Impulsar el asociativismo para potenciar los territorios. La Red de Municipios Cooperativos como herramienta de desarrollo local sostenible.
Patricio Suárez Area[1] y Gabriela Buffa[2]
Resumen
Este artículo reflexiona, a partir de la experiencia de la Red de Municipios Cooperativos impulsada por Cooperar, sobre el potencial del asociativismo y el trabajo en conjunto con los gobiernos locales para afrontar las demandas sociales preexistentes en cada región y las que emerjan en la pos-pandemia.
Palabras clave: integración, municipios, redes, Estado, cooperativismo.
Economía solidaria y desarrollo local, un vínculo histórico
Los orígenes de las cooperativas y de las mutuales están esencialmente ligados al territorio donde se desarrollan. Desde finales del siglo XIX hasta hoy, son los vecinos y las vecinas de cada pueblo o ciudad quienes, autoconvocados, eligen asociarse entre sí para resolver alguna necesidad vinculada a su vida cotidiana.
Así nacieron las organizaciones de la economía solidaria en todo el territorio nacional para prestar servicios públicos esenciales, para producir bienes y brindar servicios de los más variados.
Hoy, este tipo de entidades está presente en prácticamente cada uno de los 2400 municipios que hay en la Argentina.
Junto con los propios gobiernos municipales, se trata posiblemente de uno de los entramados económicos más federales, capaz de generar empleo y agregar valor a escala local, de ser motor principal de las economías regionales y de promover la participación ciudadana en las instancias de mayor proximidad.
Según datos del INAES[3], ocho de cada diez cooperativas y mutuales están arraigadas fuera de los grandes centros urbanos (AMBA, Rosario y Córdoba), en donde se encuentran más de 18.500.000 personas asociadas, quienes consumen, producen, ahorran y habitan bajo los principios cooperativos y mutuales.
Los gobiernos municipales son aliados naturales de las cooperativas. Ambos comparten más que un territorio. Son instituciones que expresan la voluntad popular, canalizan demandas ciudadanas y son capaces de movilizar en mayor o menor medida distintos recursos locales para poner en marcha proyectos que mejoren la calidad de vida de la comunidad.
Al mismo tiempo, al ser ambas instancias de participación democrática de la ciudadanía, son permeables a las tensiones, disputas e incluso rupturas que los distintos grupos sociales pueden protagonizar en un territorio.
Ambos tipos de organización tienen elementos semejantes en su composición política -sus autoridades y otras instancias electorales se basan en el sufragio universal bajo el principio una persona=un voto, tienen mecanismos de control interno de la gestión y, en última instancia, prima la voluntad popular en la toma de decisiones-; en su proyección económica -barajan presupuestos que son de público conocimiento y deben rendir cuentas de forma transparente al menos una vez al año y gestionan recursos que son aportados por los ciudadanos y ciudadanas con la expectativa de reinversión local-; y en su sentido de la acción social -buscan mantener la cohesión de sus representados para llevar adelante sus principales líneas estratégicas y deben revalidar cotidianamente la aprobación de sus gestiones, en un cara a cara entre quienes gestionan y quienes forman parte de la base social, aspecto que no se da en otro tipo de empresas ni en estructuras estatales, provinciales o nacionales-.
No solamente las cooperativas que brindan energía, agua o telecomunicaciones pueden ser aliadas estratégicas de los Estados Municipales. Las que construyen viviendas, las que generan trabajo asociado, las que producen en el ámbito rural, las que lo hacen en las zonas urbanas, las que posibilitan el ahorro y el crédito o las que se dedican a promover la cooperación y la ayuda mutua en el sistema educativo, son todas ellas herramientas clave para el desarrollo local.
Una crisis y una oportunidad para repensar el desarrollo desde lo local
En un escenario local, regional y global de gran incertidumbre, en el cual todos los territorios están siendo atravesados por la inédita pandemia del Covid-19 que trajo consigo una profunda crisis sanitaria, económica y social, nos preguntamos: ¿qué aportes puede hacer el movimiento cooperativo para el fortalecimiento del entramado territorial, de los vínculos entre los actores de cada comunidad?; ¿qué tipo de respuestas creativas existen en los territorios frente a las imposiciones del proceso globalizador?; ¿qué preguntas son relevantes hoy, en este contexto donde se pone en juego las vidas de las personas?
"Nuestra prioridad como actores de la economía social y solidaria debe ser sentarnos con los gobiernos locales y con las organizaciones de la sociedad civil local y decirles que esta pandemia nos está enseñando que la competencia no nos cuida y que un Estado paternalista no alcanza. Y que nosotros tenemos una propuesta: construir redes locales bajo los criterios de la cooperación”, expresó Ariel Guarco, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, en una actividad reciente previa al Foro Global de la Economía Social.[4]
Hoy la pandemia pone de manifiesto varios temas. Por un lado que el capitalismo concentra la riqueza, desintegra y margina condenando la vida de millones de personas a la precariedad; que el mercado por sí solo no resuelve nada; por otro lado evidencia cuán necesario y fundamental es contar con un Estado activo en el cuidado de la salud, que fije prioridades, que resuelva las problemáticas centrales de la población, que articule las políticas públicas para garantizar los derechos de todas las personas.
Es difícil saber con exactitud cuál será el impacto de la pandemia, pero se estima que estamos frente a una recesión mundial sin precedentes. Más allá de las medidas económicas tomadas para que la actividad económica caiga lo menos posible, más allá de las políticas fiscales, de la asistencia a la población, entre otras acciones, ya podemos observar algunas de sus consecuencias en nuestro país y en distintos países del mundo: cierre de empresas, desempleo, caída del PBI.
En este contexto, hay diversas voces que manifiestan que se hace necesaria la construcción de un consenso general; poder pensar en nuevos pactos de convivencia, en construir nuevas relaciones entre las partes que integran una comunidad; también hay voces que expresan que estamos frente a una crisis de sostenibilidad de la vida, que la pandemia profundiza, pero que viene de antes. Al mismo tiempo, estamos en un momento donde surgen reflexiones y propuestas y donde podemos preguntarnos si esta crisis puede ser una oportunidad para generar transformaciones y mejorar la calidad de vida de la población.
