Revista Idelcoop, nº 220, noviembre 2016. ISSN 0327-1919 / Sección Experiencias y prácticas
Instituto de la Cooperación. Fundación de Educación, Investigación y Asistencia Técnica- IDELCOOP
Cooperativas, trabajo y diversidad
Entrevista a Soledad Gomez y algunos/as integrantes de la cooperativa integrada Estilo Diversa
Romina Gallucci [1] y Ana Laura López[2]
La cooperativa de trabajo Estilo Diversa es una empresa textil creada en el año 2010. Se definen a sí mismas/os como la primera cooperativa integrada en Latinoamérica, cuyo plantel de socixs incluye mujeres y hombres trans, lesbianas, bisexuales y personas heterosexuales. Actualmente son 20, y su taller funciona en el impactante edificio de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (ex Onabe), al lado de la estación del ferrocarril Sarmiento, en el barrio porteño de Once (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Allí, detrás del pequeño cartel que identifica la oficina que comparten con RITTA (Red de Intersexuales, Transgéneros y Transexuales de Argentina), producen las prendas que comercializan y los diseños de alta costura con los que pretenden instalarse en el mercado.
Pese a las dificultades que en el actual contexto económico y político atraviesan –no solo por ser una cooperativa textil, sino también por estar integrada por una población muy vulnerable–, desarrollan estrategias de resistencia tanto en el mercado como en redes de organizaciones sociales.
En busca de la federación
Estilo Diversa impulsa, junto a otras 10 cooperativas conformadas por asociadas/os de la comunidad LGTB, una federación específica que no las nuclee desde lo productivo sino desde la especificidad y problemáticas que atraviesa el colectivo. “Estamos en proceso de formación de esta federación que va a agrupar a las cooperativas de la diversidad, hasta ahora somos cerca de 10 de distintos puntos del país (del norte, de Goya, Corrientes, Mendoza, Gran Buenos Aires, Comodoro Rivadavia)”, destaca Soledad Pilar Gómez, la presidenta de la cooperativa. Y agrega: “La idea es que no sean todas textiles, porque si no encasillamos a la compañera trans solamente en la máquina o en la peluquería; y que tampoco sean solamente de Capital Federal o Gran Buenos Aires, porque si no las decisiones pasan siempre donde atiende Dios o donde tiene las sucursales, como Córdoba y Rosario. Queremos que sea federal porque los contextos son distintos. Es decir, una compañera trans en Comodoro Rivadavia, con los fríos extraordinarios que hacen, tiene una vida absolutamente distinta y necesidades absolutamente distintas que una compañera trans que se para en Palermo. Queremos tener una agenda de lo que las cooperativas de la diversidad van precisando, con las especificidades de este colectivo”.
Respecto a esto, Soledad destaca que dichas especificidades tienen que ver con cuestiones estructurales que afectan a esta población y que deberían ser atendidas de manera específica. “Por ejemplo, en los organismos donde se gestionan cosas, te dicen que no hacen diferencias al momento de atender, pero no se trata de eso, sino de que cuando un grupo precooperativo del colectivo de la diversidad, en especial del colectivo trans, se junta, a veces no tienen terminalidad escolar primaria porque, históricamente, las han expulsado de la casa, de la escuela, de todos los sistemas a los que cualquier persona que no tiene una portación de imagen puede acceder. Y armar un estatuto no es fácil ni siquiera para las/os que venimos del cooperativismo desde jóvenes. Por eso pretendemos que la federación sea una red de contención. Por ahora somos cooperativas textiles, gráficas, una de organización de eventos, teatro, una ajera (de recolección de ajos en Mendoza). Esta última es particular porque la presidenta fomenta la incorporación de chicos y chicas trans. Eso nos parece genial porque no nos olvidemos de que, en este país, la herramienta de laburo más genuina que el colectivo trans tiene es el cooperativismo. Porque no es que el estado o los lugares privados están llenos de chicos y chicas trans empleados/as.
¿Por qué sostienen que el cooperativismo es la herramienta de trabajo más genuina?
