Revista Idelcoop nº 238 - Noviembre 2022 - ISSN Electrónico 2451-5418 / Sección Experiencias y Prácticas
Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa
Desafíos de la dirección del CCC en su 20 aniversario[i1]
Entrevista a Natalia Stoppani y Antonanetta Madjarova
Natalia Stoppani y Antonanetta Madjarova integran la dirección del CCC junto a Juan Carlos Junio, Pablo Imen, Luis Pablo Giniger y Juano Villafañe.
Desde ese espacio tienen la tarea de coordinar todo el amplio abanico de áreas que involucra la gestión del Centro Cultural tanto en las propuestas hacia afuera, así como cuidar y organizar a los equipos de trabajo permanentes que sostienen a la institución y realizar el acompañamiento a los equipos de investigación y de programación artística. Respecto a esas tareas, Stoppani y Madjarova reflexionan a partir de estas preguntas.
¿Cómo funciona la dirección del CCC?
La dirección del CCC tiene el enorme desafío de conducir un proyecto novedoso que combina las artes y las ciencias sociales en una amalgama compleja y enriquecedora. En este sentido, promueve y estimula también los debates ideológicos, sociales y políticos de nuestra época y tiene como gran desafío la formación de cuadros con excelencia en lo específico y con capacidad en la gestión cultural.
Podemos decir que la Dirección tiene grandes núcleos de trabajo: la vida interior relativa a las investigaciones y producción de conocimiento (en sus variados formatos) y quienes integran y dirigen los departamentos y áreas; la vida interior relativa a los equipos de trabajo permanente (Ediciones, prensa, comunicación, mantenimiento, planta técnica, Utopía, etc.) y la vida hacia el afuera (programación, actividades públicas, etc.).
La responsabilidad implica saber que es un barco grande para conducir, con objetivos revolucionarios, es decir, de transformación de nuestra sociedad en forma radical. Los principios y valores que nos guían son los que nos marcan esa responsabilidad. Venimos del cooperativismo transformador y eso implica promover un trabajo cotidiano guiado por la promoción de relaciones sociales igualitarias, feministas y solidarias; por la asunción de que la producción de conocimiento social y cultural debe servir para la transformación de las condiciones de vida; por el internacionalismo y, en especial, lo nuestroamericano como horizontes, a la vez que principios; por la batalla cultural como principal disputa de nuestra sociedad; y por la convicción de que las trasformaciones son colectivas o no son, lo cual redunda en que también es un principio la solidaridad entre organizaciones del campo popular y el trabajo mancomunado. Entonces, estar en la Dirección es saber que cada decisión que tomamos, sea grande, chiquita o mediana, relativa al afuera o a la vida interna, debe ser coherente con estos principios. A la vez, también la responsabilidad de sostener un conjunto heterogéneo y diverso de integrantes, con historias, preocupaciones, deseos, ideas y propuestas colectivas que debemos tener el cuidado de acompañar, la generosidad de recibir y la decisión de promover. Esto último no tiene solo que ver con generar un grupo de personas involucradas con la transformación de la sociedad en general, sino con la convicción de que debemos promover la formación de cuadros políticos integrales, condición para el desarrollo de nuestros objetivos y sostén de los principios.
En estos 20 años hubo cambios muy vertiginosos en la vida social y cultural de nuestro país (el protagonismo de los feminismos, los cambios en los consumos culturales, la mediatización de la vida en general, etc.). ¿Qué desafíos identifican ustedes respecto a la gestión y el desarrollo del CCC en este contexto?
En efecto, consideramos que seguir democratizando en un sentido feminista el CCC es un desafío. Y esto es en todos los planos de desarrollo de esta frase: el feminismo no es una cosa ni una entelequia, es un principio y una convicción que debe orientar las decisiones generales, las micro decisiones, las carteleras de espectáculos y las investigaciones, las relaciones entre quienes lo integramos, los modos en que nos desarrollamos "hacia afuera", los modos en que gestionamos y los modos en que pensamos intervenir/leer el pasado, el presente y el futuro.