Algunas propuestas giran en torno a facilitar mesas de diálogo permanente en los territorios, a crear y fortalecer las cadenas de valor locales. En este sentido, ¿qué diferencia a las comunidades que cuentan con proyectos con “arraigo social” y territorial de aquellas que no los tienen?, ¿alcanzan los mecanismos de participación en las decisiones de la comunidad o debemos profundizar la democracia participativa?, ¿contamos con herramientas para trabajar sobre los conflictos inherentes a la convivencia, al gobierno de las organizaciones?
Estas preguntas pueden ser disparadores para pensar en la consolidación de modelos económicos alternativos a la hegemonía neoliberal y que recuperen perspectivas de desarrollo endógeno y local a la luz de procesos sociopolíticos posneoliberales. Pensamos, de acuerdo con Manzanal (2004) que es en el ámbito local donde “la población puede accionar políticamente en forma progresiva para cambiar su propia realidad”.
Pensar el desarrollo desde lo local de forma sostenible implica actualizar los debates acerca del propio concepto de desarrollo y vincularlo con nociones introducidas desde la sociología y la antropología económica en las últimas décadas, como la de “el buen vivir”.[5]
En la práctica, se trata de observar en los territorios aquellas experiencias “más democráticas de gestión pública, participación y capital social, esfuerzos asociativos, relaciones económicas cooperativas y redes productivas que instauran la idea de que los procesos de cambio se construyen de abajo-arriba, a partir de las capacidades organizativas y solidarias de los agentes locales”.[6]
Vale la pena recuperar en este sentido, algunas definiciones históricas de desarrollo, como la elaborada por la Fundación Dag Hammarskjöld en el año 1975: “El desarrollo es un todo; es un proceso cultural integral cargado de valores; engloba el medio ambiente natural, las relaciones sociales, la educación, la producción, el consumo, el bienestar. La diversidad de las vías del desarrollo responde a la especificidad de las situaciones culturales o naturales; no hay una fórmula universal”.
En lo que nos interesa sobre todo en nuestro abordaje, rescatamos de la definición del párrafo anterior: “El desarrollo es endógeno; surge solamente del fuero interno de cada sociedad, definiendo soberanamente su visión o su proyecto, contando en primer lugar sobre sus propias fuerzas, sacando racionalmente provecho de sus propios recursos y cooperando con las sociedades que comparten sus problemas y sus aspiraciones”.[7]
Desde esta mirada, la función de las cooperativas y otras entidades de la economía social, solidaria y popular es configurar junto con otros actores de la economía local un entramado institucional y territorial sustentado en relaciones de interdependencia y no de independencia -como ocurre en el mercado- o de dependencia -como sucede en organizaciones jerarquizadas.[8] Se trata de la puesta en juego en proximidad de su propio capital social, como malla de contención a tendencias estructurales dominantes y ponderando a lo local como un modo de desarrollo autónomo, no solamente como la aplicación delimitada geográficamente de un modo de desarrollo.[9]
Una experiencia en Red. Cuatro casos de integración en los territorios.
Nos propusimos comenzar a indagar sobre algunas de estas experiencias de articulación en los territorios, con la intención de ir conociendo a través de la voz de sus protagonistas en qué proyectos están trabajando, cuáles son las iniciativas compartidas y qué aspectos destacan como beneficios o logros de esta integración. A continuación compartiremos cuatro casos que tienen lugar en el país en el marco de un proyecto promovido por Cooperar, la Confederación Cooperativa de la República Argentina: la Red de Municipios Cooperativos (RMC).
Cabe mencionar que este año y en esta misma línea, el INAES ha presentado una iniciativa denominada Mesas del Asociativismo y la Economía Social, “se trata de espacios de integración local donde las cooperativas y mutuales pueden acercarse a otros espacios de la sociedad civil, como clubes, asociaciones sin fin de lucro, sindicatos y organizaciones sociales, para encontrar soluciones colectivas a los problemas de sus comunidades.”[10] Este proyecto está inspirado, entre otros antecedentes, en la RMC y entre sus propósitos, se encuentran: “Devolver al pueblo la capacidad de tomar decisiones y ejecutar iniciativas que inciden sobre su vida” y “contribuir a que todos los ciudadanos y ciudadanas de la República Argentina, accedan a una alimentación apropiada, cubran sus necesidades en materia de salud, vivienda, educación y trabajo.”[11]
La trayectoria conjunta de gobiernos municipales y cooperativas cuenta con un recorrido histórico considerable, contiene múltiples experiencias, no está exenta de avances y retrocesos, de aprendizajes y potencialidades en un escenario como el actual donde -pandemia mediante- la internacionalización de los procesos económicos está en crisis y la escala local puede ser revalorizada.
Lo que resulta más novedoso es la institucionalización, a nivel federal, de una Red que busca integrar a estas trayectorias y propone una serie de compromisos para fortalecerlas.
La Red de Municipios Cooperativos fue impulsada por la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) en octubre de 2016, con el apoyo de gobiernos y entidades de 15 localidades.[12] Hoy cuenta con más del doble de municipios integrados y se consolidó como referencia para proyectar el desarrollo local en el ámbito de la economía social.
Ricardo López, Secretario de Cooperar, cuenta que la RMC “surgió a partir de cuatro premisas básicas: el compromiso de desarrollo local cooperativo; el compromiso con la educación cooperativa, fundamental en un época donde es importante recuperar valores y principios de solidaridad, sobre todo en la población infantil; el compromiso de compre local y el compromiso cooperativo por el ambiente y la salud.”[13]
La democracia[14] y el arraigo territorial son dos elementos en los que hizo énfasis Cooperar para darle forma a la Red: “Ninguna de las dos instituciones puede desligarse de su territorio, ello iría en contra de su naturaleza. Sus intereses están donde viven sus mandantes, y su futuro está indefectiblemente unido al de su territorio”.[15]
Para apuntalar esta iniciativa, la Confederación Cooperativa definió una serie de premisas: valores cooperativos[16], democracia, economía en manos de la comunidad y autonomía; y cuatro compromisos: desarrollo local cooperativo, educación cooperativa, compre cooperativo y local y compromiso cooperativo con la salud y el medio ambiente.