A veces da la impresión de que las leyes siempre salen antes de la sensibilización social y esto es un cambio cultural, estructural. La Ley de Matrimonio Igualitario fue caminada, militada, batallada; la Ley de Identidad de Género salió muy rápido, casi no se militó. Por otro lado, ves que en algunos espacios la inclusión está más aceitada, como la parte educativa. Lo cierto es que podés tener muy buena incidencia en educación y en salud pero si no tenés para cargar la Sube[3] y no tenés trabajo, no vas ni a estudiar, ni a hacerte atender en la salud, por esto es que el trabajo es troncal para el colectivo trans. Y tengo que decir que la cantidad de trans trabajando en el estado o en el nivel privado, es tibio, casi frío.
Entonces, el cooperativismo y los proyectos asociativos son la única herramienta. Las chicas se capacitan en cursos, en programas, reciben a través de los ministerios los subsidios, como pasó en la gestión anterior, reciben las máquinas y no les queda otra que juntarse y laburar juntas. Y el formato para lograr eso es el cooperativo, los proyectos asociativos.
Igual, hay deudas, por ejemplo, a nivel administrativo, en uno de los encuentros de hace uno o dos años, hablábamos de que el cooperativismo había logrado una baja en la jubilación. Bueno, a la comunidad trans no le alcanza. Las chicas se mueren entre los 37 y los 42 años. Entonces se vuelve a legislar y tomar las decisiones con la mirada binomial, hombre o mujer.
La historia de Diversa
Los inicios de la cooperativa están muy ligados a la historia personal y de lucha de Soledad y su esposo Kalym (el primer varón trans que recibió de manos de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner su documento por la ley de identidad de género)[4].
¿Cómo fue la génesis de todo este proyecto?
Una de las cosas que nos pasaban y que nos llevaron a amasar esta idea era que cada vez que Kalym se compraba una camisa, después había que refaccionarla. Porque no podemos negar el cuerpo biológico de la mujer o varón trans. Las medidas no son las mismas que circulan en la parte textil. Existen medidas estándar, L, XL, 40, 48, 42, y sucede que por ahí a la chica trans le queda un poco más chica, porque su espalda es más grande, o su altura es distinta; y al varón trans el L o el XL de la actual medida que está en el comercio textil, le queda grande. A partir de eso comenzamos a mirarlo, eran los años 90 y todo el mundo nos decía que estábamos locos, claramente, porque la parte trans no existía, solo existían las travestis en Palermo. En esa época la Organización Mundial de la Salud recién estaba dejando de decir que la homosexualidad era una enfermedad. Recuerdo que por el año 96 fui al Ministerio de Desarrollo Social y me atendió alguien que me dijo: “Señora, las chicas travestis están para putas nomás”.
Mientras teníamos este tipo de respuestas, nosotros/as seguimos con la ilusión y cargando datos en nuestra computadora, soñando con que algún día lograríamos algo. Y ese día llegó, con una gestión distinta, con una mirada distinta de la economía social. Y nosotros/as, en el 2010, nos conformamos como Estilo Diversa, ya con un proyecto armado.
Al comienzo la gente que se iba arrimando no sabía de textil, y yo tenía apenas un cursito en la dirección general de la mujer, que lo había hecho para mí. Kalym es un autodidacta, un idóneo, entonces él estudiaba por su lado. Y así comenzamos con trabajos de líneas rectas: banderas, repasadores, cosas así, que era más fácil, y todo lo que se nos iba ocurriendo que le podíamos poner… los seis colores que identifican a la bandera de la diversidad. Y así fue que en junio del 2011 hicimos el primer desfile en el Hotel Bauen.[5] Fue muy gracioso porque lo hicimos con las máquinas chiquitas de calle. Y hoy que sabemos hacer alta costura, miramos y decimos: “Dios, qué caraduras, cómo pudimos salir con ese desfile”. Pero nos fue re bien, por ejemplo, en los desfiles no presentamos colecciones, presentamos el avance del colectivo. Nuestro desfile es atemporal.
