La trama social de la economía popular
María Claudia Cabrera y Marcela Vio (coordinadoras), Espacio Editorial, 2014.
Por Leandro Rubertone[1]
Luego del afianzamiento del proceso de globalización neoliberal, y especialmente a partir de la caída del bloque soviético, ciertas categorías que a lo largo de gran parte del siglo XX definieron la relación entre los sectores subalternos, la economía capitalista y los estados, comenzaron a entrar en crisis. En este sentido, el contexto de achicamiento de los estados nación, de avance del gran capital privado y, particularmente, de la llamada economía informal, llevó a las corrientes críticas del mundo académico a una nueva problemática respecto de cómo pensar y definir a los grandes sectores de las sociedades capitalistas que dejaron de formar parte de la economía formal.
La población del conurbano bonaerense, fragmentado aglomerado que aloja a alrededor del 25% de la población argentina, sufrió un abrupto cambio como consecuencia del proceso neoliberal que desmanteló la industria nacional, del cual fue una de las víctimas principales, , ingresando gran parte de ella dentro de las nuevas formas de organización que impuso el nuevo modelo. De esta forma, también se abrieron paso nuevas posiciones respecto del lugar en el cual pensar a los sectores populares que no respondían a las clasificaciones anteriores.
La trama social de la economía popular se enfrenta al desafío de pensar a los sectores subalternos de la economía informal del conurbano bonaerense, definiéndolos, y enmarcándolos en relación al capital privado y al Estado.
Yendo desde lo macro hacia lo micro desde una perspectiva neomarxista, y con el objetivo de definir la economía de estos sectores populares, la obra plantea su relación con el sistema capitalista a gran escala, evita la dualidad entre marginalidad y exclusión y propone pensarlos como sectores de una economía informal funcional a los intereses del capital privado, centrales para la reproducción del sistema.
El gran atributo definitorio a considerar será la lógica territorial de este tejido social, y el acceso al suelo, a la vivienda, a partir del mercado informal.
Por otra parte, el libro invita a reubicar el lugar del trabajo al interior de esta economía popular, planteando que, si bien el trabajo –informal– sigue siendo el principal factor para sostener la reproducción ampliada de la vida, el mismo pierde preponderancia y es complementado por distintas estrategias de reproducción que incorporan la financiación proveniente de las políticas sociales del Estado y el trabajo doméstico. Así, nuevas categorías surgen y permiten adentrarse en la reflexión de este complejo mapa político y social. A lo largo de toda la investigación, serán centrales las ideas de desmercantilización y familiarización para entender estas estrategias complementarias a la lógica de reproducción de la vida a partir del trabajo, en la búsqueda por la obtención de bienes, ingresos y financiamiento.
Asimismo se encuentra una concienzuda contextualización social, geográfica y económica de la investigación, a partir de una división del conurbano bonaerense por cordones, desarrollos económicos y migratorios a lo largo de la historia.
El libro reseñado reúne siete trabajos realizados dentro de una investigación enmarcada en un convenio entre la Universidad de Avellaneda y el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, financiado por la Unidad de Preinversión de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, con la finalidad de confeccionar un Plan Estratégico para la Urbanización de Villas y Asentamientos del AMBA. El relevamiento consta de doce barrios populares del conurbano, desarrollado a partir del 2011 y hasta 2014. Aborda un diseño metodológico que mezcló técnicas de investigación cualitativas y cuantitativas, y se permite cruzar y comparar datos estadísticos nacionales con encuestas estandarizadas y hasta entrevistas profundas a informantes claves que permiten útiles acercamientos. Esto abre paso a un análisis ambicioso que va desde lo macropolítico y macroeconómico, hasta lo sociológico y etnográfico. Cabe aclarar que si bien encontramos trabajos de distintos autores desde distintas ópticas, la investigación en ningún momento pierde sustento y, manteniendo una línea que atraviesa toda la obra, que es la relación entre la economía popular y los sectores populares a través de sus estrategias de reproducción de la vida, va logrando construir un mapa del conurbano bonaerense que, no por abarcar más, niega la chance del acercamiento al fenómeno particular.
El capítulo inicial, de A. Vergara, nos introduce en el conurbano bonaerense, mostrando diferencias históricas y actuales entre los cordones que lo componen, respecto del desarrollo económico, las condiciones de vivienda de las poblaciones, los tipos de trabajo y los desplazamientos de familias según épocas.