La gobernanza de la Red recae en la propia Confederación, que promueve herramientas para el desarrollo local (entre ellas, capacitación y difusión a nivel nacional) e integra a las experiencias dispersas en todo el país; sus federaciones asociadas, que agregan especificidad sectorial o regional al trasladar aquellas propuestas nacionales a sus cooperativas; las propias cooperativas, que despliegan en los territorios esas herramientas y comparten su propia experiencia con las instancias de grado superior; y los gobiernos locales, que elaboran y llevan adelante con estas últimas un plan de trabajo para plasmar los cuatro compromisos de la Red en el territorio.
De acuerdo con la propuesta de la RMC, son múltiples las acciones que pueden emprender en forma conjunta, en distintas áreas, cooperativas y gobiernos municipales:
XXX Compromiso desarrollo local cooperativo
Reflexionando sobre la situación actual, Ricardo López destaca:
A partir de la emergencia sanitaria surge la necesidad de fortalecer redes cooperativas entre los distintos actores locales. Hoy los temas que se están planteando son: cuidados personales, cuidados ambientales, abastecimiento de alimentos e insumos críticos y trabajo decente en condiciones de seguridad sanitaria. También se está planteando el trabajo tecnológico a partir de la creación de redes de tecnología y comunicación que facilitan el accionar y las vinculaciones entre el sector cooperativo y el Municipio. El sector de cuidados personales es muy importante y abarca en primer lugar el cuidado de las personas mayores que hoy en día están en situación de vulnerabilidad importante y también las personas que tienen algún grado de discapacidad y esto está abierto a nuevas ideas como han surgido distintas experiencias en el mundo. Con respecto al cuidado ambiental, se está planteando el desarrollo de cooperativas de cuidados ambientales y esto puede ser algo muy importante en conjunto con el Municipio. También se está planteando el desarrollo de cooperativas de información y comunicaciones. Ya existe una Federación integrada por cooperativas de trabajo de tecnología, innovación y conocimiento.
La Red Intermunicipal de abastecimiento es otro punto que intenta fortalecer las cadenas locales de abastecimiento a los efectos de promover el desarrollo local, mejorar la seguridad alimentaria y promover organizaciones de la economía social, incluyendo cooperativas.
Por último, también se están planteando el cumplimiento por parte de la RMC de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas que son relevantes a nivel internacional. En síntesis, el origen de la Red de Municipios Cooperativos hoy se está aggiornando a nuevas necesidades que surgen producto de la experiencia y la necesidad de la situación del país. [17]
De todos los municipios que firmaron el convenio y hoy integran la Red, tomamos cuatro, ubicados en distintas provincias: Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba; con participación de distintos tipos de cooperativas, gobiernos de distinto signo político, diferentes marcos normativos y distintas federaciones que acompañan esos procesos.
ADOLFO ALSINA (Buenos Aires)
El convenio se firmó en la Casa de la Cultura de Carhué, el 10 de julio de 2018. Lo suscribieron 15 entidades de la economía social del distrito, el intendente David Hirtz, el vicepresidente de FEDECOBA, Ángel Echarren, y el presidente de la ACI, COOPERAR Y FEDECOBA, Ariel Guarco.
La base de este convenio ya venía siendo trabajada por el Consejo de Administración de la Cooperativa de Servicios local (Clerysa), que desde la ciudad de Carhué gestiona Obras Civiles, Electricidad Rural, Servicios Sociales, Agua Corriente y Educación a Distancia, entre otros.
“Desde hace un tiempo, es una política del Consejo vincularse con otras entidades de la economía social a nivel distrital"[18], contó Sebastián Murray, gerente de la Cooperativa.
Esta política de integración tomó forma institucional en 2016 con la conformación de una asociación civil de Entidades de la Economía Social de Adolfo Alsina (ACUESAA). Actualmente, se sientan a la Mesa del Asociativismo y la Economía Social de Adolfo Alsina más de 20 cooperativas, mutuales, clubes, instituciones educativas, ONG, municipalidad, FEDECOBA y COOPERAR. A través de metodologías participativas, realizan una planificación institucional y estratégica y definieron de forma colectiva y por consenso aspectos, misión, visión y objetivos, junto con los lineamientos estratégicos para el desarrollo local sostenible.
Para llevar adelante la planificación, crearon cuatro subcomisiones de trabajo: Acompañamientos Asociativos, Medio Ambiente, Educación y Turismo y Viviendas Colaborativas. “La integración del distrito consistió en una puesta muy firme del Consejo de Administración de la CLERYSA, que fue el motorizador del proyecto, motivados por la propuesta de Desarrollo Local Sustentable impulsado por un convenio de capacitación y formación dirigencial firmado entre FEDECOBA y el Centro de Estudios de la Economía Social de la UNTREF.”
En adelante, la Mesa del Asociativismo y la Economía Social de Adolfo Alsina busca su consolidación, esto es, su crecimiento en número de organizaciones a través de procesos de incubación y, finalmente, el apuntalamiento de la orientación de su trabajo articulado hacia el Desarrollo Local Sostenible.
Esto implica distintos lineamientos de acción:
- Diagnóstico territorial participativo: generación de información novedosa sobre problemáticas y las necesidades de DLS en Adolfo Alsina.
- Capacitación a los actores de la Mesa: fortalecimiento de capacidades de los actores de la Mesa sobre las temáticas vinculadas al proyecto para lograr un mayor aporte al DLS.
- Planificación estratégica para el DLS en el partido de Adolfo Alsina: desde la Mesa del Asociativismo y la Economía Social.
- Participación en los procesos de diagnóstico sobre DLS: convocatoria a la comunidad de Adolfo Alsina para la participación.
