Revista Idelcoop nº 244 - Noviembre 2024 - ISSN Electrónico 2451-5418 / Sección Reflexiones y Debates
Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa
Intercooperación y visibilización como marca de época
Entrevista a Graciela Fernández, ex presidenta de Cooperativa de las Américas y vicepresidenta de la Alianza Cooperativa Internacional
Introducción: Pablo Imen[1]
Entrevista: Ana Laura López[2]
Resumen: En la entrevista que ofrecemos a continuación, Graciela Fernández recorre una serie de tópicos de enorme vigencia en este convulsionado tiempo histórico, en el marco de la declaración de la Organización de Naciones Unidas, del 2025 como Año Internacional de las Cooperativas. Los desafíos del cooperativismo como proyecto integral, el vínculo con los Estados y los organismos multilaterales, la necesidad de promover tareas que potencien la intercooperación, son algunas de las ideas que aborda. En relación al trabajo interno, destaca la necesidad de formar y fortalecer a las y los asociados de las cooperativas, así como avanzar en niveles mayores de democracia protagónica y participativa en las entidades. Aporta reflexiones sobre la equidad de género en las organizaciones solidarias, al tiempo que la entrevista trasunta una (pre) ocupación por valorar lo propio, dar la batalla cultural y no resignarse a un contexto plagado de injusticias, pero también de posibilidades solidarias.
Palabras clave: Graciela Fernández, Cooperativa de las Américas, Alianza Cooperativa Internacional.
Introducción
El pasado 14 de agosto de 2024, el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (CCC) fue sede de un panel a propósito del Día Internacional de las Cooperativas. Coordinado por Valeria Mutuberría Lazarini, aportaron sus respectivas perspectivas Juan Carlos Junio – director del CCC y presidente del Instituto Movilizador de Fondo Cooperativos (IMFC)- Héctor Jacket -gerente de Supermercados de la Cooperativa Obrera- y Graciela Fernández -presidenta de Cooperativa de las Américas-.
Luego de la realización de ese panel y de otorgarnos esta entrevista, Graciela presentó su renuncia ante el Consejo de Administración de Cooperativas de las Américas en la reunión 99ª realizada en Washington el 1 de octubre de 2024. En el comunicado oficial destaca que el motivo de su renuncia obedece a cuestiones estrictamente personales.[3]
En la entrevista que ofrecemos a continuación, la -hasta ese momento- presidenta Graciela Fernández[4] recorre una serie de tópicos de enorme vigencia en este convulsionado tiempo histórico.
Cabe destacar el alcance del movimiento cooperativo en Nuestra América: la ACI integra a 97 organizaciones afiliadas, 71.000 cooperativas y 450 millones de personas que son parte de las Cooperativas. Tal amplitud da cuenta de una realidad concreta y de los retos que el cooperativismo debe afrontar y superar.
Los desafíos del cooperativismo como proyecto integral, no sólo económicos o de gestión, están vinculados al abordaje de las relaciones con los ámbitos estatales -como municipios o Estados nacionales- y supraestatales -como la Organización Internacional del Trabajo y las Naciones Unidas-. Por otra parte, se señala en esta entrevista la necesidad de promover tareas que potencien la intercooperación (sexto principio) impulsando el alcance del cooperativismo en un plano práctico y organizativo.[a1]
En relación con el trabajo interno, es preciso atender a la necesidad de formar y fortalecer a las y los asociados de las cooperativas, así como avanzar en niveles mayores de democracia protagónica y participativa en las cooperativas. La entrevistada reflexiona acerca de la equidad de género en las entidades solidarias y resalta la necesidad dar la batalla cultural en estos tiempos de crisis, injusticia y desigualdad profunda, tomando como herramienta los principios de la solidaridad y la cooperación.
A continuación, compartimos conceptos muy fértiles y potentes, en la voz de una referente y una autoridad en el campo del cooperativismo, lo que es decir que tal testimonio debe valorarse por ser ella una experimentada luchadora y constructora cooperativista y porque aporta una visión que proviene de su paso por la gestión oficial en nuestro movimiento Cooperativo. [a1]
En tu última visita a Argentina participaste de un panel en el Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini” bajo el título “La vigencia del modelo solidario”. ¿Por qué es necesario que hoy hagamos un panel con ese nombre? ¿Por qué considerás que es necesario que hablemos de esa vigencia, que la reafirmemos, que la visibilicemos?
Yo creo que, en realidad, hay necesidad de remarcar el concepto de solidaridad. Quienes integraron el panel fueron muy claros en marcar la vigencia de la solidaridad dentro del movimiento cooperativo, dentro las expresiones de la economía social y solidaria. Pero no debemos olvidarnos que no estamos viviendo solos y aislados, sino que conformamos parte de un todo. Y en ese todo de la sociedad y en todo el continente americano hay problemas importantes, marcas que son iguales en todo el continente americano, desde Canadá a La Pampa.
