueblo, principalmente a las mujeres y diversidades sexuales y no promovió el desarrollo de las cooperativas. Esta primera experiencia nos permitió construir un diagnóstico colectivo de la situación del sector desde la perspectiva de género, elementos que fueron centrales para comenzar a armar una agenda feminista del cooperativismo.

Los sucesivos encuentros (II y III), afianzaron los lazos entre mujeres y diversidades cooperativistas, y se fueron sumando de distintas organizaciones cooperativas y movimientos sociales, que nutrieron la agenda desde una visión proactiva en cuanto a las problemáticas de géneros en nuestras organizaciones y en el sector en su conjunto. Estos espacios también auspiciaron el intercambio de vivencias, saberes y propuestas, para seguir construyendo un mundo más justo, solidario y libre de violencias.

En el año 2020, en plena pandemia, decidimos reencontrarnos en forma virtual para compartir y contenernos en medio de una compleja coyuntura social y económica, y para revalorizar el cooperativismo por sus respuestas ante la compleja crisis sanitaria.

Finalmente, llegó el 2022 y en la convocatoria a dicho encuentro, se recuperó el itinerario aquí reseñado:

Desde 2017, les integrantes del movimiento cooperativo, asociativo y autogestionado nos damos un espacio para intercambiar experiencias, reflexionar y debatir sobre las problemáticas de género en nuestros espacios de trabajo y militancia, una instancia más que se organiza como antesala de los Encuentros Plurinacionales. Esta vez, nos convocamos luego de la realización del encuentro Nº 35 realizado en San Luis.

Creemos que es preciso volver a conversar sobre los temas más acuciantes de la agenda del sector, recuperando tanto las experiencias de les encuentreres, como de aquelles que desde las diversas trincheras que habitamos, necesitamos reactualizar los diagnósticos y revisar estrategias.

Y llegó el tan ansiado V Encuentro 

Para el V Encuentro, la propuesta hizo lupa en la necesidad de seguir profundizando las redes cooperativas y de la autogestión en un contexto internacional y nacional de avanzada de las clásicas derechas, de profundos discursos de odio y de un reverdecer de prácticas fascistas. En este contexto,  las mujeres y diversidades cooperativas, planteamos la necesidad de tener espacios de encuentro y reflexión, porque “Creemos que es clave para sostenernos, para enfrentar las violencias que en estos marcos caen sobre nosotres y para mostrar que tenemos propuestas para un vivir bien”. Sabernos con otres y no en soledad es fundamental para seguir profundizando nuestras luchas.

En cuanto a la dinámica, para mantener las vivencias del Encuentro Plurinacional, la convocatoria consistió en el trabajo en rondas de conversación para que circularan las miradas, la palabra y la escucha. Se trató de rondas consecutivas, de forma tal que las personas asistentes pudieran participar sin tener que elegir una y también porque consideramos que luego de la experiencia pandémica, era preciso y oportuno generar un espacio colectivo único. La percepción que teníamos desde la organización era que la dinámica propuesta podía favorecer la vuelta a la presencialidad de nuestras cuerpas y cuerpos, tan importante para pensarnos, a la vez que consideramos que los temas eran compartidos, es decir, que todes podíamos reconocernos en ellos. Al menos en esta oportunidad y a diferencia de otros encuentros, decidimos que la división temática o en comisiones no iba a abonar a los objetivos planteados. A la vez, el reencuentro propuesto implicaba un volver a ponernos en movimiento, en el sentido más literal del término, es decir, salir de nuestras casas, volver a los espacios de discusión con otres, salirnos de las pantallas. El desafío era también este: reagruparnos y poder pescar cierto estado de organización.

Los ejes de trabajo de cada momento fueron: Economía Social, Solidaria y Popular; Violencias; Redes, Entretejido e Integración; y Cuidados. Como en cada encuentro, se buscó arribar a distintas ideas que nutran la agenda feminista para el movimiento cooperativo en el 2023 que, también como en años anteriores, estará atravesada por acontecimientos como el paro internacional del 8M, las movilizaciones del 3 de junio bajo la consigna Ni una Menos, las elecciones presidenciales, la organización del próximo Encuentro Plurinacional, entre otros temas.