- Presentación de resultados de los procesos: información y sensibilización a la comunidad sobre el estado de situación y las perspectivas del DLS en el partido.
- Incubación de nuevos proyectos de la ES: capacitación, asesoramiento y acompañamiento a actores de la comunidad interesados para la constitución de nuevas unidades productivas autogestionadas que se integren a la Mesa.
En el contexto de pandemia, se abrió un nuevo espacio complementario a las actividades de concientización, control y acompañamiento del Municipio, llamado Generando Conciencia. A través de una encuesta telefónica cálida y de confianza que personas de este grupo hacen a vecinos y vecinas adultos/as mayores o personas que se encuentran solas, se ofrece un acompañamiento solidario, se realizan consultas sobre necesidades, concientizando y pidiendo opinión. Ya se han hecho 123 llamados y continúan en esta actividad.
Por otra parte, las nuevas tecnologías aceleraron el proceso de integración de las cooperativas escolares, que comparten un espacio donde docentes comprometidas/os con el cooperativismo junto a las y los estudiantes conformados en cooperativas proponen campañas solidarias, elaboran videos de concientización, de agradecimiento a voluntarios entre otras actividades.
También se han sumado a la Mesa Solidaria y otra de la Producción y Trabajo que impulsa el Municipio.
Por parte del gobierno municipal, se ha tenido en cuenta a las cooperativas para obras de cordón cuneta, alumbrado, luminarias, ampliaciones redes de gas, agua y cloacas, entre otras.
ALMAFUERTE (Córdoba)
El Municipio de Almafuerte, en Córdoba, forma parte de la Red desde noviembre de 2017. Las organizaciones participantes son: el Banco Credicoop Coop. Ltda.; la Cooperativa de Servicios Públicos de Almafuerte, Ucoopgas, la Sociedad Cooperativa Agropecuaria de Almafuerte Ltda. y la Municipalidad de Almafuerte. Este año se incorporaron tres instituciones nuevas, el Centro de Comercio, Turismo, Industria y Servicios De Almafuerte, la Biblioteca Popular (Club Atlético Juventud Unida) y CAJU (Club Atlético Juventud Unida).
“El objetivo de nuestra gestión es profundizar estos vínculos mucho más para así avanzar a más actividades, proyectos y obras en conjunto con una visión estratégica sobre el desarrollo de nuestra ciudad”[19] destaca la arquitecta Virginia Barberis, coordinadora de Áreas y Proyectos de la Ciudad de Almafuerte.
Maricel Veglia, gerente de la Filial Almafuerte del Banco Credicoop, comenta: “Firmamos el convenio, con la articulación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), el Municipio y las cooperativas de Almafuerte, con la firma del Acta compromiso nos proponemos revalorizar los principios y valores cooperativos, trabajar y hacer actividades en conjunto.”[20]
Generalmente se reúnen en febrero para programar las actividades del año. Tienen un grupo de whatsapp para comunicarse y la modalidad de reunión en estos tiempos pasó a ser el encuentro virtual. “Integrados se pueden lograr mejores cosas, con la vocación del asociativismo”, cuenta Maricel Veglia. En las primeras reuniones acordaron que el punto inicial era la educación cooperativa, en las aulas.
La contadora Marcela Santa, de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria de Almafuerte, destaca que la firma del convenio fue muy productiva porque les permitió generar proyectos en conjunto, cuando en otras oportunidades las actividades se pensaban y se llevaban adelante de manera independiente, y a veces o no se llegaban a concretar o se duplicaban las actividades.
Agrega Marcela Santa, “Todos conocemos las problemáticas, posibilidades y demás de nuestra ciudad pero una sola institución no podía llevarla a cabo, de esta manera repartimos el trabajo y cada uno aporta desde el lugar que ocupa.”[21]
Entre las actividades conjuntas que realizan anualmente se encuentran el Día Internacional de la Mujer en marzo y el Encuentro de Dibujos Cooperativos, que se realiza para la celebración del Día Internacional de las Cooperativas. Hasta ahora se celebraron dos encuentros de dibujo y este año todavía está pendiente dada la situación de pandemia y el aislamiento social preventivo. Al respecto Marcela Santa comenta que “no es una competencia, es un encuentro, todos se van a llevar un reconocimiento. Los dibujos se van a exponer en el Banco Credicoop y posiblemente después los pasamos por las demás organizaciones de la Red.”[22]
Las y los organizadores/as destacan que se trata de encuentros y no de concursos, en consonancia con la idea de poner en valor la cooperación por sobre la competencia. Para ello, les proponen a las escuelas que enseñen los valores cooperativos y que luego las y los niñas y niños plasmen estos conceptos en los dibujos.
Santa cuenta que una de las particularidades de este encuentro, en el que participan las autoridades escolares y representantes de las entidades cooperativas de la Ciudad: “De cada una de las instituciones hay un jurado. La modalidad propuesta hasta ahora es que los niños y niñas de quinto grado de siete escuelas, cinco urbanas y dos rurales (200 niños/as) forman grupos para dibujar y representar los valores cooperativos y cuando se reúnen, explican lo que dibujaron.”
Como no se trata de un concurso, todas las escuelas reciben un reconocimiento, pueden ser libros de cooperativismo, cuentos para las Bibliotecas o juegos (como el Coopolis). “A la escuela anfitriona le entregamos la pintura para hacer un mural. Donde se plasma el dibujo que denominamos “más representativo” seleccionado por el jurado. Como vamos rotando de escuela, todas tienen la oportunidad de pintar un mural” agrega Marcela Santa.
Entre los planes futuros quieren participar de las reuniones con otros Municipios Cooperativos para promover el compre cooperativo. En Almafuerte todavía no hay cooperativas de trabajo, pero no descartan promover su organización. Saben que hay mucho por hacer y eso les genera entusiasmo.
Este año, seguramente tendrán que modificar la modalidad de los encuentros; una opción es que en vez de hacer grupo entre compañeros/as de grado, los dibujos los realicen en familia (representando a la escuela) y lleven los dibujos a las instituciones. El tercer encuentro ya está en marcha.