En ese exacerbado individualismo que existe, en la necesidad de que las cosas deben resolverse ya, en la inmediatez, hay poca reflexión, poco diálogo social. Entonces el concepto de solidaridad lo veo marcado en un espectro amplio, tanto en lo que tiene que ver con lo social, en lo que tiene que ver con lo económico y en lo que tiene que ver con lo ambiental. A mí me parece que debe transversalizar todas esas brechas brutales que estamos sufriendo en todo el continente. Me parece que es una buena convocatoria hablar de la solidaridad y más festejando el Día Internacional de las Cooperativas.
No debemos olvidar que nosotros somos un movimiento donde el tema central son las personas, la persona en el centro. Y al tener la persona en el centro, el concepto de solidaridad y ayuda mutua y democracia, debe atravesarnos continuamente. Por lo tanto, nunca está de más repetirlo ni reiterarlo.
Justamente teniendo en cuenta este contexto y esta idea de que no somos una isla, que estamos inmersos con nuestro modelo, con nuestra propuesta, en el mundo con todas sus complejidades, en América nos toca atravesar también distintos procesos. Vemos cómo los proyectos de la derecha avanzan en el plano de lo político llegando a los Estados. ¿Cómo se aborda desde la propuesta cooperativa o desde un organismo como la Alianza Cooperativa Internacional o Cooperativa de las Américas ese diálogo con los Estados en este contexto y con estas diversidades y modelos muchas veces en pugna?
Cooperativa de las Américas en este momento viene marcando fuertemente algunos conceptos que dejamos ver en la reunión del 9 de julio en Naciones Unidas celebrando el pre anuncio del Año Internacional de las Cooperativas 2025.
Nosotros estamos convencidos de que América ha atravesado, como ninguna otra región, una de las peores crisis que han sucedido en la historia. Pero, además, como marca CEPAL,[5] crisis acumuladas. Crisis de salud por el Covid-19, crisis económicas con los temas de inflación y tributarios que atraviesan el continente, crisis ambientales (no debemos olvidar lo sucedido en el sur brasilero, en el propio Canal de Panamá. En el sur brasilero sobró agua, en el Canal de Panamá faltó agua). Estamos atravesando una crisis climática importante, crisis democráticas en el continente. Y todo eso afecta nuestro desarrollo económico, no hay duda, y nuestro desarrollo social, de justicia social.
América queda con grandes dificultades, a pesar de ser el continente en mayor biodiversidad, mayor cantidad de agua, grandes exportadores de alimentación, América se encuentra con problemas importantes. Y nosotros creemos que debemos enfocar algunos puntos para poder avanzar. Primero creemos que hoy, y parece una paradoja, pero hoy el movimiento cooperativo está rodeado de resoluciones y normativas que lo van a ayudar a poder visibilizar e incidir sobre las políticas públicas. Recordemos que los organismos internacionales, Naciones Unidas, no sólo nos reconoce (y no es casualidad, sino que es totalmente justificado) como un instrumento clave del desarrollo económico en territorio, localidades y comunidades. Y otra vez nos pone arriba de la mesa: 2025 Año Internacional de las Cooperativas. Pero nos reconoce OIT,[6] nos reconocen las resoluciones de abril del 2023 de Naciones Unidas diciendo que somos el instrumento para el desarrollo de la economía social y solidaria.
Entonces creo que nosotros debemos aprovechar eso. Debemos aprovechar este momento y esa normativa que va a favor nuestro. Nosotros debemos insistir sobre las políticas de Estado, no políticas de gobiernos de turno, sino políticas de Estado.
Con todo esto, nosotros nos debemos visibilizar y debemos golpear la puerta mostrando lo que somos y mostrar nuestras buenas prácticas. Digo, es increíble en el territorio lo que se ha logrado de integración e intercooperación en el movimiento cooperativo de las Américas. Los argentinos ni hablar, ustedes tienen ejemplos importantísimos en el agro de integración cooperativa que hoy son ejemplos en el continente, como es el tema de la integración sectorial en las cooperativas de ACA. No hay duda que agrupar 137 cooperativas no es una cuestión sencilla. Argentina tiene el ejemplo de la red de las cooperativas de servicios públicos. Eso no se da en cantidad de países de nuestro continente y han sido reconocidas por lo que mostraron durante la pandemia. Las brechas de digitalización y conexión son importantísimas en nuestro continente y han sido un ejemplo.
¿Con esto qué quiero decir? Nosotros debemos insistir, somos resilientes y siempre seguimos para adelante. Nosotros debemos insistir con nuestra incidencia en políticas públicas, demostrándonos y demostrándole a cada país el reconocimiento de los organismos multilaterales, de los organismos de naturaleza intergubernamental e internacionales, lo que han reconocido en el movimiento cooperativo. Eso significa que nos va a servir para incidir en políticas públicas y en muchos los países de América para lograr los cambios en legislación.
Yo creo que es un momento que debemos utilizar, no nos podemos quedar quietos ni amedrentarnos por otro tipo de situaciones. Hemos vivido momentos de este tipo muchas veces en la historia del movimiento cooperativo y, además, somos hijos de la necesidad y hemos sabido mostrar un resultado importantísimo.