Apuntes de una agenda colectiva, feminista y cooperativista

Tuvimos la oportunidad, una vez más, de sentirnos en confianza para intercambiar e interpelar lo que nos sucede como mujeres y diversidades en el hogar, en la calle, en las instituciones, en nuestras organizaciones, en la sociedad toda. Por momentos lagrimeamos escuchando vivencias de compañeres, socializando experiencias traumáticas que, sin duda, en un espacio común, ayudan a transitarse de otra manera. También nos emocionamos escuchando desarrollos organizativos y colectivos que muches compañeres se fueron dando como forma de encontrar salidas a situaciones violentas, lo cual generó el clima potente que siempre decimos que se habilita en encuentros como el que aquí reseñamos. A la vez, si bien debatimos e intercambiamos sobre “cuánto nos falta aún”, también dimensionamos “cuánto hemos logrado en todos estos años”. Y que esto no se circunscribe a logros personales, sino al quehacer colectivo y la sororidad que nos envuelve y acompaña las individualidades.

Como reflexiones sucedidas en el marco de los ejes y las rondas, a continuación mencionamos algunas ideas que quedaron plasmadas en los cuadernos, en las computadoras, en el aire y en nuestras cuerpas, para no perder de vista hacia dónde sentimos que queremos ir como identidades cooperativistas.

Respecto del eje de las violencias, registramos que aparecieron de otra manera. Compartimos las experiencias de trabajo de organizaciones cooperativas de mujeres cuyo objetivo es salir de las violencias, conformadas por compañeres que las sufrieron y se organizaron para atender esas situaciones. Hubo relatos en primera persona sobre situaciones vividas. Aquí cabe destacar que la confianza que supimos construir a los largo de estos años en los encuentros, la dinámica de la escucha y, desde ya, el contexto de encuentros y luchas feministas, propicia que la palabra aparezca también así. En varios casos, la cooperativa fue la herramienta que permitió adquirir la autonomía necesaria para cortar el círculo de violencia en el que estaba inmersa la persona.

En relación al eje de los cuidados, fue notorio y compartido cómo fuimos aprendiendo colectivamente a nombrar, identificar, contextualizar la problemática; dando batallas en el ámbito doméstico, laboral, comunitario y social; generando estrategias impensadas años atrás.  Un ejemplo concreto fue que quienes estuvimos en la organización de los encuentros pasados, pensábamos que no teníamos que tener un lugar de cuidado para infancias, porque deberíamos priorizar el criterio de que las compañeras puedan disfrutar del encuentro y que les niñes queden a cargo de otras personas. Esta vez, apareció la demanda concreta, interpelando la idea de cuidado colectivo, de compartir con infancias, de querer estar con esas infancias o de no tener terceras personas para el cuidado y que ello no sea una traba para participar.

Un asunto que se conversó y que no fue presentado como eje desde la convocatoria, pero que nos interesa particularmente dejar registrado, es la cuestión de ocupar espacios dentro del Estado, dado que, a diferencia de otros encuentros, actualmente hay compañeres en distintos roles y funciones. Esto nos lleva a re pensar los  vínculos con el Estado, las formas de interpelación, los modos de vivir y transitar esas experiencias, las preguntas que tienen las propias personas que asumen los cargos y el objetivo de nutrir  la agenda propia con nuestras necesidades, demandas y propuestas. La relación con y desde el Estado expresa, una vez más, la vinculación de los géneros y feminismos con la agenda social general: no se trata de un “problema particular” o de “mujeres”, se trata de un asunto construido social e históricamente situado. Se conversó también sobre la tensión entre la autonomía de los movimientos sociales (aquí, donde cooperativismo y feminismo confluyen) y el vínculo con el Estado, especialmente por su responsabilidad y su rol articulador para la generación de las políticas públicas que se requieren.

