Revista Idelcoop, nº 217, noviembre 2015. ISSN 0327-1919 / Sección Experiencias y Prácticas
Instituto de la Cooperación. Fundación de Educación, Investigación y Asistencia Técnica- IDELCOOP
Tela para cortar
Entrevista a Joaquín Fernández, presidente de la Red Textil Cooperativa y de la cooperativa La Maqueta[1]
Por Valeria Mutuberría Lazarini[2]
¿Qué es lo que motivó la creación de la RTC? ¿Cuánto hace que se conformó?
La red textil se conformó en el 2012. Dentro del cooperativismo de trabajo, el sector de la construcción es uno de los más grandes, y luego, sigue el textil. En la CNCT coincidían muchas federaciones territoriales que a su vez contaban con muchas cooperativas textiles y a la par de eso se comenzó a trabajar un programa para fabricar chalecos de seguridad y antibalas. Esto hizo que muchas cooperativas se acercaran a la CNCT y desde la confederación se definió la política de trabajar en redes que agruparan a los sectores de la economía social. Obviamente, la Red Gráfica ya estaba desde mucho antes y empezaron a probar con redes de alimentación, la red metalúrgica, a la que le puso mucha fuerza la Unión Metalúrgica Industrial (UOM). Hubo casos que no prosperaron pero con la red textil fue un poco más fácil. Quizás tenga que ver que en la metalúrgica había maquinarias muy viejas, muchas fábricas recuperadas con sus conflictos; en cambio, el textil es un sector con mucha fuerza en los distintos lugares de los que provenían las cooperativas. Recuerdo que al comienzo venían más cooperativas de otros lugares del país, que de Buenos Aires, porque había como una necesidad laboral de acercarse. Venían compañeros que hacían pelotas de futbol, guardapolvos, buzos de egresados, de todo un poco. Entonces empezó también un proceso a la par de que la red iba creciendo, que consistió en la capacitación y perfeccionamiento en distintos rubros (por ejemplo, que unas hagan pantalones, otras camisas, ropa liviana, etc.). Así fue que empezó a tomar color la red y hoy las integrantes no fabrican todas lo mismo. Unas cortan, otras confeccionan, otras estampan, o bordan, la idea es que no se genere competencia y el formato implica que todo el trabajo que ingresa a la red se reparte. Para decidir estas cosas, nos sentamos en una reunión y ahí discutimos quién conviene que haga el trabajo, quién lo hace bien y quién lo hace mal. Sin ser careta, decís “sos un compañero, pero si lo haces mal lo hace mal la cooperativa”, y tienen que aprender a hacerlo bien y ganar mejor. Así fue creciendo la red. También tuvimos muchas oportunidades, apoyos de los ministerios, de la CNCT y todo eso generó mucho incentivo y hoy podemos vivir como una gran cooperativa. No necesitamos todo el tiempo subsidios, al contrario, siempre decimos que lo que queremos es trabajo y que ese trabajo se pueda hacer encadenadamente; mientras eso funcione, la red puede funcionar. No funciona si viene un tipo a querer pagar lo mismo que lo que le pagan a un taller clandestino, así no funciona ni la red, ni las cooperativas donde hay trabajo. Accedimos a licitaciones importantes como las de PAKA PAKA para fabricar los muñecos de la serie de Zamba, que nos generó rentabilidad para poder sostener la organización de la red, que es muy compleja.
¿Cuántas cooperativas conforman hoy la red?
Adheridas hay como 72 y había cerca de 50 socios para votar en la asamblea que sucedió hace algunos meses. Contamos con tres regiones fuertes: Salta, Chaco y La Rioja, en donde hay una mesa de la red que funciona ahí; y después existen muchas cooperativas distribuidas por distintos puntos del país, existen muchas en Buenos Aires (conurbano), La Plata y Capital, desde donde coordinamos más la parte productiva.
Lo que tiene este tipo de organización es que al ser una red de comercialización y productiva, los que participan son los que laburan. Pero si una cooperativa no tiene para aportar trabajo, no es que quede afuera, hay muchas que están asociadas y tienen una participación más gremial. Lo que hace una red productiva es que todos convivan con todos, nos peleamos, nos amigamos, pero todo en ley del laburo.
¿Y cómo es el proceso de adhesión o de relación entre las cooperativas y la red?
Como en todo, hay como una referencia de algún lado, cooperativas textiles hay muchas. Existen muchos programas de Ministerios que generan cooperativas, los movimientos sociales también tienen sus cooperativas textiles. La incorporación tiene que ver sobre todo con una adaptación, ver qué hace esa empresa. Creo que hay como 2.500 cooperativas en el rubro (de las cuales algunas funcionan y otras no); de todas formas, no podrías sostener una estructura semejante y al ser una red productiva el trabajo lo tenemos que distribuir.