No debemos olvidar que en el continente americano somos 450.000.000 de cooperativistas y eso tiene que pesar en nuestro discurso. Tiene que pesar y tiene que incidir y hay que repetirlo y mostrar las buenas prácticas en el territorio y localidad y los buenos ejemplos. No sólo somos instrumento… y yo no lo digo con desmedro cuando la gente nos dice que el cooperativismo solamente está para solucionar problemas sociales y empresas cerradas, etc. Yo reitero: qué orgullo que podamos ser un instrumento para solucionar los problemas en aquellos lugares que el Estado no los puede solucionar. Qué orgullo poder solucionar en aquellos lugares que las sociedades comerciales estrictamente con marcas liberales y capitalistas no lo pudieron hacer, y nosotros con otro concepto de lo que significa la competencia, bajo esa regla de cooperación y democracia, lo hemos podido hacer. Entonces creo que tenemos mucho para continuar avanzando.
¿Cómo analizas a nivel regional el desarrollo de las políticas públicas y el sector?
Primero hay que tener clara una cosa: la realidad de los países en América no es toda igual.
Las políticas públicas en materia de cooperativismo, en muchos de los países, no se dan. Y el cooperativismo tiene una alta relevancia. No podemos generalizar. Cada país tiene una realidad totalmente diferente.
Venimos del Congreso de Colombia, donde el centro de la cuestión estuvo en que nada podemos esperar si no es de nosotros mismos. El compromiso cooperativo de salir desde el movimiento cooperativo. Nosotros no podemos esperar únicamente las cuestiones desde el Estado. Y esa realidad no se da en todo el continente americano.
Algunos países han logrado una incidencia importantísima en las políticas públicas y han logrado gestionar en forma conjunta de los institutos, gestionando en forma conjunta con los institutos el desarrollo y progreso del cooperativismo. Por supuesto, eso es relevante y es muy importante.
Ahora, eso no quiere decir que si nosotros no podemos estar presentes en forma conjunta con el Estado gestionando, desarrollando, etcétera, el cooperativismo deje de existir o no vaya a tener las pautas de desarrollo. Yo no creo que eso sea así. Realmente no lo creo.
Creo que deberá incidir igualmente a través de su actividad social, como lo ha hecho siempre. Es un movimiento social, no ha callado nunca lo que necesita. Continúa trabajando y continúa progresando. Por eso digo que es clave sostener las buenas prácticas, es clave seguir desarrollando nuestra identidad cooperativa, es clave seguir visibilizándonos. Y es clave continuar golpeando las puertas, como lo hemos hecho siempre.
El cambio en legislación, el cambio en políticas públicas en materia cooperativa se ha dado en toda la historia de los países del continente, en algunos más y en otros menos. En algunos hemos tenido gobiernos que nos han escuchado más y en otros que no nos han escuchado nada y algunos que nos han escuchado mucho.
Creo que nosotros debemos seguir incidiendo. Pero además, tenemos que buscar también en otros lados. Hoy las alianzas estratégicas para el movimiento cooperativo pasaron a ser clave. Nosotros tenemos una agenda que es cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ODS),[7] demostrar que hemos cumplido en el territorio como no ha cumplido ninguna otra organización.
Pero no somos el centro de todo. Nosotros debemos mirar que hay organizaciones de la economía social y solidaria de la sociedad civil que han trabajado en territorio y comunidad de forma importante. Busquemos las alianzas necesarias para avanzar, transmitir esos criterios, principios y valores. Posiblemente a algunos no les guste escucharnos, pero eso es lo de menos. Hay que seguir reiterando, hay que seguir trabajando y hay que seguir insistiendo. No podemos bajar los brazos, de eso no hay la menor duda.
Respecto a la intercooperación y las alianzas que mencionas, ¿con qué foto nos encontramos hoy y cómo se plantea trabajar sobre esos objetivos?
Yo creo que hoy nos encontramos con un debe importante en el tema intercooperación. No tengo dudas.
Nosotros tenemos dos puntos claves en este momento que debemos desarrollar, que estamos obligados a desarrollar. Uno de ellos es la integración regional con el fortalecimiento de nuestras organizaciones gremiales. Nosotros necesitamos un fortalecimiento de las organizaciones gremiales en nuestros respectivos países, en nuestros territorios, en nuestras comunidades.
Aquellas organizaciones gremiales de los países de América que están mayor desarrolladas y son más fuertes tienen un compromiso dentro de Cooperativa de las Américas, como región de la Alianza Cooperativa Internacional, como voz gremial, de ayudar, esforzarse y apoyar en aquellos lugares que no tenemos desarrollo gremial. Que tenemos cooperativismo, pero que no tenemos desarrollo gremial, que son cosas diferentes. Eso me parece que es clave.
Y después uno se pregunta, cuando uno dice en todos lados que somos 97 organizaciones afiliadas a Cooperativa de las Américas, 71.000 cooperativas, 450.000.000 de socios ¿por qué no están visibilizados relacionamientos de intercooperación como tendrían que existir? Si nosotros pudiéramos intercooperar las distintas clases cooperativas, y a esto me refiero: cooperativas agrarias unidas a cooperativas de consumo, cooperativas de consumo que logran su distribución dentro sus comunidades, países, o en lo que soñamos con la integración regional, a través de cooperativas de trabajo. Si nosotros lográramos una cadena de valor productiva y financiada mediante el crédito por nuestras organizaciones, todos esos conceptos de los que estábamos hablando de este capitalismo feroz (que es lo que tenemos y lo que existe), creo que estos medios terribles donde nos movemos, variarían.
