Revista Idelcoop, nº 231. Julio 2020 - ISSN 0327-1919 / Sección Reseñas
Reseña del libro Lucha ¿sin patrón? La conflictividad de trabajo en empresas recuperadas y cooperativas del Programa Argentina Trabaja. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Buenos Aires, Editorial Teseo, 2020. De Denise Kasparian.[1]
Agustina Súnico[2]
¿Cuál es el patrón de la conflictividad cuando no hay patrón?, ¿qué características adopta el conflicto de trabajo en las formas autogestivas?, ¿bajo qué clivajes y ejes se desarrollan las confrontaciones? y ¿cuáles son las reivindicaciones que motivan la disconformidad de los trabajadores y trabajadoras que se organizan de forma autogestiva? son algunos de los interrogantes centrales que Denise Kasparian problematiza en su reciente publicación: Lucha ¿sin patrón? La conflictividad de trabajo en empresas recuperadas y cooperativas del Programa Argentina Trabaja. El libro aborda las nuevas formas de cooperativismo de trabajo emergentes en la Argentina hacia comienzos del siglo XXI. Tal como indica su título, el libro se ocupa de las empresas recuperadas por sus trabajadores y trabajadoras y las cooperativas de trabajo enmarcadas en la política social.
El análisis se sitúa en un escenario en el que el mundo del cooperativismo -y del trabajo- es reconfigurado a partir de la revitalización y el incremento de las cooperativas de trabajo. En el marco de la crisis social, política y económica, cristalizada en los eventos de fines del 2001, se produjo una expansión de la recuperación por parte de sus trabajadores y trabajadoras, de empresas que se encontraban en quiebre y/o cerraban sus puertas. Mediante la forma cooperativa asumieron la dirección de la producción. A su vez, a partir del año 2003, la promoción estatal de cooperativas de trabajo modificó el mapa del sector al consolidarse como una mayoría preponderante dentro del mismo. Kasparian aborda estas dos experiencias señalando que conforman procesos de relevancia tanto en el ámbito de la producción como también en el mundo de las luchas sociales. En este sentido, un gran acierto de la autora radica en la formulación de los interrogantes y los ejes mismos que guían su investigación al focalizar en ambas dimensiones y sus interrelaciones. Como es analizado en detalle en el libro, estas formas socio-productivas implican complejidades en cuanto a los modos de organizar la producción, los entramados de actores y las lógicas involucradas. Se trata de tipos productivos que no se estructuran sobre las relaciones asalariadas típicas. Así, la autora busca dilucidar las formas particulares de trabajo y de producción que se configuran en las cooperativas de trabajo mencionadas, abonando a su problematización y conceptualización.
Ahora bien, a pesar de que estas unidades socio-productivas no se organizan sobre las relaciones entre el capital y el trabajo y sus contradicciones, estas especificidades no obturan la emergencia de conflictos, sino que, como también es observado exhaustivamente en el libro, se presentan confrontaciones en los procesos que las constituyen y en la dinámica productiva una vez establecidas. Es así que, la autora instala el siguiente interrogante: “¿Por qué, cómo y a partir de qué clivajes y agrupamientos entra en conflicto la fuerza de trabajo en estas formas asociativas y autogestionadas?”[3]. En su producción, Kasparian introduce preguntas novedosas que complejizan la mirada sobre este universo de actores, visibilizando las tensiones que atraviesan estas formas cooperativas y proveyendo herramientas analíticas para conceptualizar el conflicto en torno a las problemáticas de trabajo en las mismas.