El salto cualitativo y cuantitativo vino a finales del 2013, cuando fuimos staff permanente del Ballet por la Inclusión,[6] que para nosotros fue lo más, porque tuvo un efecto dominó en términos de volumen de trabajo y durante tres años las chicas que trabajaban en la calle dejaron de hacerlo. Lamentablemente hoy no podemos decir eso porque este año el Ministerio decidió no invertir en las cooperativas. Empezamos siendo doce asociados/as, y ahora somos veinte, y pese a no tener más el diseño de las prendas de Danza por la Inclusión, igual sostenemos el mismo staff con uñas y sangre.
Actualmente, ¿en qué se basa la producción de la cooperativa?
Hasta la mitad de este año estuvimos repensando y parados a causa de la crisis, el cambio de gestión y no saber qué programas siguen. Por el momento continuamos como organización administradora y ejecutora de microcréditos. Y en lo productivo hicimos una camada de camperas, una camada de chombas. Y vamos a estar con dos puestos de feria en San Telmo. También tenemos previsto nuestro desfile, además de los pedidos de vestidos de novia, quince, fiestas, etc.
Las prendas que trabajamos son generales, pero hay que tener en cuenta que acá puede venir a vestirse en alta costura y en vestido de novia, una chica trans. Pretendemos especializarnos en alta costura, vamos a hacer ropa de calle pero de pedidos al por mayor. Siempre estamos presentes en la Marcha del Orgullo[7] con algún puesto pero la idea es apuntar al mercado de la alta costura para poder tener esa diferenciación también en el mercado textil cooperativo.
Desde lo organizacional, ¿cómo distribuyen y sostienen el trabajo de las/os 20 asociadas/os?
Se trata de un colectivo de personas que es bastante especial, así que tratamos de adaptarnos con los horarios a las necesidades. La gente que se va sumando llega con el boca a boca, el proyecto, las redes. Acá llegan personas que han sido excluidas de todos lados. Entonces, además de ser un espacio de laburo, es un lugar donde se encuentran con sus pares, charlan de sus cosas, se solucionan cuestiones laborales y muchas otras más. Le buscamos la vuelta a los subsidios de alquiler, la compra de mercadería. Porque, cuando los/as expulsan de su casa, no salen con el bolsillo lleno, quedan a la deriva. Esto es un lugar en el mundo donde se hace una contención grande. Kalym es trabajador social, entonces eso también hace que sea como medio completita la cuestión. Debería haber un Estado presente para todas/os, pero lamentablemente no es así y acá tenemos que cumplir también un rol de asistencia.
Hoy nos pasa, por ejemplo, que las chicas trans, que son las que desfilan, ellas de mañana no pueden venir a la cooperativa porque en estos últimos meses el proyecto no puede garantizar los mismos retiros que años anteriores cuando estaba el ballet y volvieron a las calles para poder completar sus ingresos. Fijate las consecuencias de haber roto esta dinámica de laburo, el efecto dominó que hace. El año pasado, con el retiro, las que no querían, no salían, incluso comenzaban a pensar en la posibilidad de estudiar en la universidad, y muchos de esos proyectos se cayeron.
Lamentablemente el enfoque de este gobierno es todo número y empresarial. El deber del Estado es garantizar las políticas y nosotros/as somos cooperativas y vamos a luchar para garantizar que las políticas públicas se apliquen a nuestro colectivo. Al día de hoy estamos trabajando con microcréditos, estamos gestionando un proyecto con fortalecimiento institucional de la economía social, que eso va a impactar en las cooperativas de la futura federación, y otra línea con el Ministerio de Trabajo que consistirá en la posibilidad de brindar capacitaciones en lo textil al colectivo trans en situación de encierro en el penal de Ezeiza. Este último es un programa que nos llena de orgullo, lo venimos gestionando con el gobierno anterior. Consiste en capacitar 20 chicas en Ezeiza, y también va a haber módulos abiertos a toda la comunidad que se van a dictar en las oficinas de Estilo Diversa. Además de lo técnico respecto a la confección de prendas, también daremos módulos de gestión cooperativa.