En el capítulo segundo, de Nuria Zucchiatti, comenzamos a encontrarnos con las estrategias de reproducción de la vida de los sectores populares. Se plantea la idea de desmercantilización a partir del logro de sustentos que exceden el mercado de capital, y la de familiarización, a partir de las articulaciones del trabajo doméstico y las ayudas comunitarias. También aquí se puede observar un interesante primer análisis respecto de las responsabilidades atribuidas por el Estado a los sectores populares en las políticas sociales, las cuales son fundamentales para la financiación de la reproducción de la vida.
En el tercer capítulo se discutirán los alcances y significaciones de las políticas sociales más importantes desde la posconvertibilidad. En esta lectura observamos la ruptura con el principio de focalización de estas políticas y su viraje hacia principios de universalización. Claudia Cabrera, tomando tres barrios de orígenes estructurales e históricos diversos, hará foco sobre el Programa de Inclusión Previsional y la diferencia del mismo respecto de la Asignación Universal por Hijo. El análisis discute las posibilidades de estas políticas de avance respecto de la pobreza y freno a la indigencia, por un lado; y la forma en la cual aparecen representadas en los actores que las reciben, por otro. Respecto de este último punto, es de suma importancia la diferenciación que hace respecto de estas dos políticas, las más importantes e inclusivas, y cómo una aparece representada por los sectores populares como un derecho (PIP), mientras la otra no lo logra (AUH), producto de la intromisión de las históricas relaciones del Estado con el punterismo político.
El capítulo cuarto, de S. Abran, trabaja con el Programa Federal de Construcción de Viviendas en dos barrios de E. Echeverría y F. Varela, preguntándose si aquí las estrategias de reproducción de la vida de los sectores populares muestran sustanciales diferencias respecto de los barrios no construidos bajo planificación estatal.
El capítulo quinto, de M. Hopp y M. Fraga, lleva adelante un análisis acerca de las cooperativas de trabajo para obras públicas dentro del contexto del Programa “Argentina Trabaja”. El trabajo se pregunta si la economía social puede fortalecer a la economía popular. Si bien se observa que en gran parte de los casos constituye el ingreso principal de las familias de Costa Esperanza –barrio de la investigación–, se muestra también la insuficiencia del trabajo para sostener la reproducción de sus vidas. En este sentido, las autoras plantean varias problemáticas estructurales del mencionado programa, que terminan ayudando a que aparezca representado en varios testimonios como un plan social y no como un trabajo en sí.
El sexto capítulo, de M. Vio, trabaja la llamada economía popular de los Desechos, es decir, los grupos de los sectores populares que tienen como principal estrategia de reproducción el consumo o transformación de desechos en mercancía o ingresos. Aquí la autora define y clasifica a este sector como una categoría diferenciada al interior de la economía popular a partir de variadas particularidades que lo definen, entre las cuales se encuentra el hecho de ser el actor más vulnerable de la cadena productiva que se relaciona con la economía formal.
Por último, el capítulo siete, de C. Cabrera, cierra la obra con un acercamiento a los modos de financiamiento de la economía popular y su propia racionalidad para asegurar el acceso a la vivienda. Aquí la autora estudia desde la forma de acceso a los ingresos de los sectores populares, distinguiéndolos cualitativamente, hasta el tipo de capital que los mismos van a componer. Al mismo tiempo puede resultar de sumo interés el análisis que, siguiendo la lógica mostrada a lo largo de todo el libro, reflexiona sobre las estrategias de los sectores populares en su interior, distingue a nivel macro a los actores de la economía formal que se apropian del excedente producido por el trabajo de la economía popular, y muestra cómo esto, a su vez, ayuda no solo a este sector, sino que también genera ganancia y productividad en la economía formal.
En conclusión, la investigación, a partir de un desarrollo arriesgado conceptualmente para una geografía tan difícil de abarcar como lo es el conurbano bonaerense, reubica al Estado y al capital respecto de un avanzado replanteo de la economía popular y de los sectores subalternos ligados a esta, dentro de un todo lógico y coherente, que abre paso a futuras investigaciones que puedan considerar a esta como piedra de toque.
[1] Licenciado en Ciencias Políticas de la UBA e investigador en el departamento de Cooperativismo del CCC. Correo electrónico: leandro.rubertone@gmail.com.