Otro desafío tiene que ver con cómo seguimos promoviendo la creación, investigación, gestión cultural y producción intelectual y estética en un sentido colectivo, en un mundo de relaciones sociales que los medios quieren mostrar como débiles y que las potencias hegemónicas se ocupan de debilitar. Potenciar lo colectivo en detrimento de lo individual y aislado, es un desafío permanente.
Anudado a lo dicho, es un desafío permanente el poder ser sede de generación de cuadros integrales que, como señalamos al inicio de esta entrevista, combinen su hacer con la investigación específica y la gestión cultural y social de proyectos y propuestas diversas.
Otro desafío tiene que ver con evitar caer en la lógica de inmediatez, en el "practicismo" y en la banalización del saber que ofrecen los sectores hegemónicos para el propio campo de la creación y la investigación. Aunque parezcan palabras asociadas a los sectores de derecha y conservadores, nuestro campo está lleno de micro prácticas que apuntan a todo lo dicho y que van socavando, paulatinamente, las posturas y prácticas de largo aliento, históricamente situadas.
Otro desafío, asociado a los dos anteriores, es el de promover la producción de saberes sobre temas que no son hegemónicos o que parecen poco visibles, pero que son fundamentales para los objetivos de transformación que nos proponemos.
Otro es el de seguir promoviendo el cruce de generaciones que fundó a nuestro movimiento y que es también constitutivo del CCC. Esto implica albergar a la juventud, tejer puentes con las y los más grandes, creer en que ese cruce es potencialmente transformador y valorar las experiencias del conjunto, del saber acumulado y de todo lo novedoso que cada generación trae por el simple hecho de ser una nueva.
Y un último desafío, que es absolutamente vital, es el de seguir formando en la cultura política de izquierda, esto es: clasista, feminista, antiimperialista, antirracista y revolucionaria. De ahí venimos y hacia allí vamos.
¿Qué reflexión les viene cuando piensan en que el CCC cumple 20 años de vida?
Una reflexión es que sostener un espacio durante 20 años como el CCC, del campo popular y del movimiento cooperativo es un verdadero logro. Sostenerlo sin haber renunciado a los principios, promoviéndolos, aun en sus momentos más difíciles y jamás no exento de contradicciones, es para celebrar. En estos 20 años, el CCC se ha convertido en uno de los polos de la cultura y el arte más importantes de la cuidad, un polo de resistencia, en donde la política, las ciencias sociales y las artes se combinan y están atravesadas por los valores cooperativos, el trabajo colectivo y el compromiso social, con un horizonte claro hacia la transformación para un futuro mejor.
Por los espacios del CCC han pasado las figuras más importantes de la política de Latinoamérica, pensadores/as e intelectuales críticos/as, poetas y poetisas, escritores y escritoras, y artistas de distintas generaciones.
Hemos recuperado y renovado un lugar histórico y de gran valor político-cultural y artístico, que es el “Espacio experimental Leónidas Barletta (ex Teatro del Pueblo)", un centro para la experimentación en artes y en ciencias sociales, que reabrió sus puertas en el año 2021 y ya cumplió su primera temporada de funcionamiento como un espacio más del CC de la Cooperación.
Pero sacando esta idea que quizás de común parece obvia (y no lo es), la reflexión que nos surge es: ¿cómo seremos en los siguientes 20 años? Nos sale pensar en el futuro, en quiénes vendrán, en cómo recibiremos los nuevos temas, formatos e integrantes, en cómo seremos capaces de cobijar las inquietudes de quienes se arriman para investigar, producir y generar ciencia y arte. Nos sale pensar en cómo seguir mejorando un modelo de trabajo de un espacio cultural y político que, sin duda, tiene mucho que revisar y mejorar, a los fines de seguir siendo un espacio elegido por cientos de personas para compartir una parte de su vida con nuestro cooperativismo. Reflexionamos sobre la potencia que tiene un espacio cooperativo y solidario como el nuestro en un mundo tan hostil y en la gran responsabilidad que implica sostenerlo. Reflexionamos sobre la necesidad imperiosa de seguir amalgamándonos con las entidades hermanas para fortalecer aún más a nuestro propio movimiento. Y reflexionamos sobre la importancia de que siempre, pero siempre, estuvimos del lado que había que estar. Y esto no es cualquier cosa, es sostener un modo de vida y orientar todo el hacer al buen vivir de nuestro pueblo.