Revista Idelcoop nº 238 - Noviembre 2022 - ISSN Electrónico 2451-5418 / Sección Experiencias y Prácticas
Idelcoop Fundación de Educación Cooperativa
“Sentimos que hemos logrado que este proyecto del movimiento cooperativo anide en la cultura de la ciudad, se proyecte a la Nación e incluso que tenga una fuerte proyección continental”
Entrevista a Juan Carlos Junio, director del CCC
¿Qué podés contarnos sobre los inicios del CCC y tus inicios en la institución?
El Centro Cultural se fundó en el 2002 bajo la inspiración, bajo la idea de Floreal Gorini. Él siempre tuvo - como dirigente- una perspectiva de futuro, la capacidad de mirar hacia el futuro. Y sobre esa base y sobre la base de su concepción política ideológica, imaginar construcciones de carácter social y político con vistas a los escenarios del futuro, nacionales e internacionales. Y así fue como él fue el inspirador y el constructor del Centro Cultural de la cooperación. Y entonces se hizo con la idea de que el movimiento cooperativo -que tenía las condiciones culturales, las condiciones de cuadro y las condiciones económicas- se decidiera a hacer este Centro Cultural con la idea de aportar a la disputa de ideas, a la batalla ideológica.
Así es que, sobre la necesidad de esa disputa, surge la idea de hacerlo y se funda en el 2002. Floreal es el inspirador y el que logra materializarlo en el edificio, el primer núcleo de cuadros de los departamentos (de los que una gran parte provenía del propio movimiento cooperativo o de espacios de izquierda vinculados al movimiento cooperativo). Al segundo año floreal fallece y entonces el movimiento me designa a mí (hace 18 años que estoy), con la idea de darle continuidad al proyecto que ya tenía un inicio importante. Se había generado una gran expectativa en la cultura progresista, la cultura nacional, la cultura de izquierda. Nunca había habido un intento de esta envergadura tan vasto, tan integral, con una ubicación en el epicentro de la cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Nuestro desafío era darle continuidad a esa construcción.
¿Qué lugar ocupa hoy el Centro Cultural de la Cooperación en la política y en la cultura?
El CCC contemplaba un doble propósito: uno era crear lo que Floreal llamaba una camada, es decir, crear un núcleo de la joven generación de estudiosos, investigadores, intelectuales, tanto de las ramas artísticas como de las ciencias sociales, a los efectos de hacer un aporte de cuadro intelectuales, para librar esa disputa de carácter ideológico; y por el otro lado, crear un polo de cultura progresista de izquierda, por eso las tres sala de teatro, por eso también las aulas, por eso la biblioteca y las distintas disciplinas.
A 20 años de aquello, sentimos que hemos logrado que este proyecto del movimiento cooperativo, con una visión de progreso, anide en la cultura de la ciudad, que se proyecte a la nación e, incluso, que tenga una fuerte proyección continental. Quizás esto último no lo imaginamos tanto en el momento inicial de la fundación. Pero después -como nosotros teníamos una fuerte vocación americanista en nuestra concepción histórica ideológica y como también los acontecimientos históricos del continente vinieron a nuestro- el Centro Cultural tuvo a lo largo de estos 20 años -con los altos y bajos de las luchas políticas del continente- un fuerte componente continental. Por lo tanto, yo diría que hicimos una gran contribución a la unión de las distintas expresiones del continente, políticas y culturales. Y a nosotros nos ayudó muchísimo colocarle una impronta de la política con los tiempos históricos concretos, a la unión del debate cultural y teórico con los acontecimientos políticos y con el reto de la lucha política concreta. Y así fue como vinieron presidentes, ministros de cultura y personalidades, lo que le dio una impronta muy importante al Centro Cultural.
Nosotros siempre pugnamos (y creo que en gran parte lo logramos) por mantener un perfil ideológico y, a su vez, ser receptivos a la diversidad cultural nacional e internacional. Y eso hizo que nuestro Centro Cultural tenga un gran prestigio, porque logramos mantener nuestro perfil de izquierda progresista, comprometido políticamente, pero a su vez ser receptores de distintos afluentes de la cultura.
Volviendo a tu pregunta, creo que los objetivos que imaginó Floreal, de ser un polo de la cultura y a su vez crear un núcleo de jóvenes intelectuales, lo estamos logrando. Sobre esto segundo, recuerdo que cuando yo llegué había un núcleo de jóvenes (yo suelo decir que nosotros somos Salieris de la universidad pública), una camada que tenía 23, 24, 25 años, y hoy tienen 40, 42. Y una gran parte de esa camada hoy dirige los departamentos, integra la propia conducción central, y diferentes áreas. Y después han pasado centenares o miles de investigadores/as que tienen la impronta del centro cultural, la identidad del centro cultural, y hoy están en medios académicos, en medios periodísticos, en eventos, en congresos, en la gestión pública también.
En definitiva, nosotros no estamos conformes nunca, porque somos inconformistas, pero creemos que, transcurridos 20 años, si hacemos un repaso, estamos cumpliendo con la idea fundacional y seguimos defendiendo ideas revolucionarias y de transformación social.
¿Qué desafíos se presentan al CCC en vista de los cambios culturales y políticos que se van dando?
Estamos en un momento muy crítico de la humanidad, porque el capitalismo siempre tuvo una fase destructiva. Quizás la más dramática de la historia de la humanidad, me permito decir, fue la Segunda Guerra Mundial. Es decir, que la impronta destructiva del capitalismo no es un invento de estos años. Sin embargo, estamos ante una etapa de crisis civilizatoria, de crisis orgánica, integral, del capitalismo; de severa destrucción ecológica del planeta y, hasta ahora, imparable. De crecimiento del hambre, de la pobreza, de crecimiento de la violencia, del odio (que no es solamente un tema de rebrote en nuestro país, sino en general), de recrudecimiento de formas nazifascistas, más que nada en Europa. Tenemos crisis energética, de valores humanistas, solidarios. Y tuvimos la pandemia, que es un acontecimiento universal que ha dislocado todo. Y todo eso a nosotros también nos atraviesa, claro.
Estamos saliendo de la pandemia con la identidad subjetiva del Centro Cultural fuerte, en todo lo que son las fuerzas vivas del CCC. Hay, paradójicamente, una fuerte vuelta a los espectáculos artísticos, a la presencialidad del público en los espectáculos. Y eso vuelve a generar entonces una situación de cierto optimismo por la concurrencia física de la gente a la sede. No ocurre en todos los ámbitos lo mismo, por eso lo menciono.
Y para nosotros lo que hay es un reto teórico ideológico. Porque, en definitiva, el nuestro es un Centro Cultural. Si bien yo destaqué antes la voluntad de ser protagonistas de la lucha política, en definitiva, nosotros no somos un comité o un partido político o un centro de lucha social barrial. Entonces, estamos luchando por poder responder en términos creativos cualitativos a estos nuevos retos que tiene el progresismo en el mundo frente a estos grandes cambios, en los que también hay cambios culturales. La derecha, la ultraderecha, medra en esos cambios culturales y nosotros tenemos que ser capaces de responder a ello, no solo en términos teóricos, sino simbólicos. O sea, cómo también el teatro, la danza, el títere es capaz de responder creativamente a estos desafíos de la época. Y nos proponemos seguir siendo un polo fuerte de la presencia de la cultura progresista. Ese es nuestro reto por los años próximos. Por eso nos importa tanto hacer una gran celebración de los 20 años, una celebración del movimiento cooperativo, en primer lugar, y de la cultura nacional y progresista, y continental, para encarar los próximos 20 años.