Al respecto, el libro da cuenta de “la configuración y la dinámica de la conflictividad de trabajo en cooperativas de empresas recuperadas y del Programa Argentina Trabaja, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) durante el período 2003-2015”.[4] Este análisis recoge una rigurosa y minuciosa investigación realizada a los fines de la tesis doctoral de la autora, así como producciones sobre la temática desarrolladas a lo largo de su trayectoria académica. Con el objeto de dar cuenta de las complejidades inherentes a su objeto de estudio, la autora construye y despliega un marco conceptual nutrido de distintas perspectivas teóricas. Su esquema se sustenta principalmente en el neomarxismo, en especial a partir de las propuestas de Erik Olin Wright[5] en torno a las vinculaciones entre las características de las formas productivas y los conflictos potenciales que en ellas se configuran. También repone autores como Beverly Silver y Michael Burawoy y retorna a Karl Marx y a Karl Polanyi para dar cuenta de los tipos y las propiedades de las luchas sociales observadas. Kasparian combina de manera fructífera estas perspectivas con desarrollos acerca de la acción colectiva y los movimientos sociales propuestos por Charles Tilly y Sidney Tarrow e introduce variables explicativas como la estructura de oportunidades políticas, los recursos organizativos y los procesos enmarcadores. Este entramado teórico resulta sumamente productivo para dar cuenta de la configuración del conflicto en formas productivas alternativas y le permite abordar la multiplicidad de sujetos sociales involucrados cuyas particularidades trascienden las correspondientes al movimiento obrero tradicional. En esta línea, la autora se distancia de la noción de conflicto laboral, generalmente utilizada para abordar las disputas entre empleados y patrones, a partir de introducir el concepto de “conflicto de trabajo”, ampliando el alcance analítico para dar cuenta de las luchas en torno a las condiciones de acceso, consumo y retribución al trabajo.
La investigación se sostiene en un exhaustivo estudio de caso instrumental, de carácter múltiple realizado en clave comparativa -una empresa recuperada y una cooperativa del Programa Argentina Trabaja (PAT)-. Esto es acompañado por aproximaciones cuantitativas, análisis de catálogos de eventos contenciosos, procesamientos de estadísticas oficiales, encuestas, así como con el análisis documental de diversas fuentes bibliográficas. La autora nos ofrece un análisis minucioso que combina el estudio de procesos macrosociales y de casos empíricos concretos. Precisiones metodológicas y conceptuales que le otorgan una gran riqueza a las conclusiones arribadas. El libro se articula a partir de una sugerente hipótesis de trabajo: las características socioproductivas de las cooperativas inciden en la configuración y la dinámica de la conflictividad de trabajo en las mismas. Al mismo tiempo, la autora integra a su esquema explicativo las sociogénesis y los conflictos constituyentes de las cooperativas, las culturas, valoraciones y concepciones de los trabajadores y las trabajadoras, los contextos sociales, políticos y económicos y los recursos organizativos disponibles.[6]
En base a este puntapié inicial, en una primera parte, Kasparian se aboca a la reconstrucción de la sociogénesis y el desarrollo de ambas experiencias en estudio. En el capítulo inicial, “El proceso de recuperación de empresas por sus trabajadores”, la autora observa la multiplicidad de dimensiones que lo posibilitan. Así, señala que si bien el elemento estructurante se encuentra en la crisis de las unidades productivas, su desarrollo no puede entenderse sin considerar el contexto de dislocación social y expansión de la mercantilización y sin determinada configuración cultural vigente en el conjunto de la sociedad argentina. La activación de una “economía moral de trabajo”[7] fundada en su valoración como “forma de reproducción social, material y simbólica”[8] sustentó el proceso ponderando positivamente la defensa del trabajo aún mediante acciones que, como la ocupación, atentan contra la protección de la propiedad privada. En este marco, la convergencia de distintos actores sociales conformó un movimiento social que instaló públicamente la recuperación de empresas como una respuesta y demanda legítima frente a la vulneración de la fuente laboral. Kasparian encuentra que estos elementos abonan a la vigencia y reproducción del proceso una vez atravesado el contexto adverso de la crisis. Las recuperadas se instalaron en la memoria cultural como una opción factible a ser empleada con una amplia legitimidad en el conjunto social. El proceso atravesó la política pública, alcanzando una “institucionalización parcial”[9] que, con sus limitaciones, viabilizó su permanencia. Si bien, con el transcurso del tiempo se diluyó el carácter movimientista, se desarrollaron nuevas formas de articulación a partir de las alianzas con el resto del universo cooperativo y la aproximación a las asociaciones sindicales.