Antes nos preguntábamos cómo hacer para trabajar todos. Y nos dimos cuenta de que en cada provincia, en cada lugar, hay nichos de ventas o productos propios o hay que trabajar y vincularse con los estados provinciales, con otras cooperativas y sindicatos a los que se les pueden hacer distinta ropa de trabajo, etc. Generamos todo el trabajo desde acá y es complejo; hoy estamos viendo que en cada lugar también hay posibilidades de venta, de laburo, y eso hace más fácil que funcione cada regional. Desde Capital Federal intentamos involucrar a todas y contener. Por ahora no lo estamos haciendo, pero deberíamos ir capacitando a las nuevas cooperativas, porque la integración se va dando de acuerdo a lo que cada una puede hacer y resolver.
¿Cuál es el vínculo entre la Red Textil y la CNCT?
Somos una federación asociada a la CNCT igual que otras. La CNCT como confederación admite dos tipos de federaciones, las territoriales y las sectoriales. Entonces, en ese marco convivimos. Obviamente la CNCT intenta que todos los productos que tengan que ver con lo textil se vinculen por medio de la federación. Lo que tiene la red es que se da naturalmente, es como que va para adelante. Tenemos nuestras diferencias políticas dentro de las federaciones, en la CNCT, y sobre todo este año. Pero nosotros tenemos en claro lo que queremos como red y como federación, más allá de lo que busca cada cooperativa; y eso está bueno porque nos unimos en el laburo. Y cuando pasa eso, intentamos que todo sea para crecer. Por ejemplo, si no existiera la Red Textil, mi cooperativa “La Maqueta” no tendría ni la mitad del laburo que tiene ahora. La Red genera mucho trabajo para nuestras propias cooperativas.
¿Cuáles son hoy las principales actividades de la red a nivel productivo y a nivel político?
A nivel productivo generamos trabajo todo el tiempo con el Estado, trabajamos mucho la ropa de trabajo. También tenemos un proyecto que se llama “Jugar” que es la marca que trabajamos con Paka Paka,[3] a través del Ministerio de Desarrollo Social y el de Cultura; confeccionamos los productos textiles de la señal (especialmente de Zamba). La otra línea productiva es la de ropa de trabajo, con la que estamos por lanzar la marca propia de la red textil. Para esta temporada vamos a volver a hacer jeans para verano y distintos productos asociativos (por más que cada cooperativa pueda tener su producto propio, ahora son productos unificados de la red). También accedemos a distintos tipos de licitaciones que van saliendo. Se toma el trabajo, se presupuesta, se hace una asociación de cooperativas, con una especie de proyecto interno, una planificación, y se labura en eso.
Después está el nivel más político. Estamos tratando de abordar el tema del trabajo clandestino. Este año pasó lo del incendio en Flores,[4] pudimos vincularnos con los papás de los nenes fallecidos y los compañeros, y armamos con ellos una cooperativa. Los compañeros viven una situación de explotación en pleno 2015 y creemos que la alternativa es el cooperativismo como expresión de todo lo contrario a eso. Nos gustaría tener más tiempo para resolver ese tema, contar con una política e ir a levantar todos esos talleres, no lo podemos hacer porque estamos más con la producción y nuestra organización está basada en eso.
Por otra parte, los textiles tenemos un problema grave que es el precio del mercado. No hay un convenio como en la construcción o el gráfico por el cual regirse para los salarios y en base a eso armar los presupuestos. En el sector textil, el precio lo pone el taller clandestino, y ese precio bajo es el precio del trabajo en negro, precarizado. A raíz de esto, comenzamos a laburar con la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) para darle difusión a esto, no sólo por una reivindicación del sector, sino por una cuestión económica. Siempre vamos a ser más caros porque promovemos el trabajo digno, porque nuestras cooperativas están habilitadas, pagamos seguro, pagamos la luz, todos estamos en blanco, somos empresas, a comparación de los talleres clandestinos. Eso es un problema político, en el que tiene que haber una reglamentación. Creemos que tiene que haber –como existe el Renatea[5]– un registro que pueda generar una herramienta para levantar todo eso, con algún instituto que regule.
Sos un dirigente joven dentro del cooperativismo. ¿Cómo se vive eso, y que rol tiene el cooperativismo en la juventud?
En realidad, ser joven en cualquier lugar, sea un sindicato, un gremio, una cámara empresarial, en todos lados, es difícil, porque siempre está la experiencia de los mayores que te condiciona mucho. Siempre pasó eso de que cuando te ven pibe y que vas para adelante, a veces te “boludean”, por así decirlo, para no hacerte crecer. Pero hay otros que no. Por suerte hubo un cambio generacional, especialmente desde el estado que intenta incentivar mucho la participación de los jóvenes en política y en las empresas. Hoy en día el cooperativismo en el sector joven es más profesional. Hay muchas cooperativas que se fueron creando dentro de la CNCT que eran pibes que por ahí entraban con un programa de capacitación con obra y hoy quieren hacer una cooperativa de lo que realmente les gusta. Por ejemplo, hay muchas textiles que tienen un incentivo al ver que, mientras el mercado te condiciona por el trabajo freelance, por otro lado existe la posibilidad de laburar en conjunto, en equipo y que puede funcionar para todos, eso está buenísimo. También pasa que depende de los sectores. Yo creo que en las textiles hay muchos pibes jóvenes –en general hay mezcla de jóvenes y viejos–, un formato de joven que quiere, a través del cooperativismo, acercarse.