Como mensaje final Maricel Veglia comparte: “Recomiendo que más Municipios se sumen a la Red; la conformación del Municipio Cooperativo es el compromiso de las instituciones de trabajar en conjunto y hace al fortalecimiento de las instituciones a la localidad. Queremos transmitir la idea que asociarse hace que podamos lograr más cosas juntos, mejora el diálogo, la participación y el compromiso hacia la localidad.”
FUENTES (Santa Fe)
La localidad de Fuentes se sumó a la Red de Municipios Cooperativos en diciembre del año 2018. La firma se llevó a cabo en la sede social de la Cooperativa de Consumo Popular de Electricidad y Servicios Anexos de Fuentes COPROSEF.
Esta cooperativa se creó con el principal objetivo de que el pueblo no se quedara sin energía. Hoy, 52 años después de aquella gesta, brinda los servicios de energía eléctrica urbana y rural: alumbrado público, telefonía fija y móvil, internet por fibra óptica, televisión por cable (con señal cooperativa incluida), agua potable por red, agua tratada por ósmosis inversa, desagües cloacales, servicio solidario de sepelio y de nichos, fábrica de postes y tubos de hormigón y cuenta con un área específica de educación cooperativa.
El conjunto de estas obras y servicios da cuenta de la permanente articulación que existe en la localidad. “Una de las características principales que se repite a lo largo de estas cinco décadas, es el trabajo conjunto entre esta entidad y el Municipio, lo cual creemos constituye, entre otros factores, la clave del éxito del desarrollo de la comunidad. Este hecho es significativo y distintivo de nuestro pueblo, a tal punto que nunca se vio afectado por el cambio de administraciones comunales o de autoridades de la cooperativa”, cuenta su presidente, Federico Ferrero.[23] Y agrega que:
Existe una coordinación y planificación permanente entre la administración comunal y el Consejo de Administración de la cooperativa de manera de sumar esfuerzos (económicos, políticos-institucionales, etc.) para poder concretar las obras que nuestra comunidad necesita, tratando siempre de estar a la vanguardia en la prestación de los servicios. Existe una visión compartida de desarrollo comunitario y por eso trabajamos juntos, incluso sumando a otras instituciones intermedias.
Ferrero también comenta que
Nosotros consideramos que la firma del convenio viene a formalizar y poner en papel una relación que históricamente se dio de hecho. Asimismo, creemos que la firma del acuerdo genera, hacia futuro, un compromiso de tipo institucional, que deberá ser observado y respetado por las siguientes administraciones comunales y consejos de administración de la cooperativa, con independencia de las personas que formen parte de estos órganos.
Con posterioridad a la firma del convenio se comenzaron a explorar algunas otras dimensiones de la relación, como es la dimensión educativa. En este sentido, Ferrero menciona la constitución de un grupo de jóvenes cooperativistas cuyo primer proyecto se centró en el cuidado del ambiente y en el reciclado de envases plásticos, proyecto que se realiza en conjunto con la Comuna. Comenta que “Luego de la firma del convenio el municipio comenzó a apoyar con más fuerza a la Cooperativa Escolar local, apadrinada por COPROSEF, en 2018 se la declaró de Interés Comunal, se hizo partícipe a sus integrantes de eventos sociales y culturales y se los convocó a formar parte del Consejo Social de Fuentes, elevando sus status al del resto de las instituciones.”
Actualmente, se encuentran iniciando un trabajo denominado Relevamiento Social Comunitario, impulsado por la Fundación Colsecor, que implica un trabajo de campo de tres meses que pretende recoger información relativa a precios, actividad industrial, comercial, agropecuaria y de servicios, entre otros índices, que nos permitirá contar con datos actuales y estadística que vendrán a ayudar en la gestión y generar un índice de sostenibilidad local.
Ferrero comenta que el potencial que plantea la integración territorial es enorme y se abre una gran ventana de posibilidades y proyectos en beneficio de la localidad.
No tenemos dudas de que la cooperativa de servicios públicos de un pueblo tiene un rol social fundamental que cumplir y que va mucho más allá de la prestación de los servicios; y que la dirigencia debe orientar también la política institucional haciendo eje en ese compromiso social. Las cooperativas de servicios, desde hace casi un siglo, son motor de desarrollo económico en pequeñas y medianas comunidades, y hoy debemos asumir también que estamos llamados a contribuir, activamente, al desarrollo comunitario general, no solamente económico.
En relación a los desafíos, Ferrero comparte: “Creemos que podríamos coordinar un gran proyecto a largo plazo, que involucre a todas las empresas de la economía social y solidaria de Fuentes –cooperativas y mutuales, entre otros- que, juntamente con el Estado, determine objetivos de desarrollo sostenible basados en el espíritu solidario y de construcción colectiva propio de nuestras entidades.”
Sin dudas que la llegada de la pandemia del COVID-19 generó una revolución en la vida de las instituciones en todo sentido. La primera consecuencia fue el cierre total de las oficinas administrativas y la reducción del trabajo del personal de calle a la atención de las guardias mínimas.
Desde la cooperativa destacan el trabajo realizado diariamente por todo el personal, y la buena predisposición ante esta situación extrema que nos toca afrontar. Han trabajado desde el primer momento en permanente comunicación y a disposición de la Comuna, los Bomberos, la Policía, Samco (a donde donaron un termómetro infrarrojo) y el resto de las instituciones en aquello que fuera necesario.
Como conclusión Ferrero destaca: “Entendemos que el convenio que hemos firmado, no solamente viene a reforzar el trabajo que históricamente se viene realizando sino que también nos permite visibilizar lo que falta por hacer, y en este sentido tenemos el desafío hacia delante para potenciar esta relación Estado-Cooperativa, reafirmando lo bueno y también paulatinamente ir sumando aquello que falta.”