El segundo capítulo, titulado “El proceso de conformación de cooperativas del Programa Argentina Trabaja”, indaga en el desarrollo histórico de los programas sociales con contraprestación laboral, reconociendo las especificidades del PAT en tanto que consolidó la conformación de cooperativas de trabajo como eje central dentro un conjunto más amplio de políticas dirigidas a la autogestión. A partir del análisis de los procesos macrosociales y de las relaciones entre los distintos actores sociales en el surgimiento del programa, la autora matiza el carácter “inducido” de las cooperativas constituidas y da cuenta que la configuración resultante se vio influenciada por la lucha social de las organizaciones de trabajadores desocupados. Estas encontraron en el lanzamiento del PAT una “ventana de oportunidad” para la activación, dando lugar a un movimiento social que impulsó el ingreso de trabajadores y trabajadoras al programa, la creación efectiva de cooperativas, así como también incidió en determinadas características de su actividad productiva. Estas afirmaciones se sustentan en una exhaustiva reconstrucción de la evolución del programa y sus etapas distintivas en la que se integra el análisis de los procesos sociales, políticos y económicos con un detallado estudio de las dinámicas de la acción colectiva con base en el procesamiento del catálogo de eventos contenciosos construido de forma colectiva en el marco de un equipo de investigación integrado por la autora.
En el tercer capítulo, Kasparian pone en diálogo el abordaje global con el análisis de los “conflictos constituyentes” en sus dos casos de estudio. Así, encuentra especificidades que le permiten afinar las conclusiones alcanzadas. En el caso de la empresa recuperada observa que no necesariamente el clivaje clasista se desestructura con la configuración de la cooperativa y la puesta en marcha de la actividad. Este permanece vigente al no resolverse la disputa por la unidad productiva, mediante relaciones que si bien no asumen la forma de explotación si representan mecanismos de opresión. El caso evidencia que el conflicto constituyente entre propietarios de los medios de producción y la fuerza de trabajo puede convertirse en un elemento de recurrencia con implicancias contenciosas incluso al interior de la dinámica de las empresas recuperadas. Respecto a la cooperativa del Programa Argentina Trabaja, la autora indaga en profundidad en las relaciones entre las organizaciones sociales y las administraciones estatales, en especial, visibilizando el nivel municipal. Identifica la conformación de dinámicas de negociación y confrontación en las que las organizaciones buscaron por un lado ingresar en las cooperativas impulsadas por el Estado, lo que implica una sujeción frente a su gestión, pero a la vez pugnaron por lograr grados de autonomización frente a la misma e incidir en las características de las unidades productivas.
Al poner en diálogo lo observado mediante una lectura transversal, la autora evidencia que el surgimiento de las experiencias de cooperativismo de trabajo paradigmáticas de los albores del siglo XXI se encuentra atravesado por procesos contenciosos desplegados en torno a demandas y reivindicaciones vinculadas con el trabajo, ya sea por la defensa ante la pérdida del mismo o por el acceso y la consecución de una fuente de empleo. Kasparian observa que estas características de surgimiento inciden en la organización socioproductiva resultante, la cual es dilucidada por la autora en una segunda parte de libro, en el cuarto y quinto capítulo titulados “Caracterización socioproductiva de la empresa recuperada y Caracterización socioproductiva de la cooperativa del Plan Argentina Trabaja”. En ellos se desarrolla un agudo examen de las relaciones de producción de las cooperativas, recuperando de manera sumamente productiva las sugerencias de Wright.