¿Cómo se promueve ese debate?
Yo creo que lo que se promueve es en todas las organizaciones gremiales insistir sobre el concepto. Cuando se hizo el Consejo Cooperativo de las Américas, en Colonia, marcamos una cuestión importante que es lograr ejemplos de intercooperación. Y estuvo presente quien presidía la Organización Mundial de las Cooperativas de Consumo y tuvo un intercambio con una de las cooperativas de consumo históricas de la Argentina, La Cooperativa Obrera, con la Federación de Consumo de Uruguay. Y hubo actividades concretas, hubo intercooperación entre La Obrera y las cooperativas de consumo de Uruguay. En concreto: determinado producto vendrá de la Argentina hacia Uruguay y la financiación para que eso pudiera darse se dio a través de una cooperativa de ahorro y crédito y también intervino el Instituto Cooperativo. Por lo tanto, ahí hubo una actividad concreta de intercooperación, de políticas públicas convencidas porque dieron acciones concretas.
Nosotros en Asunción, en la Cumbre Cooperativa de las Américas en Asunción, cerramos claramente diciendo que el compromiso cooperativo estaba en nosotros mismos. Que se había acabado la época de los discursos y que teníamos que ir a acciones concretas. Y que las acciones concretas existen en el territorio y nadie las conoce, que es lo que nos preocupa muchísimo.
Existen acciones concretas de cooperativas que han logrado un resultado en comunidad y en territorio excelente y han logrado negocios cooperativos de grandes resultados y han logrado inclusión social. Por ejemplo, Costa Rica ha logrado que una cooperativa pueda incluir socialmente el trabajo de los migrantes, convertirlo en un trabajo digno y decente y no en que el migrante termine trabajando en las pésimas condiciones que todos sabemos que sucede en el continente. Hay mucho de esto y no es mostrado y no es reiterado y no sé qué nos pasa que no visibilizamos las cosas lo suficiente.
Entonces, creo que, en el Año Internacional de las Cooperativas, un punto clave es mostrar todos nuestros ejemplos de intercooperación, subrayar sobre el concepto del negocio cooperativo en integración regional con nuestros códigos de identidad cooperativa, pero la presencia de empresas cooperativas con resultados para nuestros socios cooperativistas. Y eso no lo tenemos que esconder, nuestros socios cooperativistas deben encontrar un lugar donde la gobernanza sea democrática, donde esté la esencia de la ayuda mutua, pero donde, además, haya excedente. Donde los cooperativistas encuentren allí un lugar de trabajo digno y decente y con resultados. Si no, las cuestiones se vuelven complejas…
Otro de los puntos que mencionaste como claves es el de la Identidad, como desafío interno fuerte.
Hoy hay dos puntos, como yo te decía, la intercooperación, como intercooperación entre cooperativas en los países, de acuerdo a nuestro concepto de América, la intercooperación a nivel regional, no hay duda. Pero, además, el tema de la gobernanza dentro de nuestras propias cooperativas. Y para esto hay dos temas claves: uno es capacitar a nuestros socios cooperativistas. Nosotros necesitamos mujeres, jóvenes y liderazgo importante. Sin capacitación y sin educación nosotros no vamos a avanzar tampoco en este tema.
Muchas veces nuestros socios cooperativistas no tienen ni la capacitación ni la educación suficiente para entender cómo se maneja realmente la cooperativa. Queda en manos de un grupo de gestión, de liderazgos, de líderes y no va a las bases cooperativas. Eso nos limita en el desarrollo, eso nos limita en las decisiones, porque si nuestra gobernanza está sobre bases democráticas y decidimos democráticamente nuestros órganos principales (bajo este tema que son las Asambleas), si nuestros socios cooperativistas concurren a las Asambleas sin la suficiente educación y capacitación en la identidad cooperativa, no vamos a tener buenas resoluciones sobre el tema. No saben de qué estamos hablando. Entonces, capacitación y educación son clave. Profesionales educados y capacitados en los temas cooperativos.
Yo creo que la alianza con la Academia, con las Universidades, es otro tema clave. Nosotros debemos tener buena red de investigadores. Debemos tener alianza con las Universidades. Es por eso que hicimos un llamado a través de Cooperativa de las Américas, abierto, a que se presentaran investigaciones y trabajos sobre lo sucedido entre el año 2012, Año Internacional de las Cooperativas, y el 2024. ¿Qué ha pasado con el movimiento cooperativo? Hay un excelente trabajo de investigación que hicimos hace dos años con CEPAL, que habla sobre cómo se han desarrollado las políticas públicas en todo el continente.
El otro trabajo que se hizo es de legislación. Se hicieron entrevistas a todas las organizaciones cooperativas agremiadas del continente. ¿Qué opinaban? ¿Cuál era su legislación cooperativa y cómo se encontraba? Y han habido cambios entre el 2012 y el 2024. Yo creo que son temas que sería bueno traducirlos en investigar, porque yo puedo tener la sensación, porque nos pasaron cosas muy fuertes, entonces podemos tener presente que entre el 2020 y el 2023 pasaron cosas tan fuertes y cómo respondió el cooperativismo.