¿Cuáles crees que son los desafíos que tenemos dentro del cooperativismo y de esta forma de organización cooperativa para resolver a futuro?
Creo que en parte uno de los desafíos tiene que ver con lo que se está hablando en el país sobre la industria nacional. Las cooperativas en general decimos que si bien el cooperativismo ya existía, el más tradicional (de las fábricas recuperadas) se vio fortalecido con una política de inclusión desde el 2003 con el gobierno de Néstor Kirchner. Y eso era fundamental para la etapa que vivía la Argentina, con un tejido social súper roto, donde el trabajo era de movimientos de desocupados que venían desde otros sectores y que hoy a través del trabajo en cooperativa recuperaron también la dignidad de la fuente de ingreso para vivir. Fue una etapa en la que se trabajó muy fuerte desde el estado. Este empuje vino especialmente desde el Ministerio de Desarrollo Social, y la CNCT y la Red Textil forman parte de eso. Mi cooperativa (La Maqueta), por más que no viene de un programa, no hubiera existido si no hubiera un apoyo del estado (comprándonos a nosotros, subsidiándonos las primeras máquinas, etc.). En general, todo el sector se vio beneficiado por eso.
Tenemos cooperativas sueltas por todos lados, si no las juntamos, si no hacemos foro industrial, si no pensamos en productos profesionales, vamos a retroceder o nos vamos a estancar. En Argentina se está hablando nuevamente de eso y queremos competir fuerte ahí. Para eso necesitamos pensar empresarialmente, industrialmente y esa también es una discusión política. El cooperativismo estaba muy mal visto, en especial el de trabajo, en el sentido de que se pensaba en las cooperativas para contener las masas, a los “negros” para que no hagan “quilombo”. Y ahí nosotros saltamos a la batalla y demostramos que podemos generar rentabilidad a nuestras empresas, ser trabajadores dignos y competir con cualquiera. Esa etapa es la que se viene y depende mucho de nosotros también, más allá de una política de estado o de que el gobierno nuevo que venga abra esa puerta, también depende de nosotros ser conscientes de lo que podemos hacer. Hay muchos compañeros a los que les cuesta o no la ven, entonces estamos en esa discusión.
¿Y cuál es el desafío de la RTC?
Nuestro sueño es lo que pasó con Paka Paka, que sea toda la red así, poder vivir del producto propio. Nosotros nos dimos cuenta de que como encadenamiento productivo tenemos que ser una fábrica, hacer un producto nuestro, sino es muy complicado en el sector textil ser fason de otra marca, porque siempre la ganancia de un producto se la lleva la marca o el shopping, la venta o la comercialización. Y nosotros en definitiva somos una comercializadora, el tema es que salimos muy atrás. Como Red y como CNCT, creemos que tiene que haber planes de cogestión con el estado. El éxito que hoy tienen las federaciones de la CNCT es eso, plata que iba para gestionar obras a una provincia y de ahí a un municipio, hoy se las dan a la CNCT, y esta, a las federaciones.
Yo quiero vivir toda la vida del cooperativismo porque desde que nací creo en esto y encima lo pudimos llevar a la práctica, retroceder sería un desastre. Tenemos que meternos en todos estos polos industriales que se han abierto, pensar en máquinas más grandes, pensar en fabricar la tela, generar productos de calidad, ese tipo de desafíos, que deben ir acompañados de políticas de estado.
El sector textil es uno de los más vulnerables, junto con el campo, porque comparten la misma problemática que es la no visibilidad. Y además se van naturalizando los niveles despiadados de explotación, porque la única variable de ajuste es la mano de obra, el cuerpo de los compañeros.
NOTAS
[1]Entrevista realizada el 29 de septiembre de 2015.
[2] Coordinadora del Dto. de Cooperativismo del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”. Miembro del Comité Editorial de Revista Idelcoop. Correo electrónico: valemutu@gmail.com.
[3] Paka Paka es el primer canal educativo y público, creado por el Ministerio de Educación de la Nación para todos los chicos y chicas de Argentina y de América Latina.
[4] El 27 de abril de 2015 murieron dos niños de 7 y 10 años al quedar atrapados en un incendio que afectó un inmueble del barrio porteño de floresta, donde funcionaba un taller clandestino de confección de vestimentas.
[5] Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios: www.renatea.gob.ar