Así, Kasparian desentraña el entramado de actores y relaciones de poder que constituyen a ambos tipos de cooperativas de trabajo en tanto formas socioproductivas híbridas, es decir interpenetradas a partir de la combinación de múltiples lógicas de poder. ¿De qué manera se articula la lógica estatal con los propósitos de los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones en las cooperativas del PAT?, ¿cómo se vincula la producción autoadministrada por el colectivo laboral de las empresas recuperadas con el intercambio mercantil en la economía capitalista?, ¿qué otros principios económicos de intercambio emergen?, ¿qué potenciales agrupamientos antagónicos se estructuran? y ¿en torno a qué ejes se acumulan tensiones plausibles de plasmarse en conflictos? son algunas de las preguntas a las que la autora da respuesta en estos capítulos. Así, identifica que en las empresas recuperadas los trabajadores organizados de manera colectiva establecen los criterios que guían la asignación y el empleo de los recursos económicos orientando la producción en función de su reproducción material y no con miras a la maximización de ganancias. Esto encuentra limitaciones en los condicionamientos que impone el intercambio en el mercado capitalista. No obstante, Kasparian reconoce la presencia de otros principios económicos basados en la reciprocidad y la redistribución, tales como la constitución de alianzas dentro del sector cooperativo y con distintas organizaciones sociales que facilitan márgenes de desmercantilización. Entonces, en estas formas productivas tanto la acumulación económica -para la reproducción de sus trabajadores y trabajadoras- como la acumulación política se vuelven centrales. Asimismo, la autora profundiza en el clivaje etario que ha sido observado en las investigaciones sobre las empresas recuperadas y plantea que este se corresponde más a generaciones de trabajo, es decir, se vincula con cohortes de ingreso a la cooperativa. A su vez -y en relación con esto- observa la constitución de divisorias ancladas en el acaparamiento de recursos por parte de socios fundadores, quienes participaron de la recuperación, frente a nuevos o antiguos socios que no formaron parte de dicho momento. Así también, agrupamientos con visiones contrapuestas en torno a los criterios de sustentabilidad y los proyectos de empresa a desarrollar, es decir, respecto a cómo gestionar y dirimir la mencionada tensión entre acumulación económica y política.
Por su parte, en la cooperativa de trabajo enmarcada en el PAT, es el Estado el que ejerce la dirección del proceso productivo estableciendo las condiciones generales del mismo. Bajo el principio de redistribución, la producción se orienta a sostener el ingreso que posibilita la satisfacción de las necesidades de consumo de los trabajadores. En adición, subyace una lógica de acumulación política estatal. No obstante, la autora demuestra la existencia de espacios de autonomía vinculados en parte con la posesión de los instrumentos de producción por el colectivo laboral, como así también con el anclaje de la cooperativa en una organización social y las capacidades de negociación que esta despliega. En este sentido, si bien con menor intensidad, el destino de la producción también se encuentra orientado por criterios y objetivos de acumulación política-territorial propios de la organización social. Es precisamente en base a este entramado de lógicas y actores que se configuran clivajes y tensiones potenciales. Los funcionarios estatales y los trabajadores y trabajadoras de la organización social configuran relaciones de oposición por orientar el proceso de producción en función de sus lógicas de acumulación política particulares. Pero también se estructuran clivajes en relación con la superposición entre la cooperativa y la organización, que dan lugar a agrupamientos divergentes entre los trabajadores que desarrollan una participación habitual en las actividades de la misma y aquellos que restringen su involucramiento a las tareas correspondientes al programa. La autora observa en esto concepciones divergentes en torno a las implicancias y al alcance del trabajo en la cooperativa.[10]
Finalmente, Kasparian pone en relación los hallazgos alcanzados con el análisis de conflictos de trabajo concretos en la empresa recuperada y en la cooperativa del PAT, una vez conformadas y ya iniciada la actividad productiva. Este análisis lo realiza en el capítulo 6, “Los conflictos en las unidades productivas una vez establecidas”, en el cual se evidencia claramente el potencial analítico de la investigación desarrollada. En las disputas analizadas -dos para cada caso- observa que éstas tienden a corresponder con las características socioproductivas de ambas cooperativas, así también resalta la influencia del conflicto constituyente de las mismas y la activación de los clivajes y divisorias estructuradas, en combinación con elementos específicos del contexto y con las particularidades históricas y culturales de las cooperativas y quienes las integran.
En la empresa recuperada la autora observa que la disputa con los dueños del inmueble se traduce al interior de la cooperativa en la forma de un conflicto por la conducción de la dirección en el que se dirime la mencionada tensión entre el privilegio de una estrategia estrictamente mercantil en contraposición a una estrategia amplia que incluya la dimensión política. A su vez, la autora observa como en un conflicto en torno a las regulaciones de trabajo se activa el clivaje entre socios fundadores y nuevos, en el que la producción de agravios por parte de los primeros tiene como resultante su desvinculación, en lo cual juega un rol central la carga simbólica de dicha categoría que maximiza la falta cometida. En el caso del PAT, la autora indaga en un conflicto en torno a la definición y el control de la actividad en la cooperativa en el que emerge la demanda de autonomía de los trabajadores frente al Estado en relación con la realización del trabajo en el barrio y el mantenimiento del modulo frente a su suspensión. Observa también una disputa entre miembros de la cooperativa sobre las actividades a realizar y la distribución de los recursos en la que se oponen las distintas valoraciones de quienes privilegian el consumo para la subsistencia frente a los que sostienen la relevancia de la construcción territorial de la organización.