Pero va realmente de la mano, como tú planteabas con el gobierno de turno y con la política pública reinante, y si no tenemos un gobierno de turno que nos apoye y no podemos incidir en las políticas públicas ¿hay retroceso? Bueno, yo creo que son preguntas para hacérselas. Podemos tener distintas sensaciones, pero lo que necesitamos son respuestas científicas, estadísticas. Necesitamos sumar conocimiento para el desarrollo. Si nosotros no tenemos estadísticas claras no nos visibilizan. Ese es otro punto que tenemos en contra, importante.
Ya que mencionas esta línea de trabajo de Cooperativas de las Américas, te consulto sobre los ejes que se plantean de cara al Año Internacional de las Cooperativas y el vínculo con organismos multilaterales.
Tuvimos que hacer una agenda. La declaración del 2025 por parte de Naciones Unidas como Año Internacional de las Cooperativas no quiere decir que es un año de festejo, es un año de compromiso. Lo que nos pide Naciones Unidas es: nosotros declaramos 2025 Año Internacional de las Cooperativas ¿para qué? Para que el movimiento cooperativo se comprometa a demostrar y a mostrar qué hace el instrumento cooperativo. Para que los gobiernos los tengan presentes y saquen resoluciones. Que cuando hacen licitaciones, que cuando hacen llamados, que cuando hacen compras del Estado nos tengan en cuenta. Para que nos tengan en cuenta en las asimetrías reinantes, brutales, con las sociedades del capitalismo y nosotros. Para que nos tengan en cuenta los organismos de crédito internacionales, para que nos escuchen, para que todo ese material sirva para hablar.
Entonces pensamos en una agenda, comprometernos en una agenda. Por un lado, trabajaremos con CEPAL el desarrollo productivo y territorial. Nosotros queremos estudiar y marcar cuál ha sido el desarrollo productivo, entendido como todas las expresiones de producción, en los territorios. ¿Qué hemos hecho? Y lograr con CEPAL profundizar en ese tema.
Pusimos un tema, para nosotros clave, que es el sistema agroalimentario, la soberanía alimentaria y saber qué número de cooperativas agrarias hay en el continente americano, eso lo trabajaremos con FAO.[8] Ya sacamos el llamado a la estadística para hacerlo. Intercambiar con FAO sobre este punto. FAO siempre nos ha dicho que nunca ha podido lograr que las cooperativas pasen su realidad, pasen sus números, le den la información. Veremos si lo podemos hacer, es un tema complejo.
Con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), nos hemos comprometido a través de la Alianza Cooperativa Internacional y como región de América, en el centenario de la OIT, en la defensa del trabajo digno y decente en nuestras cooperativas. Comprometernos a que nuestras empresas cooperativas respeten lo que significa trabajo digno y decente en los trabajadores que componen las cooperativas de trabajo.
Pero para nosotros hay un tema clave que, además se viene trabajando y va a trabajar la OIT en el próximo año, y es el sistema de cuidados. Y elegimos el sistema de cuidados porque creemos que transversaliza dos cuestiones muy importantes en nuestro continente. Las mujeres: no va a haber autonomía en la economía de las mujeres, necesaria para que puedan tener autonomía en todo el sentido de la palabra, sin un sistema cuidado.
Todos sabemos quiénes están a cargo del cuidado, no se precisan números, no se precisa nada. Cada una de nosotras, en nuestros respectivos hogares, sabemos qué es lo que sucede, y en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestro trabajo, etc. Entonces ahí, para nosotros es clave: sistema de cuidados, transversalizando género y transversalizando jóvenes.
Otro tema respecto al trabajo: la mayor informalidad en el continente está sobre las mujeres y sobre los jóvenes. Mujeres y género atraviesa todo el desarrollo económico, creo que del mundo entero.
Por otra parte, trabajaremos con UNESCO la capacitación y educación, y también la enseñanza universitaria. ¿Cómo podemos lograr un intercambio sobre estos temas? Sin duda hay incidencia del cooperativismo en Argentina, Chile y Brasil en lo que se llaman las cooperativas escolares. Pero nosotros queremos currículas en las que aparezca el tema cooperativo, la economía social y solidaria.
Otro tema de la agenda es ver si podemos lograr la creación de un Fondo Cooperativo de Finanzas. Es clave un intercambio que se dará en el marco del Consejo Cooperativo de las Américas en Washington, que se va a hacer a través del Comité Mundial de las Cooperativas de Ahorro y Crédito y Cooperativas de las Américas con el BID. La propuesta es insistir con la creación de un fondo especial a través del apoyo de las relevantes e importantes cooperativas de ahorro y crédito del continente americano.[9]
Y esa va a ser nuestra agenda para poder avanzar en todos estos temas. Es compleja, no es sencilla. Tenemos que convencer. Y vos hoy me preguntabas cómo hacían… Nosotros fuimos los últimos días de junio a Santiago de Chile a tener un intercambio con el Movimiento Cooperativas Agrarias de Chile, con el Instituto de Desarrollo Cooperativo que recién acaba de iniciar su actividad en Chile, hace dos, tres meses. Y allí, en Chile ¿qué fue lo que hicimos para convencer a Cepal? Ir, golpear, pedir, entrar, sentarnos con ellos y hablar hasta el cansancio. Y capaz que tenemos que ir diez veces más o quince veces más.