Para finalizar con los ejes, se puso nuevamente en valor la importancia de la constitución, profundización y sostenibilidad de las redes de integración entre compañeres del sector, y entre organizaciones en todos sus estamentos y niveles. Las articulaciones son fundamentales y necesarias en un campo tan diverso y heterogéneo como lo es el campo de la economía social, solidaria y popular. Con ello, se volvió a poner sobre la mesa la necesidad de los espacios de encuentro acompañados de acciones pro activas para trabajar en y con nuestras organizaciones cooperativas.

Les cooperativistes nos inscribimos ya en una identidad solidaria, de compromiso que nos lleva a pensar a nuestras entidades como agentes de verdaderos cambios  comunitarios. Nos asumimos facilitadoras de los mismos, a prueba y error vamos encontrando las prácticas que decididamente queremos, como pisos o bases alcanzadas. Y esos logros, se convierten en pisos que debemos sostener para poder avanzar en el propósito de la equidad.

¡Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro!

Nos encontramos frente a un escenario global en el que un voraz capitalismo avanza agotando los recursos naturales, menospreciando la vida, generando la destrucción del todo y de todes para producir la ganancia de pocas personas.

A su vez, este escenario es acompañado por predicadores que difunden mensajes de odio, el discurso de la tolerancia (y su supuesto reverso) y la naturalización de la violencia, generando su aceptación, propagación, y el fortalecimiento de esos conceptos. Se trata de un proceso reproducido y magnificado por las clásicas derechas, que favorece el reverdecer de prácticas fascistas y la posibilidad de que aparezcan propuestas para profundizar las políticas neoliberales y, con ello, sus consecuencias económicas, sociales, políticas y el avance en la disolución de los lazos sociales y comunitarios.

En nuestro país, se llevarán a cabo las elecciones en el mes de octubre de 2023. Elegiremos autoridades políticas de gobierno, nacionales, provinciales y locales. Este hecho, que nos atraviesa a todes, trae con su resultado el modelo de país que se llevará adelante en los próximos años. La experiencia de gobiernos anteriores nos advierte sobre cuán amenazados se ven los derechos conquistados.

En tal sentido, desde el cooperativismo, como también desde el movimiento feminista, tenemos presente lo que significa que llegue un gobierno de derecha con ideales que van de la mano del individualismo y no de lo colectivo; de lo corporativo con su producción extranjera y no de la producción nacional, pyme y cooperativa. Una ideología que niega e invisiviliza a las diversidades en pos de una sociedad basada en parámetros binarios que se imponen como mandatos, excluyen y castigan a unes mientras sostienen privilegios de otres.

El movimiento cooperativo y el feminista son herramientas necesarias para rebatir ese escenario y nuestro rol es decisivo. Lo sabemos y tenemos instrumentos para hacerlo, como también un proyecto político concreto que busca confrontar con las propuestas de las derechas.

Como proyecto político, estos Encuentros que venimos realizando y sosteniendo nos fortalecen y nos dan herramientas para seguir construyendo una estrategia colectiva que nos transforme como sociedad. Como expresamos a lo largo de esta reseña, los temas que se fueron abordando en los encuentros son debates, discusiones, problemáticas, acciones y sentires situados que, tras el paso del tiempo, mutan, suman otros, surgen de otras maneras. A la vez, hubo temas que no aparecieron en este último encuentro. Tal vez, son una pista para seguir pensando: sea porque los hemos superado, porque se volvieron a ocultar, porque perdieron relevancia o porque los sobrepasamos con otros temas. Con ello, cada encuentro, cada espacio, marcó una coyuntura, marcó cuánto hemos avanzado y cuánto aún nos queda, marcó cómo hemos madurado ideas, propuestas y acciones. Y por sobre todas las cosas, cada encuentro visibilizó la importancia de tenernos, de enredarnos y de saber que no estamos en soledad frente a la gran batalla que tenemos: la transformación  social y la lucha por un mundo más justo, solidario, igualitario, libre de violencias y feminista.