Creo que esa es la pata floja que tiene la economía social, en eso hay que ser autocríticos. Hubo desarrollo e inversión en insumos, maquinaria, programas, pero en cuanto a la comercialización, el marketing y cómo competir en el mercado capitalista es un desafío. Yo en lo personal hice muchísimos cursos. A veces tenés un producto de la economía social de muy buena calidad, no tenemos nada que envidiarle a las grandes marcas, pero cuesta visibilizarlo. En nuestro desfile podés ver nuestras terminaciones que no tienen nada que envidiarle a Elsa Serrano (por nombrarte algo), inclusive el precio es otro.
¿Cómo difunden y promocionan su trabajo y productos?
Usamos redes sociales, tenemos la página web, contamos con un espacio de venta en internet y los puestos de San Telmo, teníamos la idea de poner un local a la calle pero paramos la pelota por lo difícil que está la situación. También participamos en otras ferias, en la de la Marcha del Orgullo, la Red de Inmigrantes, entre otras. Pero queremos hacernos fuertes en los pedidos de alta costura.
¿Cómo trabajan el tema de los estereotipos de belleza que impone la moda?
Para nosotros no existen. Incluso lo podés ver en el desfile que hacemos todos los años.
Nosotros te vestimos una chica trans con un cuerpo divino o con un cuerpo ya más grande, o una chica gordita como yo, o muy delgadita, con vestidos de corsé, o sea el cuerpo real. De hecho, antes de largar el desfile, siempre leemos algo que tenga que ver con eso, que no vas a ver la pasarela perfecta sino la diversidad de detalles, como puede ser una chica trans vestida de novia. La idea es decir “acá estamos”. No estamos solamente para un trabajo, estamos para más. La diversidad no es el descarte, ni es, como dice Freire, “nuda vida”, lo que no veo no lo defiendo, no lo pongo en el ruedo. Entonces, esa es la idea de Diversa, que aparte de ser un espacio en el mundo donde los chicos y chicas se sientan contenidos, puedan volar y puedan crear y puedan ser personas.
ASOCIADXS: LAS HISTORIAS DE VIDA
Ezequiel (27)
Es un varón trans que llegó a Estilo Diversa por medio de RITTA. “Kalym es nuestro coordinador general. Y viendo la situación que yo estaba pasando, teniendo un trabajo en blanco que se me estaba por terminar el contrato, directamente iba a quedar en la calle. Porque no es fácil conseguir trabajo y a un chico trans se le complica peor, porque te discriminan directamente viéndote el documento. Entonces, me acuerdo que un día en la casa de Sole y Kalym, estando a solas, me animé a decirles lo que estaba pasando. Kalym y Sole me dijeron: ‘Bueno, ¿te querés sumar a la cooperativa? Te sumamos’. Yo digo ‘¿De verdad? Pero mirá que yo no sé nada de textil. Toda mi vida repartí folletos y, después, correos en el área municipal. No sé nada’, ‘No, pero te enseñamos nosotros. Muchos vinieron sin saber nada y se fueron sabiendo’, ‘Bueno, está bien’. Y me dicen: ‘Pero no vas a ingresar primero para coser ni agarrar la máquina. Yo tengo unas ideas, así que vas a estar ayudándome a mí’. Así que ahí ingresé como mantenimiento, gracias a eso aprendí a poner un estante, a pintar… estuvimos refaccionando todo el taller para que todos trabajemos más cómodamente. Eso pasó ya hace un año. En diciembre del año pasado comenzamos todo. Así que hace un año que estoy”.
Elías
Es un varón trans que conoció Estilo Diversa de casualidad, en un hospital. “Yo llegué hace dos años a Argentina. Me vine de Chile por el tema de mi novia. Ella es de acá. Entonces yo empecé mi tratamiento hormonal allá y acá lo continué por mi cuenta. Un día no podía más con mi cuerpo y fui al hospital. Y ahí me encontré con Ezequiel, de casualidad, porque nos atendía la misma doctora, y ahí me hizo la invitación. Y por un tiempo la pensé, porque soy muy vergonzoso, venir a un espacio donde había mucha gente, pensé que no iba a encajar tampoco acá. Entonces un día le hablé a Kalym por Facebook, hasta que me animé a venir y luego de un tiempo me incorporé a la cooperativa haciendo las cuestiones más básicas, aprendiendo”.