GUALEGUAYCHÚ (Entre Ríos)
Se integró a la Red de Municipios Cooperativos a principios de 2019, pero cuenta su director de Cooperativas, Mauricio Weber, que el cooperativismo siempre “ha sido bandera de la gestión, fortaleciendo al sector e impulsado desde la Dirección a aquellos vecinos que han querido organizarse en cooperativas con proyectos viables”.[24]
Weber integra en sí mismo ambas esferas, la de la gestión pública y la del cooperativismo; es miembro de una cooperativa de educación y actualmente dirige el área dedicada al sector en el gobierno municipal.
Según él, el modelo de gobierno de esta administración entiende que “la economía social es la economía de todos, donde el mercado no está por encima de las personas”.
La gestión municipal impulsa la conformación de cooperativas de distinto tipo. En los últimos dos años, vieron la luz una cooperativa hortícola, una textil, una de producción de desarrollo y una de cuidados domiciliarios, que se suman a una clínica recuperada en 2018 y una prestadora de emergencias médicas, también recuperada.
La obra pública en su mayoría está hecha por cooperativas de la ciudad. En 2017 se puso en pie una fábrica municipal cooperativa (Famuco), resultado de la integración entre el Estado municipal y una cooperativa local que produce premoldeados de hormigón.
En instalaciones propias y con herramientas aportadas por el sector público, esta fábrica produce insumos para utilizar en obra pública.
A través de este dispositivo llegó a haber siete cooperativas haciendo cordón cuneta al mismo tiempo, además de obras edilicias como la Casa de la mujer, el dispensario de lactantes y viviendas.
Weber destaca la intervención del Estado para financiar este tipo de obras y levantar una fábrica propia gestionada de forma cooperativa. “Es una inversión de 380 millones de pesos en cuatro años de gestión, que se volcó en la obra pública y que está identificada por los vecinos. Es una inversión que ha quedado en la ciudad tanto en la compra de materiales como en la mano de obra.”
A nivel general, desde 2015 más del 90% de la obra pública se hizo a través de cooperativas conformadas por vecinos. [M1]
La construcción de viviendas y otras obras importantes y emblemáticas que han producido transformaciones profundas y han recuperado espacios públicos hablan del impacto de las cooperativas en la fisonomía de esta ciudad de la costa del Uruguay.
“Gualeguaychú tiene una larga historia, desde 2013 en adelante hay un gran desarrollo de las cooperativas. Desde el Plan Trabajar, Los Programas Nacionales de Vivienda, se fueron desarrollando barrios y obras emblemáticas. Es la base del desarrollo de cooperativas de trabajo” comenta Weber.
En cuanto al marco normativo, hay una ley provincial de Fomento de la Economía Social,[25] que apoya la contratación de cooperativas. Hay una ordenanza de 2014 que adhiere a esa Ley. A eso se sumó durante la anterior gestión del actual intendente, Martín Piaggio, una ordenanza para impulsar el Programa de Veredas (Promuve) con la particularidad de que al contratar una cooperativa el municipio financia la obra en 18 cuotas. Esto permitió que seis cooperativas hicieran veredas en distintos puntos de la ciudad.
En cuanto al futuro de Gualeguaychú como parte de la Red de Municipios Cooperativos, Weber alienta la oportunidad de aumentar el tráfico comercial intrared: “La posibilidad de comprarle a cooperativas de otras localidades y que esas otras localidades les compren a las cooperativas de Gualeguaychú moviliza y entusiasma mucho. Nos lleva a otra órbita de juego, donde las interrelaciones son claramente positivas. Estas experiencias nos pueden brindar un gran desarrollo, nuevos desafíos y posibilidades”.
Dentro de esta ciudad están proyectando, además, un Polo Cooperativo, que apunta a convertirse en un pequeño parque industrial con unas 10 naves dispuestas para la producción de las empresas cooperativas que se desempeñen en distintas órbitas de la producción: premoldeado, herrería metálica, textiles, horticultura.
El impacto de la pandemia pudo ser amortiguado, según este funcionario, por el trabajo que realizan de la mano de Fecootra. De ese modo pudieron lograr que 18 cooperativas ingresaran al Programa Trabajo Autogestionado.
El “compre cooperativo” había empezado a jugar, antes de la pandemia, un rol muy interesante, en la capacidad de interactuar con estos otros Estados de distintos puntos del país, donde también se están desarrollando experiencias.
“Ser parte de esta Red invita a otras localidades de esta provincia a sumarse entendiendo las potencialidades de las relaciones con otros estados.”
El sentido estratégico de una integración virtuosa
En palabras de Edgardo Form, presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y Vicepresidente 1° de COOPERAR, la constitución de la Red Nacional de Municipios Cooperativos tiene una gran importancia estratégica, por los múltiples objetivos que persigue la articulación virtuosa entre las entidades integrantes.
Para Form, tal como se señala en los fundamentos de esta iniciativa, “tanto los Estados municipales como las empresas cooperativas tienen como finalidad contribuir al desarrollo local, tarea esta de vital importancia, teniendo en cuenta que las comunas o municipios son la base constitutiva de la organización social”.
Form comenta que “las cooperativas organizan y producen bienes y servicios para sus asociados y, por extensión, al conjunto de la comunidad donde actúan. Esta actividad empresarial de carácter solidario permite responder con eficacia a la solución de innumerables necesidades de la sociedad. Y además del objeto social específico, como puede ser la provisión de servicios esenciales como la energía eléctrica, el suministro de gas y agua potable, entre muchas otras prestaciones, la gestión democrática de las cooperativas permite demostrar que hay otra forma de organizar la actividad económica. Esto es, que la motivación no es el lucro, sino la prestación de un servicio.”[26]
Respecto a esta diferencia sustancial que distingue a las empresas que actúan según el criterio de la ayuda mutua y el esfuerzo propio Form agrega que tiene, “además de los resultados concretos, un efecto educativo de suma importancia, sobre todo si la práctica de la cooperación está acompañada por la prédica de sus valores y principios.”