Bueno, esa es la tarea. ¿Cómo lo hacemos? Diciéndoles lo que representamos, hablamos por boca de quién, quiénes somos. Y qué significa, además, que hoy el movimiento cooperativo internacional tenga la presidencia mundial en un rioplatense. Creo que es clave y que los argentinos lo tienen que tener en claro y aprovechar esta situación.
Mencionaste el tema de juventud como algo importante para trabajar. Lo asocio inmediatamente al trabajo y todos los cambios que hay en el mundo del trabajo, en el mundo de los consumos, la manera de organizar la vida en general que tiene que ver con cambios tecnológicos. ¿Se debaten estos temas? ¿Están en la agenda del cooperativismo?
Bueno, tú sabes que me asombró en Colombia y en la última jornada del Senado de México, en donde la Senadora de Relaciones Exteriores y Política Internacional le dedicó una jornada a la economía social y solidaria, que me pareció algo fantástico.
En Colombia y en México se marcó profundamente que tanto la economía social y solidaria y el cooperativismo y las organizaciones gremiales, deben tratar de comprender la presencia de jóvenes. Colombia, cerró el Congreso con dos jóvenes que plantearon, pedían por favor a los líderes y lideresas cooperativas que los escucharan, que se pudiera hacer el empalme generacional escuchándolos, porque los invitan, pero no los escuchan. Y que ha cambiado el mundo y que ese mundo que ellos manejan, nosotros no lo manejamos, esta generación.
Hablamos de la digitalización, hablamos de la inteligencia artificial, del eCommerce. Hablamos de esa digitalización necesaria. En Colombia la mayoría son cooperativas de ahorro y crédito. Y pidieron, por favor, que se diera lugar porque si no les dan lugar a los jóvenes, si no se los escucha, si no los dejan conformar los organismos de decisión política de las cooperativas, no van a poder estar mostrándole al resto lo que existe hoy en el mundo y que debe ser tenido en cuenta. Y que se piense el empalme generacional, junto con el tema de equidad de género, sino, no van a tener jóvenes en el movimiento cooperativo.
Y ¿sabes lo que significa no tener jóvenes en el movimiento cooperativo? Nos condenamos al futuro, esto es como el medio ambiente, cuidémoslo hoy para nuestras generaciones del futuro. Esto es lo mismo. Esto es así. Si no integramos en los órganos de dirección de nuestras cooperativas a los jóvenes, no los escuchamos, no logramos hacer el empalme, va a ser muy complicado. Y los jóvenes deberán tener la paciencia suficiente para capacitarse, educarse y escuchar, por supuesto, las experiencias de quienes conducen hace rato. El empalme es necesario.
Hay países que tienen un número de población de alta edad muy importante, entre los que Uruguay se encuentra, entre los que Argentina se encuentra. No así Paraguay, que tiene un número de jóvenes impresionante, la población en Paraguay de juventud es importantísima y tiene presencia entre los jóvenes del movimiento cooperativo.
Es una tarea de capacitación y educación, creo que es un tema muy interesante para investigar: por qué no tenemos el arraigo en los jóvenes que tuvimos en determinada generación, en esa generación de 60. ¿Por qué no? Sí, hay un cambio, yo estoy de acuerdo: lo instantáneo, la inmediatez sobre cualquier cosa en lo digital. Los cambios han sido brutales. Pero en todos los lugares, la mayoría de los congresos del continente del movimiento cooperativo, está marcando, que nos guste o no, la digitalización, la inteligencia artificial, la tecnología están sobre la mesa.
Me gustaría volver sobre el tema del sistema de cuidados. ¿Podrías profundizar sobre el concepto que mencionaste, entendiendo a los cuidados como eje clave en la innovación?
Yo creo que, y acá me voy a poner un poco patriótica, Uruguay ha logrado en el tema del sistema de cuidados, innovar en este tema a través de las cooperativas sociales. Cuando, además, ha sido sumamente criticado.
Las cooperativas sociales en Uruguay aparecieron en la Ley General de Cooperativas, ya existían antes, son un fruto del año 2005, organizadas bajo el Ministerio de Desarrollo Social para población vulnerable. Para jefas y jefes de hogar en una situación muy compleja.
Uruguay atravesaba una gran crisis económica, gravísima. Creo que en ese momento la atravesaban varios países, no sólo Uruguay, en donde la falta de trabajo en aquellos sectores de la población vulnerables, con menos capacitaciones, era completamente dura y difícil.