En relación con el análisis comparativo Kasparian arriba a conclusiones sumamente sugerentes sobre el conflicto en estas formas asociativas. Nos muestra que en las mismas el ámbito de producción se democratiza configurándose “patrones horizontales y flexibles de relacionamiento”[11] que estimulan la participación y la manifestación de los pareceres de los trabajadores y trabajadoras que se asocian, a la vez que la función de dirección se politiza y se encuentra sujeta a discusión.[12] En consecuencia, estas formas propician la emergencia de discrepancias y disconformidades que no tienden a aparecer en las empresas capitalistas al no encontrar terreno para su expresión. Asimismo, se configuran agrupamientos más diversos y con mayor variabilidad que los correspondientes a la oposición entre capital y trabajo.[13]
En suma, el libro de Kasparian nos trae múltiples aportes. En el terreno conceptual y académico la autora contribuye significativamente a las teorías del conflicto en general y los estudios sobre lo laboral y el trabajo en particular, proporcionando categorías analíticas para aprehender la conflictividad en formas cooperativas y autogestivas. A su vez, resulta una obra imprescindible para entender las luchas sociales y las formas organizativas del heterogéneo mundo de los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país, así como también para pensar las políticas sociales atendiendo a las dinámicas relacionales, las necesidades y prioridades de quienes se conforman en su objeto. Por último, pero en lo absoluto por eso menor, se trata de un estudio comprometido que busca generar conocimiento riguroso con miras a un horizonte de construcción de alternativas igualitarias y democráticas. Interesa destacar además la escritura precisa y la presentación clara y sistemática de los datos que invita a acercarse a aquellos versados en la temática y a quienes quieran introducirse en la misma. Nos sumamos desde esta reseña a la invitación y proponemos adentrarnos junto a la autora en la reflexión y la formulación de preguntas constructivas sobre el universo del trabajo asociativo y autogestionado.
Bibliografía
Rebón, Julián, Kasparian, Denise y Hernández, Candela (2015). “La economía moral del trabajo. La legitimidad social de las empresas recuperadas”. Trabajo y Sociedad, Nº 25, 173-194.
Salgado, Rodrigo (2012). Los límites de la igualdad. Cambio y reproducción social en el proceso de recuperación de empresas por sus trabajadores. (Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales no publicada). Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
Wright, Erik Olin (2000). “Workers power, capitalist interests and class compromise”. American Journal of Sociology, Vol. 105, N° 4, 957-1002.
Wright, E.O. (2006). “Compass points. Towards a socialist alternative”. New Left Review, N° 41, 93-124.
Wright, Erik Olin (2010). Preguntas a la desigualdad. Ensayos sobre análisis de clase, socialismo y marxismo. Bogotá: Universidad del Rosario.
Wright, Erik Olin (2012). “Transforming Capitalism through Real Utopias”. American Sociological Review, XX(X), 1-25.
Wright, Erik Olin (2015). Construyendo utopías reales. Buenos Aires: Akal.
[1] Disponible en https://www.teseopress.com/luchasinpatron
[2] Licenciada en sociología (UBA), becaria de investigación en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (FSOC-UBA) e integrante del Área de Estudios Sociológicos del Centro Cultural de la Cooperación. Correo electrónico: agustinasunico@gmail.com
[3] Kasparian (2020:16).
[4] Ídem.
[5] Wright (2000, 2006, 2010, 2015).
[6] Kasparian (2020: 34).
[7] Rebón, Kasparian y Hernandez (2015).
[8] Kasparian (2020: 98).
[9] Salgado (2012).
[10] Kasparian (2020: 393).
[11] Kasparian (2020: 418).
[12] Ídem, 412.
[13] Ídem, 470.