Al hacer referencia a la historia Form destaca:
Hace muchos años, en el Congreso de la Alianza Cooperativa Internacional realizado en 1966, se definió el doble carácter de la entidad cooperativa: por un lado, se trata de una empresa económica gestionada por y para sus asociados. Y al mismo tiempo, es parte integrante de un amplio movimiento social que procura la transformación social. Esta impronta transformadora se potencia en la medida que articule sus acciones con otros actores que actúan y gravitan en el ámbito local, otorgándole más poder a la ciudadanía como destinataria y actora de la construcción de sociedades con más democracia y justicia social. (…) Resulta sumamente positiva y oportuna la propuesta del INAES, orientada a fomentar la constitución de Mesas de la Economía Solidaria, mediante la articulación de las organizaciones sociales que tienen como denominador común la gestión asociativa y solidaria, sin fines de lucro.
Para finalizar Form advierte, sobre la base del camino recorrido desde la puesta en marcha de la Red de Municipios Cooperativos, que este es el sentido estratégico de la propuesta: “la necesaria y oportuna conjunción de esfuerzos, en torno a programas y proyectos compartidos, puede contribuir significativamente a paliar los efectos perniciosos del modelo neoliberal y, más aún, sentar las bases de un nuevo modelo centrado en las personas y no en el interés del capital”.
El desafío de potenciar el desarrollo local sostenible en la era de la globalización
Cooperar es miembro de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), máxima instancia de organización del movimiento cooperativo a nivel mundial. El presidente de ambas entidades es la misma persona: Ariel Guarco, quien encabeza una propuesta global impulsada por el cooperativismo argentino, de integración sectorial y regional, promoción de la juventud y de la equidad de género y, fundamentalmente, de estructuras de representación arraigadas en cada uno de los territorios donde las cooperativas están presentes. En sus palabras:
“Lo grave no es la globalización, sino la falta de empresas que representen los intereses locales. No nos asusta el libre comercio, lo que nos asusta es la falta de empresas que busquen insertarse en el comercio internacional desde el interés de los trabajadores y de las comunidades locales.” [27]
Hoy, el planeta entero está envuelto en una crisis sin precedentes en materia sanitaria, económica y social, a lo cual se suman múltiples tensiones políticas dentro de varios países, entre ellos algunas potencias, y un escenario geopolítico mundial también inestable. Si bien el Covid-19 es una seria amenaza para la salud de la población mundial, también es atribuible el enorme costo en vidas humanas a la incapacidad de respuestas satisfactorias por parte de sistemas de salud demasiado recostados sobre empresas lucrativas.[28]
El Estado-Nación ha sido revalorizado por su capacidad de atender las distintas dimensiones de la emergencia. Y dentro de cada Estado-Nación, quienes mejor parecen haber contenido la pandemia y sus efectos económicos y sociales son los que han podido articular políticas en los diferentes niveles territoriales. En efecto, podemos ver en nuestro país cómo el gobierno nacional busca consensuar con los de los municipios distintas acciones.[29]
En este contexto, Guarco señaló:
A los cooperativistas nos toca el terreno de los hechos, de la actividad empresarial. Allí debemos demostrar que hay otra forma de organizar la economía, que se puede hacer cargo de todas las fragilidades que esta pandemia está mostrando.
Me parece que esto hoy lo tenemos que demostrar liderando el debate sobre la necesidad de reconstruir la economía desde los intereses y desde las necesidades de los territorios, al nivel de los gobiernos locales.
La pandemia ha llevado la preocupación de la humanidad a los territorios. En países con la extensión de Argentina esto es muy evidente. Todos estamos pendientes de cómo neutralizamos la expansión del virus en la Ciudad de Buenos Aires, en determinados barrios del Gran Buenos Aires, en Resistencia, Córdoba y Bariloche. Importan más las redes locales para dar respuesta a la crisis que las preocupaciones por la macroeconomía o el futuro de la globalización.
La batalla es local, de impacto global, desde ya, pero sostenida por las redes locales. Y ese, el de las redes locales, es el espacio de las cooperativas y de las distintas organizaciones de la sociedad civil.[30]
La RMC tiene un claro anclaje en los municipios pero se propone trascender la mera representación de distintas experiencias locales. Entre sus objetivos específicos están la promoción de iniciativas intermunicipales, dentro del territorio nacional, y la contribución al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por Naciones Unidas.[31]
Esta proyección es clave si se quiere pensar, como planteamos al principio, en alternativas sostenibles de desarrollo local, esto es que estén pensadas por y para la propia comunidad, aun en un contexto de fuerte penetración cultural global en el ámbito local.
Las prácticas comunitarias que otrora convergían en la asociación de intereses con formas de autoorganización en el marco del espacio público, hoy han sido moldeadas por cambios científico-tecnológicos alimentados por un patrón individualista propio de la razón neoliberal, que penetró desde el centro a la periferia -desde la megalópolis al pequeño terruño.[32]
En ese sentido, cabe preguntarse qué rol juega hoy el asociativismo en una dinámica socioterritorial cargada de tensiones por la dialéctica globalización-desarrollo local y, particularmente, penetrada por la hegemonía del capital financiero global.
Es posible que con la intensificación de ciertos rasgos característicos de la era de la información,[33] estos tiempos resulten de mayor complejidad para las estructuras que posibilitan la canalización efectiva de las voluntades civiles en la escala local y que, como en el caso de las cooperativas, permiten el acceso democrático a la gestión de muchos elementos de la construcción social de la propia ciudadanía así como de la producción del espacio urbano y rural que la sostiene.[34]
Posiblemente, la subjetividad de las comunidades que motorizó décadas atrás una acción colectiva de carácter asociativo para abastecerse de un insumo tan básico para el desarrollo como la energía eléctrica, hoy esté más vinculada a factores culturales ligados directamente –por las tecnologías de la información y la comunicación- a marcos de referencia propios de la nueva era global.[35]
La Red de Municipios Cooperativos ofrece un cúmulo de experiencias en desarrollo capaces de mostrar resultados concretos de la sinergia entre cooperativas y gobiernos locales, que además de ser integradas en una plataforma nacional pueden ser proyectadas a escala regional y global por la institución que les da cauce, en este caso la Confederación Cooperativa de la República Argentina.