Fue una innovación social, y así lo dije en varios lugares, el haber creado las cooperativas sociales. El haber logrado que población vulnerable, con graves dificultades, pudiera tener un emprendimiento, haberse sentado alrededor de una mesa con una taza de té o de café a intercambiar cuál era su futuro, cómo estaban organizando su situación, cómo gestionaban su trabajo. Sí, algunas tuvieron mayores dificultades y algunas fracasaron, a algunas les costó más, pero es un claro ejemplo de innovación social. Y va de la mano con el sistema de cuidados, porque si tú tienes un sistema de cuidado organizado, primero que va a ser fuente de organización de cooperativas de trabajo importantísimos. Va a ser un lugar para que en nuestras comunidades y territorios se puedan hacer emprendimientos de clase cooperativa, sumar formalidad, conseguir puestos de trabajo dignos y decentes, pero, además, nosotros tenemos todo para hacer grandes cooperativas con los sistemas de cuidados. ¿Por qué? Porque nosotros tenemos el compromiso con la comunidad. No cualquiera puede entrar al sistema de cuidado. No cualquiera puede trabajar en el sistema de cuidados.
Entonces creo que, por un lado, lo necesitamos porque lo necesitan nuestras ciudadanas, nuestras mujeres, las que viven en nuestros territorios. Para poder ir a trabajar, para poder ir a estudiar, para formarse, educarse, capacitarse, para ser felices un ratito. Es clave el sistema de cuidados.
¿Quién puede llevarlo adelante? Y yo creo que las cooperativas y las organizaciones de la economía social y solidaria (no dejo afuera, porque hay ejemplos de ello), tienen todo para llevar el emprendimiento de este tipo, porque tienen una identidad especial con determinados principios y porque se comprometen con la comunidad, entonces lo van a poder llevar adelante.
Creo, además, que estamos creando nichos tan necesarios para el desarrollo económico que necesitamos. Yo, por lo menos, creo que ahí hay una veta muy importante. Argentina y Uruguay no son de los grandes ejemplos de informalidad en el continente, pero hay países del continente donde la informalidad es brutal y donde las mujeres no tienen asistencia social ni sanitaria. Y la prueba de eso fue el COVID, no tenían donde asistirse.
Entonces, creo que si trabajamos sobre este tema podemos lograr solucionar varias brechas existentes en este momento. No hay duda que, ahí sí coincido contigo en un tema, nosotros necesitamos una legislación adecuada en ese tema. Ahí se necesita una política pública adecuada, se necesita una política de sanidad adecuada. Es decir, hay un trabajo importante para hacer y para realizar.
Pero tú no te olvides de una cosa, y es que ha habido un ejemplo importante en éstos últimos días, donde los movimientos sociales siguen haciendo quebrar la aguja y logran movilizar cosas que, a veces, nos parece que no se pueden movilizar.
Yo sigo creyendo en eso, creo que todos vamos a seguir insistiendo en la desigualdad brutal que existe en nuestro continente. A muchos no les gusta sentirlo y creo que hay que reiterarlo para ver si a algunos les entra un poquito porque, también, para entender la desigualdad hay que mostrarla.
A veces, hay que mostrar fuertemente la existencia de cuestiones en donde es necesario que los que tienen que tomar decisiones las tomen. Pero lo único que no podemos hacer es callarnos.
Sos la primera mujer presidenta de la región en 100 años de su existencia y vicepresidenta de la ACI ¿Cómo analizas los avances y los obstáculos sobre el rol de la mujer en los espacios de poder de estos organismos?
No hay duda que ha habido avances. Sí, claro que ha habido avances. Si nosotros hoy mapeamos el continente, vemos que tenemos lideresas, que hay lideresas en el ambiente cooperativo. Pero no veo cambios fuertes en la legislación, en materia cooperativa, que traduzcan el tema de género.
La legislación nacional de nuestros continentes no traduce (salvo raras excepciones) el tema de género y de equidad de género en las legislaciones en materia cooperativa. Chile, por ejemplo, tiene la composición que debe ser de equidad de género en su Consejo Directivo, pero son raras excepciones. Por su parte, sigue siendo molesto el idioma de género, continúa siendo molesto y está teniendo atrasos, uno lo nota. Varios líderes cooperativos no utilizan el idioma de género, con esa discusión de que la Academia Española dice que no es necesario, etcétera, etcétera. Eso creo que es un tema que no ha avanzado demasiado.
Y creo que tendríamos que traducir también, en nuestras organizaciones cooperativas, modificaciones en los estatutos, nuestra propia normativa diaria que nos rige, poniendo la foto de lo que es el tema de equidad de género. Que, en la mayoría de los estatutos de nuestras organizaciones no se ha hecho.[a1]
En lo que tiene que ver con la Alianza Cooperativa Internacional, recalquemos que fue con la primera presidencia de Ariel Guarco, que se puso la silla de la representación de género. No existía con anterioridad. Lo presidió primero María Eugenia Pérez Zea de Colombia, nuestro continente ha sido bendecido con ese tema, y la segunda es Xiomara Núñez de República Dominicana, que hoy es la presidenta del Comité de Género.
Creo que hay mucha tarea por delante por hacer, que es uno de los temas en que América ha venido trabajando (hoy Paraguay tiene la presidencia del Comité Regional de Equidad de Género de Cooperativa de las Américas, tiene una muy buena conformación, sin duda muy buenas lideresas de los movimientos cooperativos. Pero no se amplía, no crece la presencia de mujeres en el movimiento. Hablo en los órganos de conducción, no crece.