Elina
Es militante universitaria y lesbiana. “Conocí a Kalym en la Universidad de Madres, el Instituto Universitario de Madres de Plaza de Mayo. Él ahí es docente del área intertrans. Yo empecé a colaborar con él porque también milito dentro de la universidad todo lo que es diversidad. Y en diciembre yo quedé sin trabajo. Me echaron. Conseguí otro trabajo, en un boliche los fines de semana pero, la verdad, es muy mal pago. Ya en febrero me quedé sin plata y Kalym vio que estaba muy mal y me dijo de venir a trabajar acá. Yo estoy trabajando desde julio, más o menos. También estoy aprendiendo un montón de cosas. Todavía no sé coser ni nada, pero estamos en todo lo que es esto de hacer la decoración, de poder hacer moldes, cortar, ver las técnicas y demás. Y respecto a lo que es diversidad, estoy aprendiendo muchísimo más, yendo a la comisión organizadora de la marcha, etc. A mí no se me complica tanto como los chicos porque no soy trans, y la verdad que es la primera vez que trabajo con un colectivo trans, de todos los trabajos que tuve, que fueron muchos, nunca trabajé con un chico trans o una chica trans. Y poder estar ahí, vistiéndolas antes de que salgan, riéndome con las chicas y todo, la verdad que fue una experiencia muy gratificante. Además, estar en una universidad que trabaje el tema para mí es hermoso. Yo venía militando mi hacer universitario pero la verdad es que no está muy organizado, no hay material académico sino que lo que existe es material de las mismas organizaciones. O sea, para poder ver cuál fue la primera cooperativa, cuál fue la primera organización, es una pelea interna de organizaciones. Entonces, lo que Kalym pretendía, que me parecía muy copado, era poder generar un material académico, más que nada con lo que es trans, porque no hay. Tenemos una materia en esta universidad, porque es una universidad diferente, pero no hay material académico sobre el tema. Entonces estaba bueno poder generarlo, y estamos en eso. En el área estamos generando material académico para poder tener en todas las materias una mirada sobre el tema”.
Romina
Llegó a la cooperativa por intermedio de una familiar. “Yo paré acá por mi tía, que trabajaba en la cooperativa. Después Sole me invitó a participar y me gusta cómo son los chicos. Me hallo. Necesitaban una chica para coser y después quedé. Sole me propuso si quería estar en la cooperativa, le dije que sí, y acá estoy. Desde el año pasado”.
[1] Socióloga (UBA). Idelcoop. Correo electrónico: rgallucci@idelcoop.org.ar.
[2] Licenciada en Comunicación Social. Idelcoop. Correo electrónico: analaulopez@gmail.com.
[3] La SUBE es la tarjeta del Sistema Único de Boleto Electrónico que permite a cada usuario, con su respectiva tarjeta inteligente, abonar los viajes en colectivos, subtes, trenes y los peajes en Capital Federal y otras áreas y ciudades del país.
[4] La ley 26.743 establece el derecho a la identidad de género de las personas. Fue sancionada en mayo de 2012. En su artículo primero establece que toda persona tiene derecho: a) al reconocimiento de su identidad de género; b) al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género; c) a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada.
[5] Hotel Bauen es una empresa recuperada referente del movimiento cooperativo, ubicado en la ciudad de Buenos Aires.
[6] Se trataba una iniciativa artística, impulsada por el Ministerio de Desarrollo Social, dirigida por Iñaki Urlezaga, que llevaba presentaciones de ballet a barrios vulnerables y permitió que empresas autogestionadas dedicadas a la costura se capacitaran en prendas de alta moda y expandieran el mercado.
[7] La Marcha del Orgullo LGBTIQ de Buenos Aires se realiza todos los años, el primer sábado de noviembre, y reclama por la igualdad de derechos para las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queers.