En efecto, la RMC y otras experiencias semejantes[36] bien podrían ser adoptadas por la propia Alianza Cooperativa Internacional para darle un marco global cooperativo al desarrollo local sostenible, en cada uno de los territorios donde las cooperativas están presentes.
Por lo pronto, en nuestro país existe una herramienta consolidada que permite abordar desde una óptica asociativa y sostenible, desde los territorios, las demandas sociales preexistentes y las que emerjan en la pos-pandemia.
La RMC está demostrando ser una propuesta innovadora, integradora y sinérgica para impulsar lo local haciendo partícipes de su propio destino a las comunidades locales y revalorizando las instancias económicas, sociales y políticas más democráticas; las comunidades tienen capacidad para hacer efectiva esa participación.
BIBLIOGRAFÍA
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España. Paidós.
Castells, M. (1996). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Ciudad de
México, México: Siglo XXI.
Fundación Dag Hammarskjöld (1975). “Qué hacer: Otro Desarrollo”. En Development dialogues, número 1/2, Suecia.
Grondona, A. (comp.) (2016). Estilos de Desarrollo y Buen Vivir. Buenos Aires, Argentina. Ediciones Centro Cultural de la Cooperación.
Madoery, O. (2007). Otro Desarrollo. El cambio desde las ciudades y regiones. Buenos
Aires, argentina: UNSAMedita.
Manzanal, M. (2004). “Instituciones, territorio y gestión del desarrollo local rural (teoría y praxis desde la realidad del Norte argentino)” en VIII Seminario Internacional da Rede Ibero-Americana de Investigadores sobre Globalização e Territorio. Río de Janeiro, Brasil.
Ramírez Kuri (2003). Espacio público y reconstrucción de ciudadanía. Flacso
Suárez Area, P. “Cooperativas de servicios públicos. Hacia una perspectiva endógena y local del desarrollo”. Realidad Económica N° 318, año 47. Septiembre 2018.
Vázquez Barquero (2005). Las nuevas fuerzas del desarrollo. Barcelona, España: Antoni
Bosch.
[1] Licenciado y Profesor en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y encargado del área de comunicación de Cooperar, la Confederación Cooperativa de la República Argentina.
[2] Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación de la UBA. Integra el Equipo Pedagógico de Idelcoop y el Comité Editorial de esta Revista.
[4] (GSEF, México, 3 de junio de 2020) Webinars rumbo al GSEF 2021: Desafíos y estrategias de la ESS en tiempos de la crisis del COVID-19 https://www.youtube.com/watch?v=zJE3Me8zTrw
[5] Grondona (2016).
[6] Madoery (2007).
[7] Fundación Dag Hammarskjöld (1975). Qué hacer: Otro Desarrollo. En Development dialogues, número 1/2, Suecia.
[8] Vázquez Barquero (2005).
[9] Madoery (2007).
[13] Entrevista a Ricardo López. Secretario de Cooperar. Junio 2020. Entrevistadora: Gabriela Buffa.
[14] “La democracia es un concepto integral, que abarca las dimensiones política, económica, social y ambiental, y que incluye a la empresa cooperativa como forma de democracia económica.” Documento Orientativo de la RMC, Cooperar. http://www.reddemunicipios.coop/wp-content/uploads/2019/02/Documento-Orientativo-RCM.pdf
[16] Ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
[17] Entrevista a Ricardo López, op. cit.
[18] Entrevista a Sebastián Murray. Junio 2020. Entrevistador: Patricio Suárez Area.
[19] Entrevista a Virginia Barberis, coordinadora de Áreas y Proyectos de la Ciudad de Almafuerte. Junio 2020. Entrevistadora: Gabriela Buffa.
[20] Entrevista a Maricel Veglia, gerenta de la Filial Almafuerte del Banco Credicoop. Junio 2020. Entrevistadora: Gabriela Buffa.
[21] Entrevista a Marcela Santa, de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria de Almafuerte. Junio 2020. Entrevistadora: Gabriela Buffa.
[22] Ídem.
[23] Entrevista a Federico Ferrero. Presidente de la Cooperativa de Consumo Popular de Electricidad y Servicios Anexos de Fuentes COPROSEF. Junio 2020. Entrevistadora: Gabriela Buffa.
[24] Entrevista a Mauricio Weber. Junio 2020. Entrevistador: Patricio Suárez Area.
[25] Ley Nº 10.151 de Régimen de Promoción y Fomento de la Economía Social.
[26] Entrevista a Edgardo Form. Junio 2020. Entrevistadora: Gabriela Buffa.
[27] Ariel Guarco en Expo Coop. Provincia de Santa Fe. Julio 2018.
[28] David Fisman, epidemiólogo de la Universidad de Toronto, dice que el sistema de salud de Canadá ofrece muchas ventajas respecto de un modelo como el de Estados Unidos para enfrentar una pandemia. "Contar con un sistema público de salud representa una ventaja estratégica frente a un modelo de negocios privado que busca la rentabilidad y permite un máximo nivel de coordinación y un óptimo uso de los recursos" En: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/el-coronavirus-pone-prueba-sistemas-salud-publica-nid2343965
[29] “Alberto Fernández habló con los intendentes por videollamada. El jefe de Estado les ratificó el apoyo a las iniciativas para modificar el aislamiento obligatorio”. Página 12, 19 de abril de 2020. En: https://www.pagina12.com.ar/260626-alberto-fernandez-hablo-con-los-intendentes-por-videollamada
[30] Diálogos IUCOOP. Miradas, Estrategias y Escenarios desde el Cooperativismo y Economía Social. 26 de marzo de 2020, modalidad virtual.
[31] Documento Orientativo. Ibíd.
[32] Beck (2000).
[33] Castells (1996).
[34] Ramírez Kuri, (2003).
[35] Suárez Area (2018).
[36] La Federación Andaluza de Empresas Cooperativas de Trabajo está generando alianzas con municipios de toda Andalucía con el objetivo de sensibilizar e impulsar el cooperativismo de trabajo en la economía local.