Te doy un ejemplo: el Consejo Cooperativas de las Américas tiene representación de mujeres, mantiene un porcentaje. En la última votación, quedé yo sola como mujer en el ejecutivo, el resto son hombres. Hoy, ante el retiro de uno de ellos va a haber votación, es casi seguro que va a volver otra mujer. Pero, en realidad, no traducimos institucionalmente el tema de equidad de género. No lo traducimos.
¿Cuáles son los obstáculos? Yo creo que todavía no se ha podido romper con lo mismo que no podemos romper en otras cuestiones. Hay una cultura muy fuerte patriarcal que no ha sido ni se ha podido con ella, de fondo radical. Se ha avanzado mucho, no hay duda, pero está presente.
Y en esto, como tú decías, tiene que ver el tema de que la mujer necesita autonomía en su economía para poder tener decisiones, independencias, etc. Y para eso necesita un sistema de cuidados en serio. Necesito un tiempo para todo, como te decía yo hoy, para estudiar, para trabajar, para estar presente.
Yo tengo 67 años, a los 58 años empecé mi presencia… porque lo otro era trabajo, estuve 25 años en el Centro Cooperativista Uruguayo como jefa de Cámara Jurídica y como presidenta, trabajando. Claro, trabajando en algo que ha sido lo que a mí me gustaba. Antes trabajé siendo abogada de organizaciones sindicales, en derecho laboral. Pero trabajando.
Y para dedicarme a lo que mis hijos, con sorna los varones (tengo muchos hijos) dicen “mamá ¿estás en tu hobby cooperativo?”. Para dedicarme (entre comillas) al “hobby cooperativo” tengo hijos grandes. Y lo tengo limitado también por una situación especial en la cual el cuidado tiene que estar a mi cargo. Porque si no siento, por más de que tengo un excelente compañero de vida con un criterio muy amplio en el tema de equidad de género (sino yo no podría estar acá hablando contigo), eso igual hace que una sienta siempre el peso. Porque es nuestra educación, nuestra conformación, la que me dice que la que se tiene que hacer cargo del cuidado soy yo y no mi esposo. Eso forma parte de una cultura y no es fácil sacarnos de encima esa cultura.
Es una esclavitud nuestra que la tenemos que romper y que gracias, espero y lo he visto en mis hijas, que han roto muchísimo de lo que yo no pude, muchísimo. Todas ustedes han roto un montón de cuestiones. Nos queda un montón, claro que nos queda. Nos queda un montón porque todas nosotras sabemos por dentro y calladas que nos queda un montón.
Por dentro nosotras sabemos que nos queda un montón y que todos los días sufrimos, todos los días sufrimos, el que no se aplique la equidad de género. Todos los días cualquiera de nosotros, sentadas en los distintos lugares, sabemos que decimos algo y es muy diferente si es dicho por un hombre que si es dicho por una mujer.
“¡Qué brillante este hombre, lo que se le ocurrió!”, veinte veces lo dijiste y nadie te escuchó. Entonces, digo, no importa, sigan para adelante hermosas mujeres. Además, te digo, quedé impresionada. Vine con una brutal alegría, les decía acá en mi casa, de ver lo que viene, esa casa de ustedes, todas mujeres jóvenes que trabajan, que tienen un entusiasmo brutal, que creen en lo que están haciendo, que muestran el lugar con un orgullo. Y eso me pareció estupendo. Pero a la vez, también, con una humildad, porque todas ustedes tienen un currículum así de largo.
La verdad que me vine satisfecha. Le decía a mi esposo, me vine llena de energía de ver que hay mujeres jóvenes que avanzan. Y bueno, lo disfruto con mis hijas y lo disfruté con ustedes. Además, me trataron con mucha estima y cariño y esas cosas a una la llenan de energía.
[1] A cargo de la Gerencia de Formación Integral del Banco Credicoop. Director de Idelcoop. Correo electrónico: pabloadrianimen@gmail.com
[2] Licenciada en Comunicación Social. Editora de la Revista Idelcoop. Correo electrónico: analaulopez@gmail.com
[3] Se puede ver el comunicado en: https://aciamericas.coop/noticias/graciela-fernandez-deja-la-presidencia...
[4] Graciela Fernández (Uruguay) es doctora en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad de la República de Uruguay. Ejerció la presidencia de Cooperativas de las Américas hasta octubre de 2024, cuando presentó su renuncia por cuestiones personales. Desde octubre de 2018 ocupó el cargo de vicepresidenta de la ACI. Fue presidenta de la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (CUDECOOP) de 2014 a 2020. También presidió el Centro Cooperativista Uruguayo (CCU) entre 2010 y 2020 y dirigió el Departamento Jurídico de esta entidad. Tuvo su paso por el Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay. También formó parte del consejo de asesoramiento del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en representación del movimiento cooperativo y de la economía social de Uruguay.
[5] Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
[6] Organización Internacional del Trabajo.
[7] Los ODS de Naciones Unidas se pueden consultar en: www.un.org/sustainabledevelopment/es
[8] Por sus siglas en inglés sobre: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
[9] Esa reunión estaba planificada para los primeros días de octubre, la entrevista fue dada previo a esa fecha.